domingo, 2 de octubre de 2016

A Imagen Y Semejanza


Nada de lo que nos rodea nos pertenece de manera que nos desplazamos por la vida tal cual lo podrían haber hecho, o lo hicieron, quienes han sido identificados por el relato bíblico, me refiero a quienes se les ha conferido nuestra tutela universal, históricamente conocidos como Adán y Eva.

Lo que nos ha sido revelado nos exime de cualquier derecho hereditario que pudiésemos esgrimir por la sencilla razón de haber sido expulsados, conjuntamente con a quienes se le han atribuido  nuestra posterior paternidad, de la parcela de terreno en el cual compartíamos con del resto de la creación, de los bienes y servicios, ángeles incluidos, con una espada flagelante que nos pudiese impedir cualquier intento de retorno.

De manera que si algo nos identifica es la misma precariedad que pudiese tener un mochilero de los tantos que observamos transitar por nuestras rutas, llevando como un caracol humano nuestra casa a cuestas “haciendo dedo” al resto de los mortales para intentar “un aventón” que nos permita continuar con nuestro viaje de destino incierto.

Entonces lo que nos queda, como concesión divina que nos diferencia del resto de los mortales, es nada más y nada menos, que hemos sido creados “a imagen y semejanza” del padre de todas las creaciones, concesión que pone a nuestro alcance la capacidad de transformar todo cuanto nos propongamos realizar, eso sí, dando un fiel cumplimiento a los derechos y obligaciones que rigen para los “herederos de los dioses”

“Mentalmente, el hombre fue creado como un ser racional con voluntad propia – en otras palabras, el hombre puede razonar y elegir. Este es el reflejo de la inteligencia y la libertad de Dios. En cualquier momento alguien inventa una máquina, escribe un libro, pinta un paisaje, disfruta una sinfonía, calcula una suma, o nombra a una mascota, él o ella están proclamando el hecho de que fueron hechos a la imagen de Dios.
Parte del haber sido hechos a la imagen de Dios, es que Adán tuvo la capacidad de tomar decisiones libremente. Aunque le fue dada una naturaleza justa, Adán hizo una mala decisión al rebelarse en contra de su Creador. Al hacerlo, Adán dañó la imagen de Dios de su interior, y pasó esa semejanza dañada a todos sus descendientes, incluyéndonos a nosotros (Romanos 5:12). Hoy, todavía llevamos esa semejanza de Dios (Santiago 3:9), pero también llevamos las cicatrices del pecado, y mostramos los efectos mental, moral, social y físicamente.

Cuando nos preguntemos en lo individual, ¿qué es lo que se espera de nosotros? encontraremos la respuesta en el mismo "soplo de vida" que nos hace coautores de todas esas cosas que por su magnitud no encuentran otra definición más contundente que “maravillosa” como se suele definir a la vida misma.

Hugo W Arostegui




Escoba Nueva Barre Bien



En los ambientes dentro de los cuales se suele contratar periódicamente a nuevos operarios es común escuchar, en boca de capataces y supervisores, con referencia al potencial desempeño de los mismos, esta expresión que les describe en sus primeros intentos por dejar la mejor impresión de sus aptitudes y habilidades.

“La escoba, instrumento añejo de limpieza hogareña, todavía  perdura en las casas, resistiendo el embate de los modernos escobillones. Cuando uno compra una escoba es lógico que funcione correctamente, que barra bien, pero a medida que el uso va deteriorando su aspecto y su eficacia, va llegando la hora de reemplazarla por otra. Así como ocurre con las escobas, pasa con algunas personas en el trabajo, pues cuando son recién contratadas se esmeran por brindar un servicio de alto nivel a los ojos de todos, en tanto que, una vez que se aburguesaron, su rendimiento presenta un ineludible bajón.”

Esto que bien que podríamos denominar como “el síndrome de la escoba nueva” es algo que nos caracteriza a los humanos, tenemos una natural inclinación a sobrevalorar todo aquello que nos resulta novedoso y así ocurre con nuestros afectos, con nuestros vínculos laborales y toda nueva tarea que emprendamos, comenzamos a hacer algo con un entusiasmo manifiesto para luego dejarnos dominar por el desgaste de la rutina y el aburrimiento.

