jueves, 22 de septiembre de 2016

La Tenacidad



Es tiempo de que nos detengamos a observar las múltiples muestras de ejemplos de vida que diariamente nos están demostrando de que sí es posible, cuando existe una voluntad expresa de realizar cambios drásticos  con la finalidad de reencauzar las circunstancias adversas de un tiempo presente poco propicio y no obstante esa adversidad prevista, alcanzar los objetivos y los resultados tal como han sido propuestos en sus metas a través del esfuerzo y el sacrificio.

Está claro que nada puede sustituir a la voluntad de cada uno y cuando mencionamos la palabra voluntad, es eso mismo, con el agregado de que no entendemos a la voluntad cuando la condicionamos a un determinado tiempo, digamos que la voluntad carece de fecha de vencimiento y que cuando las propias fuerzas comienzan a dar síntomas de flaqueza, surge como un aliado insustituible de todo ser humano que se precie, su tenacidad en proseguir en el esfuerzo.

“La tenacidad es actuar con pasión y confianza. Una persona puede fracasar muchas veces pero, si está dispuesta a aprender de sus errores y a seguir intentando, es muy probable que alcance su meta. En este sentido, el término está vinculado al concepto de perseverancia.
Muchos consideran que la tenacidad es un valor imprescindible para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida. En la expresión “quien triunfa nunca abandona” se expresa la importancia de mantenerse en pie, intentando una y otra vez volver realidad sus sueños; al mismo tiempo, deja implícito que el verdadero fracaso reside en darse por vencido, en dejar de luchar.”

Esto es lo que rescatamos como algo digno de mención, la tenacidad que a diario es demostrada por una enorme cantidad de individuos, conciudadanos nuestros, que no permiten, o no se permiten, -vaya uno a saber- vacilaciones en cuánto a sus firmes convicciones y continúan “mordiendo sin soltar su presa” con la misma voluntad y entereza que le impregnaron a sus proyectos de vida, renovándose en sus intentos, fortalecidos por su esperanza indeclinable.

Hugo W Arostegui




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