viernes, 24 de febrero de 2017

Gratitud


“El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario.
Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud

Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. 

La gratitud exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida”

“Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran.”     Álvaro Mutis

“Las personas que no son capaces de experimentar gratitud tienen un elevado narcisismo. 
No solamente tienen problemas de memoria, sino que también dan por sentado que merecen toda la ayuda que reciben. 

De hecho, muchos de ellos se atribuyen por completo los beneficios que obtienen y omiten por completo lo que los demás aportaron para poder lograrlos.

La ingratitud es propia de personas que han sido criadas con exceso de gratificaciones. No se les enseña a valorar lo que otros les dan. Sus padres le inculcan la idea de que lo merece todo, por ser quien es.

Quien ha pasado por dificultades y las ha resuelto, sabe el inmenso valor que tiene la ayuda de otros.
Nada como sentirse impedido para algo, o atrapado, o vencido, para entender que la mano que otro tiende es un verdadero regalo del cielo.” “La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás”-Cicerón-


Inteligencia

Inteligencia
Nombre femenino

En términos de inteligencia humana seguramente no agotaremos el tema en todo lo que podamos agregar al respecto, es por eso que nos limitaremos a mencionar algunos aspectos que hacen a nuestra tan particular forma de exponer con nuestras actitudes el grado de desarrollo de esta invalorable facultad.

Así como existen las piedras que habitualmente tropezamos con ellas en más de una oportunidad, “se dice que el ser humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra más de una vez” de la misma manera, el sostener de que la inteligencia que cada ser humano pudiera poseer, oficiaría como garantía de que sus decisiones sobre un asunto dado contarán con el aporte de esta facultad, sería cometer el mismo error, como el volver a tropezar, esta, como tantas otras veces, con tantas piedras como las que se pudieran encontrar en el camino.

“Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”

El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”).

“Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de las alternativas más convenientes para la resolución de un problema.

De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es inteligente cuando es capaz de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema”.

“La inteligencia pueden clasificarse en distintos grupos según sus características:
la inteligencia psicológica (vinculada a la capacidad cognitiva, de aprendizaje y relación), la inteligencia biológica (la capacidad de adaptación a nuevas situaciones), la inteligencia operativa y otras.
En todos los casos, la inteligencia está relacionada a la habilidad de un individuo de captar datos, comprenderlos, procesarlos y emplearlos de manera acertada. Quiere decir que es la capacidad de relacionar conocimientos y conceptos que permiten la resolución de un determinado conflicto, es una cualidad que poseemos los humanos y también los animales, sólo que en el caso de ellos se la llama erróneamente instinto.

Existen muchos conceptos erróneos acerca de la inteligencia, incluso se han elaborado diversos conceptos y mecanismos para medir la inteligencia, como el del cociente intelectual de los individuos. Sin embargo con ellos sólo se analizan las capacidades de lógica, matemática y lingüísticas de una persona, obteniéndose resultados poco precisos de la capacidad verdadera de una persona.

Si se tiene en cuenta el carácter complejo de la inteligencia, el concepto sólo puede ser definido en forma parcial y para esto se apela a diversos procedimientos y atributos. Hablaremos de lo planteado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, quien asegura que la inteligencia puede entenderse como el potencial de cada individuo que puede advertirse e incrementarse a través de diversos procedimientos, pero que resulta imposible de cuantificar”.

Hugo W Arostegui


jueves, 23 de febrero de 2017

Diversidad


La diversidad cultural refiere a la convivencia e interacción entre distintas culturas. La existencia de múltiples culturas está considerada como un activo importante de la humanidad ya que contribuye al conocimiento. Cada persona, por otra parte, tiene derecho a que su cultura sea respetada tanto por otras personas como por las autoridades.

En muchas ocasiones, la supervivencia de una cultura se ve amenazada por el avance de otra con vocación hegemónica. En estos casos, el gobierno y las instituciones deben proteger a la cultura que tiene menos poder para garantizar su subsistencia y, de esta manera, asegurar la diversidad cultural.

