domingo, 6 de junio de 2010

La Flotilla de la Libertad

La Flotilla De La Libertad
Cuando hablamos de “Los Derechos Humanos” ya no alcanza con mencionar que nos estamos refiriendo a una frase que simboliza y define toda una gama de adjetivos que intentan identificar el alto grado de conciencia que la raza humana ha alcanzado en su constante evolución.
Conceptos amparados por el Derecho Universal, que intentan expresar y preservar, el valor de la criatura humana, su dignidad individual, y el derecho natural que ésta tiene, de poder desarrollar todo el potencial inherente a su condición, sin importar su origen, raza, posición social, etc.etc.
Decimos que no alcanza con la simple mención de estos derechos, porque la humanidad desde que ha podido registrar los acontecimientos que han marcado su peregrinar a través de los siglos, no ha logrado desprenderse del preconcepto, de pretender clasificar en castas, de separar a los fuertes de los débiles, de subyugar mediante el poder, de explotar al vencido, de esclavizar y masacrar a naciones enteras, en una lucha irracional, que ha contado, en la mayoría de las veces, con la complicidad de sus propios dioses.
Aunque no nos guste mencionarlo, aunque nos avergüence reconocerlo, aunque transitemos orgullosos por el siglo XXI de la era cristiana, aunque hayamos alcanzado niveles que superan nuestra capacidad de asombro en cuánto a ciencia y tecnología, subsiste entre nosotros la ignominiosa clasificación de “tipos de humanos” los humanos de aquí, los humanos de allá, los que viven en el primer mundo, los que habitan el tercer mundo, los desarrollados y los subdesarrollados, los que saben todo lo que pasa y los que viven y mueren ignorados en medio de la miseria.
Es por eso, que cuando nos enteramos de acciones bélicas, como la ocurrida en las aguas internacionales cercanas a la Franja de Gaza, donde las tropas de elite de Israel, abordaron y masacraron a los activistas que viajaban a bordo de la llamada Flotilla de la Libertad, aduciendo de que estaban ejerciendo “su derecho de defensa” frente a la potencial agresión, por la sospecha de que podrían transportar, un supuesto cargamento de armamento para los “terroristas” palestinos.
Quienes tuvimos la posibilidad de ver las imágenes difundidas por las agencias informativas, sabíamos, que una vez más, la arrogancia israelí, ignoraría las indignadas protestas, de la opinión pública internacional, en una clara demostración de indiferencia, la impunidad de sus actos está garantizada por sus aliados incondicionales, esta vez, El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas condenó el ataque, pero no prosperó ninguna sanción, Estados Unidos, Holanda e Italia, lo impidieron.






Entiendo que no debería existir Xenofobia grande como tampoco Xenofobia chica, todo hecho que se practica a seres indefensos, por causa de su raza o su religión, o por cualquier tipo de razón que podamos esgrimir, es condenable e indigno, ha sido tan tremendo el holocausto del pueblo judío durante la segunda guerra mundial, como el que se practica diariamente a los sufridos habitantes de la Franja de Gaza, por parte del ejército israelí.
Cuando la xenofobia y la exclusión, cuando los actos de violencia genocida, forman parte de las Sagradas Escrituras, cuando los profetas reveladores de la palabra de dios, alientan el odio y el desprecio a otras naciones, entonces, los derechos humanos se parcializan a favor de unos y desmedro de otros.
Antes, la excusa esgrimida consistía en que habían caído en condenación por adorar a otros dioses y, en consecuencia, haber caído en las garras del pecado.
Hoy, en pleno siglo XXI, la justificación para arrasar a las naciones, es que pueden tener armas de destrucción masiva, que son parte de algún eje del mal, o que son terroristas, si los modernos inquisidores juzgan y condenan, serán invadidas, ocupadas, y puestas en un largo proceso de purgatorio bajo la tutela de las naciones dominantes.
Alguien me ha preguntado una vez, si yo sabía cuáles eran las oraciones, que los devotos de la religión judía decían delante del Muro de los lamentos, las sagradas ruinas del antiguo templo de Jerusalén, pues bien, una de las plegarias recitadas se encuentra en el Talmud, la Ley de Moisés, los primeros cinco libros de la Biblia, parte del texto dice lo siguiente:
“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo,al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.
Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.
Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.
Más así debéis hacer con ellos; sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.”
Deuteronomio 7: versículos del 1 al 6
Una nación, con semejante aval, difícilmente pueda ejercer la tolerancia y la compasión, con aquellas naciones que considere sus enemigas, hace falta dar vuelta unas cuantas páginas del texto sagrado, para aprender el mensaje del verdadero Rey de los Judíos, el llamado Príncipe de Paz, seguramente que si hoy estuviese nuevamente entre nosotros, no faltarían maderos ni clavos, para volverle a inmolar en la cruz.
Hugo W. Arostegui

