martes, 6 de septiembre de 2016

El Ciudadano



Muchos se han de preguntar cómo habrá que comportarse o que actitud adoptar para poder sentirse en consonancia con la realidad actual que nos circunda y poder responder sin claudicar en todas las oportunidades en que sea necesario marcar nuestro compromiso acorde y en consonancia con los postulados que nos motivan.

No es necesario para asumir un compromiso con nuestra vida en sociedad la adopción de posturas radicales o violentas pues lo que pudiésemos componer con nuestras exigencias lo estaríamos destruyendo en un enfrentamiento que deberíamos evitar, pues  lo que resulta muy claro es que la violencia sólo puede engendrar más violencia, en este caso estaríamos hablando de violencia multiplicada, la que pudiésemos ejercer nosotros y las que en contrapartida ejercerán quienes deban reprimir tales acciones.

Lo que sí se requiere de un ciudadano comprometido con la sociedad que integra es una firme vocación de legalidad en todas nuestras acciones impidiendo que las suspicacias, la informalidad y el comportamiento deshonesto tengan cabida en cada una de las transacciones que se realicen.

En el marco de una sociedad debidamente organizada como la que cada uno de nosotros integra lo que debe imperar es la ley que nos representa y protege, eso sí, a la hora de ejercer nuestro deber cívico, quienes sean electos por la mayoría de nuestros votos deberán tener muy en cuenta el compromiso asumido ante los ciudadanos, entonces todos sabremos que para ser dueños de nuestro destino lo que es necesario es estar atentos al quehacer nacional, no bajar la guardia bajo ningún concepto y rechazar la corrupción venga de quien venga.

Hugo W Arostegui




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