domingo, 17 de julio de 2016

El Vuelo De Las Aves


 Cuando emitimos una opinión, no solamente difundimos algo, también, y creo que es lo que verdaderamente importa, nos estamos “revelando” tal cual somos, asumiendo de esta manera todas las consecuencias que esa tal emisión de opinión implica.
Es posible que lo que digamos al emitir nuestra postura en un asunto dado pueda contar con la aprobación de quienes se sientan identificados con el tenor de nuestras expresiones, pero es obvio que no siempre recojamos compatibilidades, tan obvio como que no todos pensamos ni evaluamos los acontecimientos de una misma manera, pienso que esta circunstancia es lo que nos hace copartícipes de esto que constituye “la diversidad universal del pensamiento humano” esencial en el enriquecimiento de lo que usualmente decanta en lo que definimos en términos genéricos como “opinión pública”
Cuando nos sentimos identificados con el pensamiento y opinión de otra persona creemos que tal situación es una forma muy particular de coincidencia que consideramos, en el marco de la plena libertad que cada uno debe ejercer en todo momento, como algo esencialmente circunstancial, que de ninguna manera compromete lo singular de cada uno ni implica algún grado de compromiso posterior al hecho evaluado, en una palabra, lo que coincidamos hoy bien puede ser motivo de acercamiento en nuestra capacidad emotiva y nos sintamos identificados el uno al otro.
Debemos tener muy en cuenta que las puertas de nuestro sentir “siempre han de estar abiertas” de par en par, y así como las aves tienen la capacidad de entrar y salir de nuestros nidos, jamás podremos considerar aceptable cualquier tipo de cautiverio por más razones que podamos esgrimir.
Esto es lo maravilloso de nuestras relaciones, la ausencia absoluta de restricciones y condicionamientos, la libertad con la cual nos enfocamos al mundo exterior es esencial para el desarrollo de nuestra confianza y autoestima y esta misma libertad es el medio por el cual podremos compartir y disfrutar de nuestros circunstanciales encuentros.


Hugo W Arostegui

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