viernes, 28 de mayo de 2010

Esculpidoras de Piedras

Esculpidoras de Piedras
Los Servicios de Atención al Público de ANTEL – ANCEL en la ciudad de Rivera – Uruguay
Quién haya tenido que realizar algún tipo de trámite en las oficinas de ANTEL – ANCEL, en la ciudad de Rivera – Uruguay, seguramente concordará conmigo en cuanto a que no debe haber una muestra más acabada de ineptitud y displicencia, que las que realizan a diario las funcionarias asignadas a la atención de los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, ya sean éstos tanto de telefonía fija, celulares, conexiones de internet, etc. etc.
Como es un espectáculo público, el que realizan las consabidas funcionarias, el mismo puede ser observado y/o padecido, por todo aquel que, por esas cosas del destino, deba realizar cualquier tipo gestión que tenga como objetivo, el adquirir alguno de los servicios que hemos mencionado anteriormente.
Estamos hablando de un servicio que bien puede considerarse entre los llamados esenciales, quién no ha tenido que registrar un humilde medio de comunicación como lo puede ser un teléfono, pues bien, aunque este aparato sea algo extremadamente sencillo y modesto, como la compra de un celular para un niño escolar, o un teléfono fijo de uso familiar, o se trate de todo un equipo de telecomunicaciones de uso empresarial, sea usted un ama de casa, un empresario, un profesional, un productor rural, en fin, sea quien sea quien lo necesite, la adquisición de este bien deberá pasar indefectiblemente por la sala de espera.
Entonces, mi amigo, tendrá que esperar… y esperar…, mientras presencia el accionar de las damas del misterio, las cuales le harán participar de una sesión de telecomunicación con el más allá, esculpirán su nombre en la piedra de sus rostros maquillados, luego se levantarán, para deambular entre los demás escritorios, conversar entre ellas, leer juntas el prospecto de un nuevo producto, o las ofertas del supermercado, recibir alguna llamadita por el celular, y claro, luego de tanto trabajo de comunicación entre ellas, deberán ir al baño para retocar el maquillaje o darse otro tiempito para saborear un té o un café.
Mientras tanto, por supuesto, usted está mirando el papelito con su número de consulta impreso, el cual mira y remira entre sus manos, eleva su vista al cielo y espera… y espera… y espera.
Como digo, esto parece una sátira de mal gusto, dirigida a un grupo de funcionarias que realizan una encomiable labor, en nada menos que en “La Puerta de Entrada” a los servicios de un ente moderno, que luce orgulloso una imponente “Torre de las Comunicaciones” cual si fuese un icono de eficiencia, símbolo de un patrimonio que se supone nos pertenece a todos los uruguayos.
Pero, sabe una cosa, amigo lector, lo que estoy manifestando en este artículo, es lamentablemente una cruda realidad, es lo que ocurre diariamente, de lunes a viernes, menos los días feriados, por supuesto, y los famosos días de indisposición femenina, que sumados al stress, las obligan a tomar un descanso y no asistir a trabajar.


Los servicios de atención a los usuarios, que se realizan conjuntamente, tanto para ANTEL como para ANCEL, son verdaderamente, una puesta en escena de todo lo que no debe hacerse, aquí el ciudadano es tratado con la mayor indiferencia, a menos que sea amigo/a de alguna de las encargadas de la atención, en ese caso, cuando las luces del firmamento le indiquen que pueden pasar a sus escritorios, y sentarse enfrente de ellas, entonces usted podrá entretenerse, mientras sigue esperando, escuchando sus comentarios sobre una variada gama de asuntos particulares, que nada tendrán que ver, claro está, con el motivo central de su visita.
Resulta evidente que todavía existen resabios de antiguas prácticas, aún en esta época, e n que apretando una tecla, en cuestión de segundos, nos conectamos con el más apartado rincón del planeta, nos encontramos con personas que piensan que han nacido para ser el ombligo del universo, que los demás solo están para dar un marco adecuado a sus propias extravagancias.
Es posible que al enterarse de las opiniones vertidas por quien suscribe este artículo, las damas en cuestión, me demanden por injurias, de ser así, elevaré a quién corresponda las excusas del caso, no me anima en absoluto la voluntad de ofender, simplemente relato lo que sucede a mi alrededor y lo pongo a consideración de aquellos conciudadanos, a quienes la necesidad, les haya obligado a pasar por la misma situación que hoy describo.
En última instancia, me queda el mismo recurso que utilizó una vez, Galileo Galilei, quién ante los apremios de la Inquisición, no pudo afirmar la teoría copernicana del movimiento de la tierra, sin embargo, en la intimidad, suavemente expresó “todavía se mueve”
Hugo W. Arostegui

miércoles, 26 de mayo de 2010

Construyendo Ciudadanía....¿Construyendo?

Construyendo Ciudadanía:… ¿Construyendo?
En estos días pasados, en la Plaza Internacional, que une a las ciudades de Santana Do Livramento, Brasil y Rivera, Uruguay, más conocida como “La Frontera de la Paz”, se ha puesto en práctica un programa que tiene como muy loable objetivo, la búsqueda de una mayor conciencia de lo que significa el “ser ciudadano” una forma de mostrar lo que es posible realizar cuando la sociedad en su conjunto, vuelca su potencial en la acción solidaria hacia los sectores menos favorecidos.
En el transcurso de estas jornadas, los ciudadanos pueden, entre otras tantas actividades, regularizar su documentación, hacer chequeos de su salud, como: presión arterial, diabetes, clínica odontológica, vacunación, etc. como también realizar diferentes actividades, todas ellas relacionadas con su bienestar y recreación.
Es posible observar intentos de educación ciudadana a través de actividades dirigidas a los niños pequeños: como ser, respeto a las señales de tránsito, allí los niños disponen de vehículos acordes a su edad, donde se desplazan en circuitos donde pueden poner a prueba los conocimientos teóricos recibidos.
Como es comprensible, en estos días de intensa actividad, reina un clima festivo, de jolgorio colectivo, con mucha música y diversión al alcance de todos, con puestos de comida abarrotados, mucha cerveza para los jóvenes y adultos, refrescos y golosinas para los más pequeños, en una palabra, la plaza se llena de gente dispuesta a disfrutar al máximo de este encuentro al cual las autoridades han denominado con el sugestivo nombre de “Construyendo ciudadanía”.
En esos días la plaza luce sus mejores galas, iluminación a pleno, vigilancia policial, inspectores de tránsito, servicios de limpieza, gabinetes higiénicos, en fin, toda una infraestructura que permita una atención adecuada a un público que acude en familia y permanece largas horas durante prácticamente todo el día.
Durante el transcurso de esta actividad, los ciudadanos que han venido con la consigna de “construir soberanía” se comportan de un modo muy particular, en una demostración flagrante de que para ellos el concepto de ciudadanía no es otra cosa que una referencia abstracta, algo que se menciona en los discursos, algo que no les incumbe, y sobre todo, que en nada les obliga con el entorno, a lo sumo les interesa su propio clan, el pasarla bien junto a los suyos, el aprovechar al máximo lo que se les ofrece sin pensar en absoluto en los demás.
Lo que observamos, conspira contra todo lo que entendemos como cultura cívica, lo que allí ocurre es una postal que ilustra el grado que hemos alcanzado de conducta antisocial, conducta que es aplicada por todos, por los adultos, que son los paradigmas de todo lo que no debe hacerse, como los más jóvenes y niños, que crecen adoptando estas actitudes con total naturalidad.