En ese mismo sentido, la diversidad sexual es la existencia de distintas orientaciones e identidades sexuales. Los grupos minoritarios, entre los que se encuentran homosexuales y bisexuales, se encargan de defender este concepto para que sus derechos no sean vulnerados y puedan acceder a las mismas posibilidades que la mayoría (heterosexuales).

La diversidad biológica o biodiversidad señala la inmensa variedad de seres vivos que habitan el planeta tras millones de años de evolución. El equilibrio ambiental depende del mantenimiento y la protección de la biodiversidad. 

Dentro de esta clasificación se encuentran las especies pertenecientes tanto a los ecosistemas terrestres como acuáticos.

Para conseguir establecer y cuantificar la diversidad de las especies de una región fue necesario conocer de forma taxonómica a las mismas, para conseguir además establecer la importancia que dicha especie ocupa dentro del ecosistema. La taxonomía es la ciencia que estudia los diferentes organismos vivos y las relaciones que se establecen entre ellos y su entorno. Consiste en uno de los pilares para la existencia de la biodiversidad porque permite acercarse a un ecosistema y comprender los diversos roles que tiene cada especie en el espacio natural.

La diversidad ecológica es otra de las grandes ramas dentro de la biodiversdad. Se dedica al estudio de la variedad de especies existentes dentro de un mismo ecosistema. 

Podríamos decir que se trata del estudio sintético de la biodiversidad, que se detiene únicamente en los ejemplares que existen en un mismo hábitat y se dedica a estudiar la forma en la que las acciones de estos pueden modificar el medio natural. 

La diversidad ecológica analiza la composición del paisaje, la variedad de especies que residen allí y las influencias que unas proyectan sobre las otras.
Uno de los grandes nombres que surge al pensar en biodiversidad es el de Jacques Cousteau, un investigador francés apasionado por la vida y sobre todo, por nuestro accionar sobre el planeta, quien demostró una gran preocupación por el futuro de la tierra.

En sus extensos estudios acerca de la vida en la Tierra, Cousteau expresó la relevancia que las pequeñas acciones podían tener sobre el futuro de lo que nos rodea; y, sobre todo, manifestó su deseo de que nuestra especie se volviera más atenta a las necesidades del medio natural al que se enfrentaba cuando se acercaba a la naturaleza y fuera respetuoso con lo que allí se encontraba pues, la modificación de la vida de una mínima especie podía significar una ruptura natural que había llevado decenas de años o incluso siglos en conseguirse y condenaba a la muerte a quién sabía cuántas especies.


El Ser Responsable


Hacernos cargo de las consecuencias que pudiesen ocasionar tanto nuestro accionar en sociedad como nuestra ausencia en la participación de todo aquello ante lo cual se pudiera requerir nuestra presencia, nos sitúa en la eventualidad de ser potencialmente responsables sea por la realización de actos negativos o en la omisión de corregir aquellas acciones donde nos consta que deberíamos asumir sus consecuencias.

“La responsabilidad es la habilidad del ser humano para medir y reconocer las consecuencias de un episodio que se llevó a cabo con plena conciencia y libertad.

Por lo tanto, una persona responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consciente y que puede ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea. De este modo, la responsabilidad es una virtud presente en todo hombre que goce de su libertad.

Más exactamente podemos determinar que una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.

Por ello, es necesario añadir que un elemento que tiene que estar presente y que sin él es imposible hablar de responsabilidad es el de libertad, pues esta es la que determina el que alguien pueda realizar cualquier acción porque así lo estima oportuno o lo desea. Pero también es vital que dicho individuo tenga también razón. Así, quien carece de raciocinio, como por ejemplo un niño o un desequilibrado, no puede ser responsable de sus actos.

Muchas son las personas que carecen de esta virtud que, según señalan los expertos, se hace más patente en personas que cuentan con otras dos cualidades muy positivas. Por un lado, estaría la valentía y por otro la humildad. 

