martes, 9 de agosto de 2016

Desafíos


Los inciertos tiempos de durabilidad del transcurso de nuestra vida hacen que todas nuestras proyecciones se realicen en el marco un tanto difuso de su imprevisibilidad en cuánto a su duración, lo concreto, lo que sí sabemos todos los mortales, es que para poder morirse primero hay que estar vivo.

 Cuentan los más antiguos moradores de la frontera norte, que un conocido nuestro, gran nadador,  reconocido por su tendencia a la exageración y la no aceptación de los acontecimientos adversos, que una vez, (seguramente la última) nadando en el río Yaguarón y encontrándose muy extenuado por el esfuerzo, viendo de que le era imposible salir de la situación en la que se encontraba, antes de sucumbir en medio de las aguas del río, expresó muy fuertemente “¡Yaguarón! Te estoy tragando”.

Lo cierto es que el simple hecho de estar vivo es un acontecimiento maravilloso que nos permite experimentar “en carne propia” toda una gama de posibilidades indescriptibles que no admiten, por su dimensión y trascendencia cualquier tipo de mensura tanto cronológica como de tiempo y espacio.

“Todas las personas nos marcamos objetivos en la vida. Son proyectos a corto, medio y a largo plazo. Hay objetivos difíciles y conseguirlos requiere un gran esfuerzo por nuestra parte. Decimos que tenemos un desafío ante nosotros cuando pretendemos lograr el éxito en un tema determinado.

Un desafío personal es un reto que nos imponemos a nosotros mismos. Es una manera de autoestimularnos. El desafío no se aplica a la obtención de un logro sin importancia. Se refiere a un objetivo que conlleva esfuerzo, lucha y tenacidad. Consideramos que vale la pena renunciar a muchas cosas y trabajar duramente porque el premio que vamos a obtener es elevado, algo muy gratificante. En este sentido el desafío es un anhelo intenso de victoria. En el momento del triunfo, se tiene la sensación de que el desafío inicial ha sido conquistado.

Un desafío es un mensaje dirigido al interior. Significa que nos ponemos a prueba, aceptamos el sacrificio y que estamos convencidos de nuestra capacidad para lograr un resultado satisfactorio. También es posible aceptar un desafío de otra persona. Nos proponen algo realmente difícil y valoramos la dificultad, nuestra fuerza de voluntad y las ventajas e inconvenientes. Finalmente, tomamos una decisión; aceptamos o no el desafío.”
Todos quienes hoy estamos en contacto indudablemente enfrentamos los desafíos propios de cada uno y de una forma u otra demostramos que somos capaces de “sobrevivir” a todas las circunstancias, ¡enhorabuena!

Hugo W Arostegui


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