Entiendo que esta forma de exponer lo que observamos, puede causar en los lectores, la sensación de que nos anima una intención de realizar una crítica destructiva, de menoscabar todo el esfuerzo que se realiza con la sana intención de crear conciencia de pertenencia a un entramado social, al cual denominamos, ciudadanía.
Aceptamos este riesgo, lo que mencionamos puede molestar e incluso irritar a más de uno, pero, aunque pueda dar el efecto de un supositorio de pimienta, creo que bien vale la pena explicar, los acontecimientos que han motivado nuestra exposición.
Acontecimientos tales como: Si estamos comiendo, dejamos caer los restos en el mismo lugar donde los consumimos, a lo sumo los corremos con la punta del pie para que no moleste, a nosotros, claro está, lo mismo ocurre con la bebida, dejamos caer el vaso, una vez vacío, de nuestra mano y a otra cosa, y conste que esto se realiza tanto en la calle o en el medio de una sala de baile, ni hablar de los gabinetes higiénicos, ni menos de caballeros o de damas, estas denominaciones sólo se utilizan en el juego de ajedrez.
No resulta un comportamiento propio de alguien que tenga un grado mínimo de conciencia social, los actos realizados en plena plaza pública, por aquellos que han sido convocados para nada menos que “construir ciudadanía” actos que no se limitan a un evento en particular, como el que mencionamos ahora, sino que son repetitivos en todo lugar público, a cada día y a toda hora, dando una clara demostración del grado de depredación que el mal llamado ciudadano, hace de los espacios que debería preservar, por ser un bien común que nos pertenece a todos, y por lo tanto, ser una responsabilidad indelegable de cada uno.
Nos referimos a actitudes comunes, que por lo tanto nadie reprime, acciones que molestan a muchos, pero que nadie denuncia ni reclama, simplemente dejamos “que la vida nos lleve”, como se expresa en una canción muy popular, aunque, en el fuero íntimo, todos seamos conscientes del grado de deterioro que, como sociedad, nos va deslizando, para algunos inadvertidamente, a otras épocas, las de barbarie, que lamentablemente no hemos podido superar.
Hugo W, Arostegui

lunes, 17 de mayo de 2010

Economía: Versión Juan Pueblo

Economía: Versión Juan Pueblo
Cada vez que hemos tenido la oportunidad de abordar temas relacionados con la actividad económica, nuestra principal preocupación ha sido la de poner en evidencia el rostro humano que motiva, hace posible, que incide y sobre todo, que sufre, las repercusiones que el devenir de la economía, en su metamorfosis de lo macro a lo micro, decanta e influye en el poder adquisitivo de aquellos que viven e interactúan en la base plana de la pirámide social.
Esta vez, narraremos una historia cuyos protagonistas han sido extraídos de la vida cotidiana, personajes de carne y hueso, como usted y yo, amigo lector, con la salvedad de que hemos preferido preservar su identidad, utilizando la famosa frase de las películas de ficción: “Los personajes de esta historia son ficticios, cualquier semejanza con la realidad, es mera coincidencia”.
Una vez dijimos, que el Derecho y la Justicia, no siempre recorren orbitas similares, por la sencilla razón, de que por más que la justicia determine que todos somos iguales ante la ley, la realidad nos demuestra de que no todos somos iguales y que un tratamiento igualitario, sólo logrará, incrementar aún más, la enorme brecha que separa a aquellos que logran satisfacer sus necesidades básicas, de quienes a duras penas subsisten, ahogados por el entorno y la marginalización.
Es bajo esta óptica que pretendemos situar a los personajes de nuestra historia, con el agregado que la misma salvedad que hemos hecho con relación al derecho y la justicia, corresponde la hagamos a los conceptos que cada uno de nosotros tiene sobre ética y moral, seríamos muy ingenuos, si pensáramos que ética y moral son sinónimos.
El pensamiento filosófico considera la ética como un conjunto de valores, de ahí surge que cuando decimos que una persona es ética, es porque la misma, se orienta por principios y convicciones. Decimos entonces que tiene carácter y buena índole.
En cuanto a la moral, esta forma parte de la vida concreta de cada uno. Trata de la práctica real de las personas que se expresan por costumbres, hábitos y valores aceptados. Una persona es moral cuando obra conforme a las costumbres y valores establecidos que, eventualmente, pueden ser cuestionados por la ética. Una persona puede ser moral (sigue las costumbres) pero no necesariamente ética (obedece a principios).
Una vez realizadas estas consideraciones, podemos comenzar el desarrollo de estas historias de vida, vidas que actúan bajo la influencia de su entorno, mimetizando valores y costumbres, adoptando actitudes que , como apreciaremos, no siempre son coincidentes con lo que la sociedad en su conjunto, entiende y valora como : comportamiento éticamente correcto.
Veamos:



