miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cuando La Vida Sucede Sólo Una Vez.



Como seguramente muchos saben suelo levantarme bien temprano por las mañanas y luego de atender a mis mascotas- cuatro gatos y un pastor alemán- que son quienes me hacen compañía, apronto un buen mate amargo y dejo que mi mente dialogue, entre la infusión de cada mate, con el único ser capaz de soportarme, mi inefable compañero de toda la vida, el cual responde por el alias de “mi otro yo”

Como a ambos nos gusta la lectura y como no molesto ni escandalizo a nadie cuando suelo olvidar que mi otro yo me puede escuchar sin que tenga que hablarle en alta voz, ni utilizando gestos que apenas pueden disimular mi innata vehemencia, en la soledad de nuestros coloquios, siento que él “mi otro yo” se toma la libertad de mencionarme, como al pasar: que a medida que transcurren los años del calendario “de poetas y de locos todos tenemos un poco.”

Lo cierto es que esta vez, posiblemente influenciados por el hecho de conmemorarse en nuestra frontera de la paz – Rivera Uruguay -“el día de los difuntos”, sin necesidad de pinturas extravagantes ni grotescas, como los cultores del muy sajón “día de Halloween” nos dedicamos a recordar a quienes siguiendo el derrotero de la ruta de un tiempo que ya fue, nos han dejado la estela luminosa de su pasaje por nuestras vidas, el cual perdura en nuestra memoria, y sobre todo, en nuestra capacidad de sentir su presencia, totalmente ajenos al devenir de un tiempo, que cual si fuese arena se escurre entre nuestros dedos y  se desvanece sin dejar rastros.

En este pasaje por el recuerdo, sin duda hemos acumulado “tiempo sobre tiempo” y al pasar por el derrotero de los hechos vivenciados apreciamos algo que muy pocos tienen la posibilidad de observar, que ni los tiempos ni mucho menos las personas, están sujetos a “porciones de vida” tiempos y personas son parte de la paleta cuyas pinceladas brindan el color y el esplendor que le dan forma y sentido a la vida misma, la cual permanece inalterable en cada instante en que la memoria les convoca.

Reflexiones sobre Tiempo:
“Poder viajar en el tiempo debe ser una de los deseos más arraigados en la fantasía humana. Hay momentos en los que una acción, una palabra dicha a destiempo, una decisión parecieran ser bisagras que alteran por completo la dirección de nuestra vida y daríamos todo por poder tener dominio sobre ellos. ¿Pero qué implicaría? Cuestión de tiempo nos pone frente a la realidad de que cada una de nuestras acciones tiene una consecuencia, un impacto sobre nuestra vida y la de quienes nos rodean. Más allá del antes y el después, lo importante es la libertad que ponemos en juego frente a cada decisión, y la responsabilidad de pensar en lo que ella implica porque, al menos para la mayoría de nosotros, el pasado transcurre solamente una vez.”  valores.org.ar/videos/cuestion-de-tiempo
“La Paradoja de Nuestro Tiempo en la Historia es que tenemos Edificios más altos, y temperamentos más cortos; carreteras más amplias, pero puntos de vista más angostos.
Nosotros gastamos más, pero tenemos menos; compramos más, pero lo disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, y menos tiempo; tenemos más estudio, pero menos sensibilidad; más sabiduría y menos juicio; más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos salud.
Tomamos mucho, fumamos demasiado, gastamos sin necesidad, reímos muy poco, manejamos muy rápido, y nos enojamos muy rápido, nos desvelamos, nos levantamos cansados, raramente leemos, vemos mucha TV, y rezamos muy poco.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores humanos.
Hablamos mucho, pero amamos poco y odiamos muy seguido. Hemos aprendido como ganarnos la vida pero no sabemos vivir; le hemos agregado años a la vida, no vida a los años.
Hemos ido a la luna y regresado pero tenemos problemas para cruzar la calle para conocer al vecino.
Hemos conquistado el espacio sideral, pero no el espacio interno.
Hemos hecho cosas más grandes, pero no cosas mejores.
Hemos limpiado el aire, pero ensuciado el alma.
Hemos partido el Átomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos más, pero aprendemos menos.
Hacemos más planes, pero los sacamos adelante menos.
Aprendimos a vivir aprisa, pero no a ser pacientes.
Creamos más computadoras para retener más información para producir más copias que antes, pero tenemos menos comunicación.
Este es el tiempo de comidas rápidas y digestiones lentas.”
Hugo W. Arostegui

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