sábado, 1 de octubre de 2016

El Mensaje En La Botella



Cuando era niño sentía una peculiar inclinación por las historias que nos solían contar los adultos cercanos a la familia, especialmente aquellas que se referían a los mensajes que se recogían en las playas dentro de botellas, que luego de ser transportadas por las olas del mar, quien sabe desde dónde, una vez que eran recogidos, generalmente por las manos anónimas de algún pescador que transitaba por sus  costas , exponían ante nuestros ojos impávidos mensajes de náufragos perdidos en alguna remota isla, coplas de viejas canciones, poemas, promesas de amor eterno y su anhelo esperanzador de un posible reencuentro.

Ahora, después de tanto tiempo recorrido, continúo con esa sensación de incertidumbre que imaginaba en el ánimo de quién introducía su mensaje en el interior de una botella que luego depositaria en las aguas del mar con la esperanza de que pudiera ser recogido en alguna lejana orilla quien sabe dónde.

Es el mismo sentimiento el que nos embarga cada vez que editamos algún artículo en nuestras páginas y a las que le adjuntamos un esperanzador enlace en las redes sociales, una vez que le publicamos, nuestro mensaje comienza su peregrinaje por los medios electrónicos de la web, ese inmenso mar virtual donde podrá ser recogido por algún navegante que le recoja y le permita a su contenido concretar ese encuentro íntimo e insustituible de quien escribe y su ocasional lector.

Esa es nuestra alentadora esperanza.

Hugo W Arostegui



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