Cuando el Estado, desde su cúpula económica, dicta las normativas que regulan las actividades empresariales, impone como condicionante ineludible, el registro del empresario en los organismos de fiscalización, donde se le expide la habilitación correspondiente, previa declaración jurada, donde conste: Identificación de los Titulares, Fecha de Inicio, Ramo de Actividad, Ubicación del local de ventas, impuestos a los que está obligado tributar y las Cargas Sociales por concepto de la Seguridad Social, de Dueños y Personal Dependiente, si los hubiera.
Esto que mencionamos, es para que sepamos cuales son los requisitos previstos en la ley y son para ser cumplidos, claro, por todos aquellos que pretenden incursionar en el mundo empresarial, se determinan derechos y obligaciones dentro de una regulación que pretende garantizar en su aplicación un justo control tanto para el empresario, que es quién realiza la actividad, como para el Estado, el cual prevé la cuota parte de ingresos que le corresponde a la sociedad por tal habilitación.
Demás está decir, que todo aquel que se constituya en empresario, por sí y para sí, eludiendo estas normativas, actuará al margen de la ley, es un marginal que desarrolla una actividad clandestina en el marco de la informalidad, cabe mencionar que en nuestro medio, el mercado informal, llega a cifras superiores al 40% (cuarenta por ciento) un numero verdaderamente preocupante para cualquier economía medianamente organizada.
Los personajes que forman parte de esta historia son extraídos precisamente de este sub mundo que se desarrolla en forma paralela al mundo formal de los reglamentos y para el cual se aplica lo que hemos descrito referente a: El Derecho y La Justicia, La Ética y la Moral.
Haremos de este relato un cuento corto, una simple reseña de acontecimientos lo suficientemente explícitos como para ayudarnos a entender un poco mejor, los cómo y los porqué, ocurren las cosas que ocurren, acciones que se desarrollan en nuestro entorno y que sin embargo, no obstante ser obvias, escapan al registro crítico de quienes las compartimos.
Una constatación flagrante de que la ética de los principios enunciados, se diluye en las acciones reales de la convivencia, moral es esencialmente, costumbre, la forma de hacer y entender lo correcto, como una respuesta práctica a la realidad posible.
Comenzaremos con Silvia, una mujer de mediana edad, que un día decidió hacer lo que muchas de sus conocidas, incluida su propia hermana, habían hecho, independizarse montando su propio negocio, de manera que buscó un local acorde a sus necesidades locativas, se proveyó de mercadería viajando con sus colegas a Buenos Aires , siguiendo una ruta segura, con los pasajes de frontera asegurados a un precio razonable, y como alternativa de aprovisionamiento viajaba cada dos semanas a Uruguayana, frontera entre Brasil y Argentina o a Ciudad del Este en Paraguay .



De esta manera se constituyó en empresaria de hecho, los trámites formales de inscripción quedarían para más adelante, cuando las circunstancias se lo permitieran, cuando sus costos operativos le dejasen un margen suficiente como para poder absorberlos.
Cuando las cosas mejoraron, buscó a alguien para que la ayudase y así, de un plumazo, sintió que además de empresaria era una patrona, tenía a alguien bajo su autoridad, alguien a quién tratar como había sido tratada ella en el pasado, había llegado el momento de mandar a otra persona, a quién la dependencia del salario obligaba a obedecer, a limpiar el local si había que limpiar, a hacer los mandados, cualesquiera que fuesen, y obligarla a estar a su orden todo el tiempo que entendiera necesario, ¿Cuántas horas? Todas las posibles, y si a la empleada no le gustaba, que se fuese nomás, no iba a faltar otra candidata que necesitara trabajar, así había sido con ella y así actuaba, no encontraba en su proceder nada anormal o censurable, otra vez, moral es fruto de la costumbre.
De esta forma, Silvia se vinculó con Mabel, su empleada para todo servicio, ambas decían que eran amigas, no obstante , cuando una se refería a la otra, en los círculos sociales que frecuentaban, los epítetos utilizados, dejaban entrever el descontento a duras penas contenido, es que hablar mal de un empleado y quejarse de lo que hace, es considerado natural entre los patrones, como así mismo , decir que un patrón, es un desconsiderado y explotador, es una reacción lógica de quienes desarrollan tareas en relación de dependencia.
Ahora, pensar en agremiarse Silvia, a la asociación que agrupa a los comerciantes, ni hablar, eso es también parte de la marginalidad, al igual de Mabel, ella reclama sus derechos, pero no es capaz de recurrir al sindicato que la defienda y represente
Tanto los unos como los otros, esgrimen sus razones, se quejan y reclaman del sistema, se sienten parte de la sociedad, son parte de la economía informal, sus ingresos se integran al gran caudal que mueve los mercados, son como pequeños diques de contención que provocan la sangría constante de los recursos previstos por la política fiscal de los gobiernos de turno, los atajos que han tomado les provee en lo mediato, pero sin que lo hayan premeditado, sin que tengan la intención de provocarlo, son parte de la gran hipoteca que les condiciona el futuro.
Es que historias de vida como las descriptas en este artículo, son aspectos de un mismo entramado social, una demostración de que informalidad y subdesarrollo, son hermanas gemelas, hijas de la improvisación del gobernante, que, dicta las normas con una mano, y las borra con el codo de la indiferencia a la realidad social que les circunda.
Hugo W. Arostegui

miércoles, 12 de mayo de 2010

Las Calificadoras de Riesgo: ¿Academia de Sofistas?