Todo logro sustentable en el tiempo es aquel que conquistamos con el esfuerzo y la persistencia, un compromiso que nos hacemos a nosotros mismos y que resulta una  condición indispensable para mantener inalterable nuestra capacidad de “continuar barriendo bien”


Hugo W Arostegui

sábado, 1 de octubre de 2016

Amistad Virtual




Cuando compartimos lo que somos, sin retaceos ni retoques, con aquellos seres con los cuales hemos establecido una circunstancial relación, decimos que somos afortunados de poder sentir que somos parte de algo que ha surgido con la espontaneidad propia de seres que han trascendido sus propias limitaciones en aras de complementar en él, o los otros, u otras, todo aquello que nos hace, en nuestro fuero íntimo, mejores personas.

Resulta una experiencia sumamente gratificante cuando logramos sintonizar en el amplio espectro de las relaciones humanas, en el entendido de que no estamos sujetos a ningún tipo de fobias ni preconceptos, con aquellas personas que se brindan a sí mismas con la motivación que emana de su espontánea capacidad para compartir experiencias.

Esto es lo que sucede o debería suceder en nuestros encuentros virtuales en la red de amigos que vamos tejiendo, cual si fuese una telaraña, uniendo afectos y coincidencias en las pantallas de nuestros cada vez más sofisticados aparatos de telecomunicación.

Este es el nuevo mundo virtual que se construye a sí mismo y en el cual estamos cada vez más y más inmersos como parte de un bufet expuesto en una mesa de exquisiteces listas para ser deglutidas.

No se trata de entender, a quien le puede interesar entender, se trata de volver a empezar para que no perdamos lo esencial que anida en lo recóndito del ser, muy lejos de la alienación que nos circunda y embrutece los sentidos, es la razón de la sinrazón, es ver al hombre libre de toda la trampa virtual que le encadena.

Hugo W Arostegui


El Mensaje En La Botella



Cuando era niño sentía una peculiar inclinación por las historias que nos solían contar los adultos cercanos a la familia, especialmente aquellas que se referían a los mensajes que se recogían en las playas dentro de botellas, que luego de ser transportadas por las olas del mar, quien sabe desde dónde, una vez que eran recogidos, generalmente por las manos anónimas de algún pescador que transitaba por sus  costas , exponían ante nuestros ojos impávidos mensajes de náufragos perdidos en alguna remota isla, coplas de viejas canciones, poemas, promesas de amor eterno y su anhelo esperanzador de un posible reencuentro.

Ahora, después de tanto tiempo recorrido, continúo con esa sensación de incertidumbre que imaginaba en el ánimo de quién introducía su mensaje en el interior de una botella que luego depositaria en las aguas del mar con la esperanza de que pudiera ser recogido en alguna lejana orilla quien sabe dónde.

Es el mismo sentimiento el que nos embarga cada vez que editamos algún artículo en nuestras páginas y a las que le adjuntamos un esperanzador enlace en las redes sociales, una vez que le publicamos, nuestro mensaje comienza su peregrinaje por los medios electrónicos de la web, ese inmenso mar virtual donde podrá ser recogido por algún navegante que le recoja y le permita a su contenido concretar ese encuentro íntimo e insustituible de quien escribe y su ocasional lector.

Esa es nuestra alentadora esperanza.

Hugo W Arostegui



Respetuoso



La imagen que debemos irradiar es aquella que brota desde la intimidad de nuestros sentimientos más profundos, aquellos que afloran libremente sin compulsión alguna de nuestra parte, los que no deben ser reprimidos ni censurados, los que actuando con total espontaneidad nos muestran a nuestros conciudadanos tal cual somos.  

“Ser respetuoso empieza con una consideración básica de los sentimientos de los demás.

Pregúntate a ti mismo cómo te gustaría que te trataran en cierta situación y haz un esfuerzo para tratar a los demás de esa forma.

