viernes, 18 de noviembre de 2016

Descalificar


La descalificación de alguna persona por la sencilla razón de que no contamos con los elementos de juicio medianamente razonables como para rechazar sus opiniones generalmente contrarias a nuestro modo de ver las cosas, suele ser un recurso, o un golpe bajo o, como se dice vulgarmente, “una puñalada trapera” que “escondida debajo del poncho” le ensartamos con el ánimo de eliminar de alguna manera su pensamiento adverso a los nuestros.

Todos contamos con “con cierto morbo” que nos hace proclives a “a degustar” ese sabor especial que suele emitir el “condimento” que casi siempre, por no decir siempre, acompaña a este procedimiento de deslizar subrepticiamente alguna referencia tendiente a descalificar el concepto, generalmente buen concepto, que alguna persona ha sabido ganarse a lo largo de su trayectoria.

Como alguien entendido en el asunto ha dicho: “cuánto más alto crece el árbol mayor es el ruido que produce al caer”.

 “Descalificar se utiliza también en aquellas situaciones en las que alguien es desacreditado. Así, si una persona hace una afirmación inadecuada es muy probable que alguno de sus interlocutores rechace su idea y la descalifique.

El concepto de descalificar se emplea en contextos de agresividad verbal. De hecho, si alguien dice "no voy a consentir ningún tipo de descalificaciones personales" está indicando que se opone a los insultos y a las críticas.”

Lo cierto es que cuando se recurre sin argumentos válidos, por el hecho de que de alguna forma cierta envidia nos corroe, o nos sentimos impotentes de ante la argumentación esgrimida por nuestro ocasional contendor, en el ámbito que fuere, lamentablemente el daño que se produce suele salir mucho más caro que la enfermedad que nos aqueja y moleste.

Generalmente la desacreditación suele dejar sus víctimas tanto en el lado de quien las formula como en el de aquel a quien se le formulen tales acusaciones, lamentablemente su accionar tiene el “efecto boomerang”  suele golpear por detrás a quien lo arroje.

Hugo  W Arostegui



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