Las Calificadoras de Riesgo: ¿Academia de Sofistas?
Nuevamente asistimos estupefactos al desplome de las economías, en esta oportunidad, las miradas están puestas en la vieja y capitalista Europa, donde parece que se ha destapado una olla, cuyas emanaciones, están provocando más estragos, que las producidas por un volcán de Islandia, de nombre impronunciable: “Eyjafjallajokull”, el cual prácticamente, ha paralizado los desplazamientos por vía aérea en varias naciones del continente.
Todos nos preguntamos cómo es que a más de dos años del descalabro norteamericano, donde según se nos dice, surgen indicios de una franca recuperación de su economía, (seguramente alentada por el hecho de que nadie se atreve a calificarle los riesgos a la nación más poderosa del planeta, ni mucho menos exigirle poner sobre la mesa, como se le exige al resto del mundo, el respaldo mínimo exigible a su moneda, cuya maquinita de emisión, sigue vomitando billetes verdes, con total impunidad) puedan colapsar economías como las de Grecia, tambalear las de Portugal y España y poner en alerta roja al Banco Central Europeo.
Cuando nos iniciamos en el estudio de los hechos económicos, una de las primeras cosas que aprendemos, es que las llamadas Ciencias Económicas, son la reina de las ciencias sociales, pues la economía existe como tal, porque hay personas, sin la sociedad en su conjunto, el desarrollo de esta disciplina no tendría ninguna razón de ser.
De manera que básicamente podemos decir que la economía como tal, ha sido concebida como una herramienta puesta al servicio de la sociedad, con la finalidad de lograr la optimización de los recursos - cada vez más escasos – en beneficio de todos los sectores que la conforman, a través de acciones que garanticen una justa distribución de la renta producida, la llamada plus valía, la cual debería ser canalizada a mejorar la calidad de vida de sus integrantes y digo debería, porque en los hechos, la cruda realidad nos demuestra todo lo contrario.
La actividad económica de las naciones, ha sido virtualmente copada por la especulación financiera, el capital, que es un componente básico de la ecuación productiva, no tiene patria, ni se rige por normas morales, simplemente actúa e invierte donde puede obtener resultados positivos, y la procura de éstos mercados lucrativos ha derivado en la creación de entidades especializadas en orientar las inversiones, las hoy tristemente conocidas con el pomposo nombre de consultoras de riesgo.
Es el sistema financiero quien ha parido estas consultoras, ellas se han introducido en la vida económica en forma tal, que se han erigido en verdaderos entes rectores de la capacidad de retorno de las inversiones de capital, en realidad, nadie sabe concretamente de dónde provienen, ni a quién responden específicamente, pero ellas emiten calificaciones de riesgo que tanto pueden alentar las inversiones o, como en este caso, causar verdaderos terremotos, sembrando el pánico y la desorientación entre los actores económicos.

Nos preguntamos: ¿Quién califica a las calificadoras de riesgo? ¿Quién o quienes las han encumbrado? ¿Cuáles son sus criterios de evaluación? Y, sobre todo, ¿ante quién se responsabilizan por los juicios de valor que han emitido?
Lo que sí sabemos, es que para los especuladores, siempre hay lugar para uno más, es así que la burbuja crece y crece hasta que llega a un punto que estalla, y cuando esto ocurre, dejando al descubierto un enorme agujero negro, dónde ha desaparecido el ahorro de miles de incautos, entonces el sistema se escandaliza y reacciona, aparecen los sofistas de la academia, para exigir a los cuatro vientos que hay que salvar al sistema.
Mientras los mercados caen y las bolsas se desinflan, se evalúan las posibilidades de rescate de las economías más comprometidas, se exigen recortes en los gastos, sobre todo, a los relacionados con la atención de los sectores más vulnerables de la sociedad, y cuando se logran ciertos consensos, se efectúa un blindaje de protección que asegure que todos aquellos que han contribuido al crecimiento de la burbuja, puedan cobrar sus intereses.
El sistema se protege a sí mismo, no se come por su propia cola como la serpiente cósmica , los mercados y las bolsas del mundo recuperan su ritmo habitual, pero la devastación producida tiene un precio, y como ocurre siempre, quienes tienen que pagar la cuenta, son siempre los mismos, aquellos que dependen de un salario, los que engrosan los índices de desocupación, los que subsisten con magras pensiones a la vejez, los que quedan marginados de la asistencia social, en resumen:
Las Crisis las pagan los pueblos, Las calificadores de riesgos seguirán orientando las inversiones, los sofistas continuarán afirmando la cuadratura del círculo, hasta que algún día la propia sociedad se decida a poner las cosas en su verdadero lugar.
Hugo W. Arostegui

lunes, 10 de mayo de 2010

El Ser Y La Metafisica

Voy a intentar abordar un tema, que seguramente, es uno de los cuales hemos oído hablar más, desde los albores de nuestra toma de conciencia de que somos parte de un mundo que nos rodea.

Quién de nosotros no ha sido testigo, de las diversas formas, en que, nosotros los humanos, nos explicamos y transmitimos la noción, de que existe un Dios omnipotente, que escucha nuestras oraciones y súplicas, y al cual debemos recurrir cuando nos vemos en dificultades que superan nuestra capacidad de resolución.

En nuestro entorno, siempre nos han rodeado imágenes de rostros idealizados, las cuales representan, a hombres y mujeres, que han dejado de ser, precisamente, hombres y mujeres, para ser recubiertas por un halo solar, que las convierten en poderosos mediadores, entre nosotros, los pecadores mortales, sujetos a un cuerpo de carne y hueso, sexualmente definido, y nuestro creador al que llamamos Dios.

Estas imágenes de personajes asexuados que han superado las limitaciones de la carne, nos son presentadas, como personajes santificados, cuando utilizo el término asexuados, es porque jamás les veremos en una relación directa con el sexo opuesto, las que han nacido mujeres, son vírgenes, y los que se nos representan como varones, son castos y santos, nunca les veremos asociados a lo que llamamos una vida en familia.

La salvedad a estas imágenes, que se han enquistado en nuestro subconsciente, es la de la “sagrada familia” compuesta por José, María, y el niño Jesús, pero claro, acompañada por la correspondiente aclaración: que José no es el padre de Jesús, y que María, es madre, pero “sin pecado concebida” por obra y gracia del Espíritu Santo, dándonos el mensaje, de que todos los demás concebidos en este mundo, nacemos bajo el signo pecaminoso de “ las debilidades de la carne.”

El mundo occidental y cristiano, al cual pertenecemos en estas latitudes, ha sido impregnado de éstas imágenes, todas las religiones que se sustentan de este tronco inicial, recompuesto a la voluntad, interés, y capricho, de un poderoso emperador, llamado Constantino el Grande, de una forma u otra, rinden tributo a este personaje, de carne y hueso, como cualquiera de nosotros, pero que contaba con la poderosa arma del poder, y de los recursos que de éste emanaban, para condicionar desde entonces, nuestro modo de pensar y adorar.

