domingo, 1 de enero de 2017

Mi Abuela Rebustiana



En los primeros minutos de este nuevo año, hablando en comunicación digital con mis queridas hermanas Ana María y Rosario, surgieron noticias referentes a los demás integrantes de nuestra familia y entre ellas hablamos del hijo único de mi hermana Rosario, Daniel, un talentoso muchacho al que veo muy poco, por la distancia que nos separan entre la ciudad de Montevideo, donde viven ellos y la frontera entre Uruguay y Brasil, la ciudad de Santana Do Livramento, Brasil, donde vivimos nosotros.

Lo que viene al caso es que mi sobrino, Daniel, que ya ha tenido una muy buena experiencia en Europa, posee ciertas características físicas y al parecer también intelectuales que le resultan a ojos de su madre, Rosario, muy similares a las que yo supe tener en mis años mozos.

Es por esta razón  y también por aquello de que “lo que se hereda no se roba” es que recordé a mi abuela Rebustiana, ella fue quién me cuidó desde mi primera niñez, me proporcionó su amor incondicional, compartiendo los mejores y más marcantes momentos de los que tenga memoria.

Es por eso que comparto en forma muy escueta y sencilla esta historia que seguramente les será de mucha utilidad para quienes no hayan tenido la oportunidad de conocer.  

Cuenta nuestra historia familiar que Isaías Castro, oriundo de Las Islas Canarias, llegó a lo que es hoy la novena secc. Judicial de Cerro Largo, por el entorno de finales del siglo XIX relacionándose sentimentalmente con una indígena arachana llamada Cándida Acosta , fruto de esa unión es que vino al mundo Rebustiana Castro, mi abuela materna.

En su juventud, nuestra abuela Rebustiana se relacionó con un hombre de origen vasco navarro cuyo nombre fue Polonio Aristimuño con mucho renombre  en su tiempo por ser una persona capaz de cruzar a nado el río negro que separaba los márgenes de los departamentos de Cerro Largo y de Tacuarembó,  de esa unión entre Polonio y Rebustiana, (los que han tenido muchos otros hijos e hijas) es que ha nacido María  Esther Aristimuño, nuestra madre.

Lo que pretendo decir, como un legado a las generaciones futuras es que a través de Isaías Castro, y sobre todo de su compañera, Cándida Acosta, tenemos un marcado componente indígena que se manifiesta en una innata independencia y en esa rebeldía natural contra todo atisbo de injusticia o intento de marginación social.

Siempre es muy bueno tener noticias y mejor aun cuando podemos reconocer el valioso aporte de tantas personas que como nuestra querida abuela nos han brindado.

Hugo W Arostegui


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