Y es que esta última es vital para que alguien que ha cometido un error con sus actos carezca de orgullo para pedir perdón”.

Hugo W Arostegui


miércoles, 22 de febrero de 2017

Voluntariosos


 El adjetivo de voluntarioso define una cualidad de carácter de aquella persona que se caracteriza por tener una buena voluntad y una disposición de ayuda para realizar el bien en cualquier ámbito de la vida. En el contexto profesional, una persona voluntariosa es aquella que trabaja con tesón por alcanzar sus objetivos, se supera a sí misma, es constante en la realización de un plan de acción y cuida todos los medios a su alcance para intentar que las cosas salgan según lo esperado.

Ser voluntarioso es una cualidad importante, una de las más valoradas por cualquier empresa cuando contrata a profesionales que más allá del currículum, se diferencian por sus habilidades personales. Las personas voluntariosas simplifican las dificultades a través de su actitud.

Una persona voluntariosa es diligente y firme en su tarea, tiene una rectitud moral que le hace perseverar en sus propósitos gracias a un alto grado de motivación intrínseca. Es decir, una persona diligente es aquella que valora el cumplimiento del deber. La cualidad de ser voluntarioso también es importante en los estudios donde esta disposición de trabajo puede ser incluso más importante que la inteligencia.

Algunas personas muy inteligentes se confían en sus posibilidades y suspenden un examen por no haberlo preparado a conciencia. En cambio, las personas voluntariosas y trabajadoras tienen paciencia para preparar con esmero una tarea. En este caso, la persona se esfuerza con gusto porque se motiva ante los frutos que espera lograr a partir de su esfuerzo.

Debemos revisar el valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos. 
Comenzar algo siempre nos llena de entusiasmo. Un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, una nueva relación trae consigo esperanzas y expectativas. En realidad poner “la primera piedra” de un edificio es relativamente sencillo. Pero poner “la última piedra” no es tan fácil.

El poner la última piedra es un valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos y no dejarlo a medias.

Cuando termina un año, se da un doble fenómeno: el de la alegría de comenzar un nuevo ciclo, pero en cierta forma también un poco la tristeza de ver que no terminamos todo lo que nos propusimos.

No podemos permitir que el desánimo o la tristeza nos impidan actuar. Los grandes proyectos requieren de un trabajo constante. Las grandes obras se componen de pequeños esfuerzos que se realizan todos los días. Pero también es importante sentarse a meditar en qué queremos lograr y hacia donde esperamos ir. Si no tenemos la constancia y la lucha diaria de construir las cosas grandes con pequeños detalles, nos quedaremos colocando primeras piedras, pero no acabaremos nuestras obras.

Poner la última piedra es la culminación que nos brinda paz y una conciencia serena. Quienes siempre emprenden pero nunca terminan acaban desanimándose y llegando a un conformismo mediocre que no es sano.

Para poner últimas piedras, debemos conocer nuestras capacidades y nuestros defectos.

Pero nuestros proyectos siempre deben exigirnos un poco más de lo que podemos hacer.

Todos los seres humanos tenemos limitaciones que vamos conociendo con el paso del tiempo. Un joven es mucho más soñador que un adulto.

Los jóvenes con frecuencia se establecen metas demasiado altas, poco acordes a sus posibilidades reales.

Por el contrario, a veces las personas mayores tienden a ser más pesimistas, pues se han dado cuenta de que la vida no es tan sencilla y que los sueños son difíciles de materializar.

Pero ninguna de las dos actitudes es sana: ni la del joven que no mide sus posibilidades, ni la del adulto que deja de soñar. 

Tener una actitud equilibrada significa plantearnos metas un poco mayores de lo que sabemos que podemos hacer, y asegurarnos de poner la última piedra. 

Y una vez que lo logremos, volver a empezar haciendo planes, proyectos y fijándonos nuevas metas, cada vez más altas.


La Concentracion


“La concentración de carácter mental, por otra parte, es el proceso de la mente que consiste en centrar voluntariamente la atención sobre un objetivo. A través de la concentración, la persona deja momentáneamente de lado todo aquello que puede interferir en su capacidad de atención.