Existen a nuestro alrededor, innumerables evidencias de lo que estoy expresando, son tan obvias, que ni siquiera me voy a tomar el trabajo de especificarlas, si algunos, de los posibles lectores o escuchas de esta exposición que estoy realizando, no las han descubierto aún, de nada les servirá continuar con la lectura, pues las escamas que cubren sus ojos espirituales, les impedirán observar el entorno del paisaje que intento desplegar ante vosotros.

“ Entonces Saulo se levantó de la tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole de la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.”
Hechos 9: 8 - 9

Crecemos, con la sensación de desamparo, propia de criaturas mal nacidas, a las cuales, hay que de alguna manera “purificar” del estigma de su concepción, todavía hoy en día, se toman a estas inocentes criaturas, a las cuales se les acompaña con padrinos y testigos para ser lavados por unas gotas de agua que simbolizan su bautismo, una especie de rescate de su condición original.

“ He aquí, te digo que el que supone que los niños pequeños tienen necesidad del bautismo se halla en la hiel de la amargura y en las cadenas de la iniquidad, porque no tiene fe, ni esperanza, ni caridad; por tanto, si fuere talado mientras tenga tal pensamiento, tendrá que bajar al infierno.

Porque terrible es la iniquidad de suponer que Dios salva a un niño a causa del bautismo, mientras que otro debe perecer porque no tuvo bautismo.

“ ¡ Ay de aquellos que perviertan de esta manera las vías del Señor !, porque perecerán, salvo que se arrepientan.

He aquí, hablo con valentía, porque tengo autoridad de Dios; y no temo lo que el hombre haga, porque el amor perfecto desecha todo temor.

Y me siento lleno de caridad, que es amor eterno; por tanto, todos los niños son iguales ante mí; por tanto amo a los niños pequeñitos con un amor perfecto; y son todos iguales y participan de la salvación.

Porque yo sé que Dios no es un Dios parcial, ni un ser variable; sino que es inmutable de eternidad en eternidad.”
Moroni 8: 14 – 18

Estoy recorriendo caminos alternativos, es decir, que para que pueda llegar al punto central que motiva esta exposición, considero necesario, ir incorporando algunos aspectos, que hacen a nuestra percepción individual, del grado de desarrollo que hayamos alcanzado, en todo aquello que nos identifica como hijos de Dios.

Estas señales nos ayudarán a descubrir, por nosotros mismos, si hemos logrado realmente establecer una verdadera comunicación con Dios, si creemos que es posible que ocurra realmente esa comunicación, y si lo consideramos posible, si pensamos que sea imprescindible, la mediación de terceras personas para alcanzar este fin.

Considero que establecer comunicación con otra persona, significa, que la información que le hemos transmitido, ha provocado en esa persona, algún tipo de reacción, que nos permita verificar que sí ha captado nuestro mensaje.

Si no hemos logrado obtener algún tipo de respuesta, significará, que lo que hemos estado haciendo no ha pasado de una simple emisión de señales que no han podido establecer contacto con él, o los destinatarios, del mensaje enviado.

Lo que debe quedar claramente establecido, es que sólo se puede considerar que hemos logrado una comunicación, cuando obtenemos como respuesta, algún tipo de reacción a nuestros requerimientos, sin acuse de respuesta, no existe comunicación.

Ante lo que hemos expuesto, relacionado a la comunicación; si tuvieras que responderte a ti mismo, ¿ cómo considerarías tu relación con Dios ? ¿ haz logrado establecer una comunicación con él ? o piensas, que lo que has estado haciendo hasta ahora, no ha sido otra cosa, que simplemente emitir sonidos, sin pretender siquiera obtener una respuesta.

Si tu caso es, que siempre haz querido comunicarte con Dios, y no sabes, cómo obtener una respuesta, que te confirme que tu petición ha sido escuchada, permíteme que ponga a tu alcance algunas sugerencias que pueden ayudarte:

Lo primero que debes considerar, es que tu eres realmente, un hijo amado de Dios.

Tú, al igual que el más destacado de tus hermanos, haz venido ha este mundo dotado de facultades, que se te han otorgado para bendecir tu vida, y la de aquellos con quienes te relaciones, potencialmente posees todos los atributos inherentes a una criatura de origen divino.

Tal condición, la de hijo de Dios, te da el derecho de invocarle cada vez que lo estimes necesario, todo hijo puede y debe estar en contacto con sus progenitores, pero lo que tú ni nadie puede hacer, es apropiarte de Dios, tenerlo a tu disposición, eso no puedes hacer.

Cuando tu te comunicas con Dios a través de la oración, tu invocación se elevará a los cielos y será escuchada, aunque tu te encuentres en ese momento, en el patio trasero del mismito infierno, nada puede escapar al conocimiento de Dios, y menos cuando se trata de uno de sus hijos el que está clamando por él.

Ahora, una cosa es que Dios, sepa lo que te está ocurriendo, y otra cosa, es que tú estés en condiciones de escuchar su respuesta.

Veamos:

Cuando tu llegaste a este mundo, no lo haz hecho solo, tu padres celestiales, han dispuesto que uno o más ángeles te acompañen y protejan, ellos siempre responden por ti, aunque tu no te recuerdes de Dios, el recibirá un reporte diario de todo lo que está pasando contigo, ¿ te haz puesto a pensar en esto ?

Tú, nunca estás sólo, aunque vivas en una ermita en el medio del desierto.

El cuerpo que tu posees, es tu palacio personal, no eres el propietario, sólo lo estás ocupando, se te ha confiado un cuerpo creado del polvo, y algún día ese polvo volverá a la tierra que lo produjo, pero mientras tu lo ocupes, eres responsable de su cuidado y de su bienestar, con ese cuerpo que tu tienes, puedes alcanzar el objetivo que te habías propuesto, cuando aceptaste, venir a cumplir tu experiencia terrenal.

“ ¿ No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros ?

Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.”
1 Corintios 3: 16 –17

Comparando tu cuerpo físico con una casa, especialmente la que puedas construir en tu propia mente, ¿ en que condiciones la tienes actualmente ? ¿ cuales son los ambientes que haz acondicionado ? ¿ a quiénes invitas a visitarla ? ¿ tienes un lugar para tus ángeles y otro para Dios en la mansión de tu mente ?

“ Pasé junto al campo del hombre perezoso.

Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;

Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos,

Ortigas habían ya cubierto su faz,

Y su cerca de piedra estaba ya destruida.

Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo.”
Proverbios 24: 30 – 32

Si tu necesitas de tus padres, y quieres que vengan a ti para ayudarte, lo menos que se espera que hagas es que tengas un lugar donde recibirles, piensa en tus padres terrenales, ¿ de que manera te gustaría recibirles en tu casa ? cuando tu oras a Dios, lo que haces es invitarle a escucharte, a estar contigo, a brindarte consuelo y a que te bendiga con su amor.

Es bueno que realices un ejercicio mental, en el cual puedas imaginarte, que eres el ocupante de una hermosa mansión, tan confortable y agradable, como seas capaz de recrear en tu mente.

Si logras esta imagen mental, intenta recorrer todos los ambientes que le hayas incorporado, y recorre con tu vista interior los elementos que integran cada uno de esos lugares, evalúa todo lo que haz escogido para cada lugar, cuales han sido tus prioridades, cual es el clima que se respira, que soporte estético le incorporaste, que sentimientos te embargan cuando observas todo lo que tu mente ha construido.

Recuerda que ese es tu hogar celestial, nada ni nadie puede quitártelo, tu has hecho de ese lugar un tesoro de valor incalculable y en ese reducto donde moras, que haz construido con amor, sólo tu decides lo que pueda suceder, tu eres su creador.

“ No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha complacido daros el reino.

Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.

Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Lucas 12: 32 – 34

Cuando tu mente se acostumbre a imaginar lo que tu corazón desea, podrás comprenderte mejor, es posible que tus deseos no recorran la misma orbita, que la que recorren tus acciones diarias, y si te encuentras en esta situación, podrás entonces darte cuenta, solo, y sin ayuda, de los por qué, el camino que recorren tus ruegos a Dios, no se encuentra con las respuestas que tu amado Padre te envía.

“ ... y os diré de la lucha que tuve ante Dios, antes de recibir la remisión de mis pecados.

He aquí, salí a cazar bestias en los bosques; y las palabras que frecuentemente había oído a mi padre hablar, en cuánto a la vida eterna y el gozo de los santos, penetraron mi corazón profundamente.

Y mi alma tuvo hambre; y me arrodillé ante mi Hacedor, y clamé a él con potente oración y súplica por mi propia alma; y clamé a él todo el día; sí, y cuando anocheció, aún elevaba mi voz en alto hasta que llegó a los cielos.

Y vino a mí una voz, diciendo: Enós, tus pecados te son perdonados, y serás bendecido.
Enós 1: 2 – 5

Usa tu mente y tu corazón y reflexiona sobre lo que ahora voy a decirte, hasta ahora hablamos de que somos hijos de Dios, de que el nos ama y anhela nuestro bienestar, pero ocurre que todos nos sentimos extraños ante Dios, hay algo que no cierra, en nuestro interior, nos sentimos como hijos huérfanos de madre, nuestro Padre que está en los cielos nos ama, somos fruto de su amor, pero en nuestra partida de nacimiento, en la doctrina de las distintas religiones cristianas, no figura nuestra madre.

¿ Seremos acaso, hijos de Dios el Padre y de una madre desconocida ?

Voy a dejarte un sendero de pistas, por si se despierta en ti, el deseo de iniciar la búsqueda de tu madre celestial , porque sin duda la tienes, y, mucho más cerca de lo que te imaginas.

Se nos han dado muchos ejemplos del amor de Dios en las escrituras, Jesús, en sus enseñanzas, comparó el amor del Padre, con el que nosotros mismos brindamos a nuestros propios hijos:

“ ¿ Que padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra ? ¿ o si pescado, le dará una serpiente ?

¿ O si le pide un huevo, le dará un escorpión ?

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿ cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan ?

¿ Haz pensado en los atributos que una madre celestial debería poseer ? ¿ sería esta madre celestial, un modelo a seguir, por las mujeres madres en esta tierra ?

Si sientes un sentimiento tierno hacia tu madre terrenal, ¿ piensas que ella sería capaz de abandonarte ? ¿ o de negarte su consuelo ? ¿ acaso no ha estado junto a ti y no te ha protegido ? ¿ acaso no ha sido ella la primera voz que te ha orientado en la vida ?

Si aún continúas por la senda de pistas, reflexiona sobre estas palabras de Juan:

“ Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”
1 Juan 5 7 – 8

Cuando llegaste a este mundo, cuando irrumpiste por primera vez en un llanto de vida, ¿ quién ha estado a tu lado ? tu madre, el agua que te cubría en el vientre, y la sangre del cordón umbilical que te mantuvo unido a ella.

Si tuvieses que identificar los atributos maternos en las palabras de Juan, ¿ cual de los personajes descriptos por él, cuando menciona a: el Padre, al Verbo, y al Espíritu Santo, se asemeja más.

Los tres constituyen una unidad, y esa unidad tiene su símil terrenal, y ese símil no es otro que: Tu padre, tú, que eres el verbo, y tu amada madre que te dio a luz.

Quizás ahora, luego de transitar por esta senda, podrás encontrar en las enseñanzas de Jesús, un sentido diferente, mucho mas amplio y consistente, referente a los sentimientos del Salvador hacia el Espíritu Santo, leamos:

“ De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;

pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. ”
Marcos 3: 28 – 29

Te recuerdas cuando eras niño y jugabas con tus amigos, y aún ahora siendo ya un adulto, cualquier cosa podías permitir que te hicieran, todo podía ser perdonado, pero jamás permitirías que alguien ofendiese a tu madre, ella es para ti algo sagrado, algo que sitúas muy cerca de Dios.