Trata a todas las personas que encuentres (desconocidos en la calle, compañeros de trabajo, compañeros de la escuela y familiares) como individuos dignos de amabilidad y cortesía básicas. Tratar a las personas con respeto ¡hace que el mundo sea un lugar mucho más agradable para todos! Estas son algunas formas de mostrarles amabilidad a los demás:

Este es un muy buen momento de comenzar, retomar o continuar con el autocultivo de nuestros valores esenciales donde obviamente no pueden excluirse aquellos que nos hacen confiables y receptivos en nuestro trato hacia todos aquellos que comparten nuestros espacios de intercambio colectivo en la sociedad que afortunadamente todos integramos.

Hugo W Arostegui




El Por Venir



Comenzamos un nuevo mes y nos acercamos al final de año, una época muy propicia para realizar un raconto de todo lo sucedido y en la medida de lo posible renovar nuestro compromiso de corregir errores en el caso de haberlos cometido, ajustar los detalles  de nuestro rumbo y sobre todo asir el comando de nuestro “panel de control”  para asegurar que todas nuestras acciones se encaminen sin claudicaciones a concretar las metas que nos hemos propuesto.

Lo que nos queda por decir es que somos muy optimistas en cuanto al porvenir, pues lo que tengamos por delante, lo que pueda estar “por venir” seguramente vendrá para cualquiera de nosotros, nuestras expectativas en cuánto a lo que pueda suceder, aunque apliquemos “nuestra intuición” siempre estará cubierto por “el puede ser” lo que no debe cambiar bajo ningún concepto, es nuestra actitud hacia lo desconocido, es como nuestra expectativa ante la apertura de un regalo, en este caso un maravilloso regalo que solo la vida nos puede otorgar.


Hugo W Arostegui

La Revolución Del Relato


Quienes nos hemos habituado a publicar nuestros artículos por medio de internet nos encontramos que en los últimos años nuestra tradicional forma de comunicarnos con nuestros lectores virtuales ha ido cambiando sustancialmente.
Hoy en día los potenciales lectores cuentan con una herramienta poderosísima como lo es sin duda alguna la telefonía celular, en este punto de mi relato, necesito efectuar cierta inflexión para intentar explicar que no nos sentimos calificados para emitir ninguna opinión sobre el uso de la tecnología digital, simplemente enunciamos, que recurrimos a este medio por la vía indirecta de los enlaces que publicamos en las redes sociales, concretamente en mi caso particular, los enlaces que comparto a través de face book.
Dicho esto me dirijo a enfocar este tema por la única vía por la cual me siento medianamente capaz de opinar, el desarrollo de un tema como los tantos otros temas que periódicamente  publicamos en nuestro blogspot.
En lo personal he ido introduciendo paulatinamente, un poco obligado por el intento de facilitar la lectura, ciertas modificaciones que me gustaría explicar, por ejemplo, he notado que mis potenciales lectores reciben los enlaces directamente a sus celulares, esto es algo que agiliza muchísimo las comunicaciones pero que en contrapartida dificulta en la misma proporción la lectura de temas cuyo desarrollo insuma mucho espacio.
De manera que nuestro comentario de algún tema en cuestión parte de la premisa de que cuánto queramos decir a los destinatarios de nuestros temas deberá forzosamente que contar con la simbiosis obligada, digamos que por las circunstancias, entre el relato, el relator y el lector en la comprensión lectora del tema.
Simbiosis: Relación de ayuda o apoyo mutuo que se establece entre dos personas o entidades, especialmente cuando trabajan o realizan algo en común.
“Pero, aunque resulte difícil y hasta arbitrario, es útil distinguir entre narración cotidiana y narración de ficción o, siguiendo a los formalistas rusos, entre narración estándar y narración poética. La primera correspondería a ese tipo de narración vinculada a un simple hacer-saber, mientras que la otra incorpora conscientemente estrategias del tipo simbólico-estético que conducen a potenciar otras categorías del saber-decir: el hacer-hacer y el hacer-ser.
En síntesis, la narrativa digital, acorde con este nuevo horizonte de la narratividad, se puede definir como un objeto virtual capaz de poner en dinámica no sólo una dimensión técnica (la utilización de recursos audiovisuales y de las nuevas tecnologías de la comunicación), sino una dimensión estética; esto es, la posibilidad de afectar la experiencia sensible a partir del uso artístico de esas técnicas, con lo que entreteje un tipo peculiar de relato: el relato digital. ”

Hugo W Arostegui