En este caso, por ejemplo, hay que decir que muchos son los profesionales que requieren desarrollar la concentración para poder llevar a cabo su trabajo. Así, en el caso del mundo de espectáculo hay artistas como magos, mentalistas o trapecistas que necesitan de la citada concentración para realizar sus números y de esta manera conseguir que ellos salgan tal y como desean, lo que hará que el público asistente quede gratamente sorprendido.

Cabe resaltar que la concentración resulta vital para el aprendizaje (la adquisición de nuevos conocimientos), la precisión en la ejecución de movimiento y la puesta en marcha de una estrategia. Los deportistas, por ejemplo, deben estar concentrados para enfocarse en sus acciones”

El ser humano ha perdido su capacidad de concentrarse por el uso excesivo de nuevas tecnologías.
¿Tiene uno de esos días en los que no se puede concentrar? En cierto momento está inmerso en una actividad y al siguiente está escribiendo a sus amigos en un grupo de chat o poniéndose al día en los últimos chismes de la farándula, incluso, viendo videos virales de animales.

Expertos piensan que nuestro cerebro no está preparado para el rápido y creciente bombardeo de distracciones digitales, lo que nos deja con una sensación de lentitud y, en última instancia, nos hace menos productivos.

A lo que nos estamos enfrentando es a un problema del siglo XXI. Hoy en día, la tecnología domina toda nuestra vida mientras estamos despiertos, y esto viene con un costo cognitivo.

Un estudio realizado en Canadá por Microsoft, en 2015, reveló que en promedio el intervalo de atención de los humanos bajó de 12 segundos a finales del siglo pasado a 8 segundos con el nuevo milenio. Esto es menos de lo que puede aguantar un pez dorado.

Expertos consideran que esto no se debe a que nos estemos haciendo menos inteligentes, sino que ahora desempeñamos múltiples tareas. De hecho, hay quienes aseguran que la multifuncionalidad no existe.

Sencillamente cambiamos nuestra atención de una tarea a otra extremadamente rápido, algo que podría tener consecuencias serias en el funcionamiento de nuestro cerebro.


Cuando variamos de una actividad a otra, nuestro cerebro utiliza glucosa oxigenada, y en la medida en que esa fuente se agota, nos quedamos con una sensación de somnolencia y desorientación. 

Como resultado, se libera la hormona cortisol del estrés. “Esta no es la mejor condición en la que puede estar uno a la hora de tomar decisiones”, dice Greg Foot, presentador de programas de ciencia de BBC.

Con Las Manos En La Masa


Como suelo hacerlo la mayoría de los días me encuentro metiendo mis manos en la masa compuesta por los acontecimientos que de una manera u otra se me hacen presente sobre mi mesa de trabajo, estos, los acontecimientos, constituyen la “materia prima”, “los ingredientes” que una vez que son analizados los intentamos exponer en los artículos que publicamos.

Cuando empleamos el término analizar no significa de que pasamos la información recibida por el tamiz de algún tipo de evaluación previa o censura, simplemente nos referimos al grado de trascendencia que tal acontecimiento nos pueda causar en nuestra captación de lo que pensamos que pueda haber acontecido y la posterior reacción de nuestra sensibilidad al respecto.

Así que en eso estamos, en la evocación de todo lo acontecido en nuestro entorno y aportando nuestra solidaridad a través del compartimiento de nuestras impresiones en el bien entendido de que toda opinión, cuando es emitida con la intención de contribuir en una evaluación justa y desinteresada, siempre será recibida con la calidez y el afecto que toda buena acción es considerada.

Es por eso que metemos nuestras manos en la masa y nos identificamos con cada una de nuestras opiniones, el contenido de “nuestra masa informativa” tendrá consigo todo el proceso que le es propio y su tiempo de elaboración le permitirá alcanzar la consistencia y el sabor que la conviertan en una “sana y digerible” degustación.

Eso esperamos


Hugo W Arostegui