Ahora, con esta imagen materna en tu mente, escucha estas palabras de Jesús:

“ Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.

Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.

El les respondió diciendo: ¿ Quién es mi madre y mis hermanos ?

Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.

Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”
Marcos 3: 31 – 35

Una lectura distraída de este relato, nos dejaría la impresión, de que Jesús estaría de alguna forma, menospreciando a sus hermanos y a su madre terrena, o por lo menos, no hace ninguna diferencia entre ellos y las demás personas que le acompañaban.

Pero, leamos nuevamente con mayor atención:

¿ Qué estaba haciendo Jesús cuando llegaron su madre y sus hermanos ? la respuesta es que estaba enseñando sobre el Espíritu Santo, ahora bien, ¿ que mejor ocasión se le podría presentar para una explicación práctica sobre ese tema ?

¿ A quiénes comparó Jesús que son sus hermanos, hermanas, y su propia madre ?

Leamos nuevamente el último versículo:

“ Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”

Cuando hacemos la voluntad de Dios, ¿ cual es la promesa que recibimos ? ¿ no nos han enseñado que el Padre nos ha prometido la asistencia del Espíritu Santo ?

Entonces, quiere decir, que aquellos que son obedientes y viven dignamente, tienen la presencia de su madre, la cual es la misma madre espiritual de Jesús.

Cuando nos juntamos bajo la influencia del Espíritu Santo, Jesús, el salvador del mundo, se encuentra rodeado de sus hermanos, de sus hermanas y de su madre, ¿ entiendes ?


Hugo W. Arostegui

El Cumpleaños de Emiliano

El Cumpleaños de Emiliano
Esta mañana, sentado al frente de la pantalla de mi computador, y con una página en blanco de Word, que me invita a convocar a las palabras que anidan en mi mente, prontas para delinear, una tras otras, las frases que me ayudarán, a darle forma y sentido, a un conjunto de vivencias, que se agolpan en mi pensamiento, y a las cuales pretendo desglosar en el contenido de este artículo.
Ayer, último día de abril, no era un día más, en el calendario de unos jóvenes padres, desde hace un año, este último día de abril, les quedaría grabado para siempre a lo largo de toda su vida, ¿el motivo? La llegada del pequeño Emiliano, un niño, que al nacer, les extenderá el certificado que los acreditará formalmente como padres, sin él, sin el pequeño Emiliano, nada de esto ocurriría, son nuestros hijos, quienes nos convierten en padres, de ahí, la trascendencia e importancia de su presencia , primer aniversario, ¡felicitaciones!
Ahora, ya que estamos hablando de cumpleaños, me gustaría realizar algunas apreciaciones, sobre el verdadero significado de un cumpleaños.
Es interesante observar, que la mayoría de las personas, no tiene muy claro lo que verdaderamente ocurre cuando festejamos un cumpleaños, y digo festejamos, porque esto es lo que ha sucedido, hemos cumplido, coronado una etapa, hemos acabado un ciclo, y nos preparamos para comenzar otro, inmediatamente.
Cuando se conmemora un cumpleaños, generalmente, hacemos una fiesta, convocamos a familiares y amigos, y… por supuesto, preparamos una torta, de determinadas dimensiones, a la cual le colocamos tantas velitas, como años cumplidos tenga el aniversariante ¿no es así?
Me pregunto: ¿alguien se ha puesto a pensar en el significado de las velitas encima de la torta?
Lo que hacemos en un día de cumpleaños, lo heredamos de nuestros ancestros, existen ciertos formalismos sin los cuales, un cumpleaños no estaría completo, y dentro de esa formalidad, sería impensable un cumpleaños, sin torta, sin las velitas encendidas, y mucho menos, sin el aniversariante aspirando profundamente para de un soplido apagar las consabidas velitas, a veces, soplando y resoplando, si éstas, las velitas, son aquellas que se vuelven a encender varias veces.
He preguntado varias veces sobre si alguien sabe porqué apagamos las velitas, cantamos que lo cumplas feliz, y aplaudimos ruidosamente una vez apagadas las velitas, y al parecer nadie se ha puesto a pensar si existe algún significado a no ser el de hacerle pasar un momento de alegría y reconocimiento al homenajeado.

Me parece que existe cierta confusión sobre la forma de contabilizar los años que cumplimos, todos nos referimos a nuestra edad partiendo de nuestro último cumpleaños, es por eso que decimos tengo tantos años, cada vez que se nos pregunta nuestra edad, pero, ¿es esto una forma correcta de contabilizar nuestra edad? Si estuviésemos dando una lección de historia, nos referiríamos a nuestro siglo, como el siglo veintiuno de la era cristiana, y esto lo hacemos porque el siglo veinte se cumplió el día 31 de diciembre de 1999.
Siguiendo esta línea de razonamiento, nuestro año se cumplió, precisamente el día en que festejamos nuestro cumpleaños, al día siguiente, ya estamos viviendo a cuenta del año siguiente, de manera que , si por ejemplo, una persona cumple hoy veinte años, mañana estará viviendo el año veintiuno de su vida, ¿entienden?
Esto es lo que da sentido al apagado de las velitas en nuestra fiesta de cumpleaños, lo que ocurre, cuando soplamos las velitas, es decir que hemos culminado un año de vida, las velas encendidas representan el año que culmina y al apagarlas, bueno al apagarlas, nuestro año ha culminado, nuestro año ha sido cumplido, ya empezamos a vivir a cuenta del próximo.
La clave de todo esto es que tengamos conciencia del pasaje de los años y que cuando apaguemos las velitas, sintamos que hemos cumplido, que no solamente el tiempo cronológico ha pasado, sino que también hemos ganado un año más en nuestra realización individual, entonces sí, cuando soplemos las velitas, podremos decir, ¡feliz cumpleaños!
Hugo W. Arostegui