martes, 23 de mayo de 2017

Tu Luz Propia


Este relato tradicional tailandés expresa de una forma sencilla el sentido de “tu luz propia”.
La pequeña luciérnaga.

Había una vez una comunidad de luciérnagas que vivía en el interior del tronco de un altísimo lampati, uno de los árboles más majestuosos y viejos de Tailandia.

Cada anochecer, cuando todo se quedaba a oscuras y sólo se oía el murmullo del cercano río, todas las luciérnagas abandonaban el árbol para llenar el cielo de destellos. Jugaban a hacer figuras con sus luces bailando en el aire para crear un sinfín de centelleos más brillantes y espectaculares que los de un castillo de fuegos artificiales. Pero entre todas las luciérnagas que vivían en el lampati, había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.-

No, no, hoy tampoco quiero salir a volar- decía todos los días la pequeña luciérnaga-.

Tanto sus abuelos como sus padres, hermanos y amigos esperaban con ansiedad a que llegara la noche para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se lo pasaban tan bien que no comprendían cómo la pequeña luciérnaga no les acompañaba nunca. Le insistían para que fuera con ellas a volar, pero no había manera de convencerla.

– ¡Que no quiero salir a volar!- repetía la pequeña luciérnaga.

Toda la comunidad de luciérnagas estaba muy preocupada por la actitud de la pequeña. Pasaban los días y la pequeña seguía encerrada sin salir de casa.

Un anochecer, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela luciérnaga se acercó a la pequeña y le preguntó con delicadeza:

– ¿Qué te sucede, mi pequeña niña? ¿Por qué nunca quieres salir de casa? ¿Cuál es la razón por la que nunca quieres venir a volar e iluminar la noche con nosotros?

– ¡No me gusta volar!- respondió la pequeña luciérnaga
– Pero, ¿por qué no te gusta ni volar ni mostrar tu luz?

– Pues…- explicó por fin la luciérnaga-, ¿para qué he de salir si con la luz que tengo nunca podré brillar como la luna?. La luna es grande y brillante y yo a su lado no soy nada. Soy tan pequeñita que a su lado no soy más que una ridícula chispita. Por eso nunca quiero salir de casa y volar, porque nunca brillaré como la luna.-

¡Ay, mi niña!- sonrió la abuela-. Hay una cosa de la luna que has de saber y que desconoces
– ¿Y qué es lo que debo saber?

– Has de saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches. La luna cambia todos los días. Hay noches en que está radiante. En cambio en otras se esconde, su brillo desaparece y deja al mundo sumido en la más profunda oscuridad.

– ¿De veras que hay noches en que se esconde la luna?

¡Claro que sí, mi niña! Hay noches en que la luna es enorme y otras en que se hace invisible. La luna no siempre brilla con la misma intensidad. La luz de la luna depende del sol. En cambio tú, pequeña, siempre brillarás con la misma fuerza y lo harás con tu propia luz.

A partir de entonces la pequeña luciérnaga salió cada noche a volar con su familia. Y así fue como aprendió que cada uno ha de brillar con su propia luz.

Relato tradicional de Tailandia extraído del libro de J.M. Hernández y A. Sáinz de la Maza. “Cuentos de todos los colores”. Ed. RBA-Libros, 2004.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

Eduardo Galeano “El libro de los abrazos”




Que Decir Y Cómo Decirlo



Solo puedes cuestionarte aquello que elegiste desde la mente.

Solo puedes temer equivocarte si no es tu mente quien está al mando.
Solo puedes arrepentirte cuando no has sido totalmente tú quién conduce tu expresión.

Cualquier experiencia vivida desde la verdad de tu corazón, contiene el saber necesario para volver la vista atrás y comprender el sentido de caminar rumbo a lo desconocido.

No hay que proponerse escribir una novela sino simplemente escribir, lo que se pueda, aquello que uno es capaz. Eso es lo que he aprendido con los últimos trabajos. ¿Qué quiero decir? Que el acto de escribir es lo más importante y es anterior a todo, al plan, a la posible estructura del libro. Es anterior a la idea de libro.

Escribir es lo que define al individuo, es lo que lo hace ser el que es. Es lo que me hace a mí ser el que soy y ser de este modo y no de otro. No importa si escribo una novela, fragmentos, reflexiones o simplemente juegos.

Negarse a escribir, resistir la intención, también es parte de la vida del escritor. 

Escribir solo cuando ya no se puede resistir más. Escribir es una doble resistencia. 

Se escribe para resistir las servidumbres que la vida impone y  se escribe para expresar nuestra opinión la cual puja dentro de nosotros con total prescindencia de cualquier estado anímico o condicionamiento.


Hugo W Arostegui

domingo, 21 de mayo de 2017

Cimientos Culturales Las “Cajas Negras” De La Civilización.

“En el presente vivimos los años mozos de la época denominada por el gran filósofo polaco, Zygmunt Bauman (1925), como “modernidad líquida” o posmodernidad, durante la cual van disminuyendo gradualmente los habitantes de la Tierra que recurren a los tesoros del saber, por considerarlos “inútiles” ante el delirio materialista imperante.

El planeta gime ante la displicencia generalizada en la consecución de los nutrientes intangibles que alimentan el intelecto. Estos, reemplazado a su vez, por remedios materiales que sacian los ímpetus a veces incomprensibles, de su desviada realidad.

En consecuencia, el “homo económico”, llevan la delantera en la carrera para sustituir y aun aproximarse al “homo sapiens”. ¿Pero, se preguntan algunos, de que sirven los deleites del espíritu, si tantos son los focos de atención que nos dirigen hacia los indispensables requerimientos de la población consumista?

A esta interrogante de la actualidad responde en el siglo pasado el genial filósofo y escritor español, Miguel de Unamuno, que : “Sólo el que sabe es libre, y más libre es el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar si no das alas; no la de pensar, si no das pensamiento”. Para terminar diciendo: “La verdadera libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”.

Somos, sin duda alguna, mitad materia que compone la armadura del animal viviente que vino al mundo; y como tal, comemos, hablamos, nos movemos, defecamos y hacemos el amor, entre otras actividades; pero sobre todo, sobresalimos en la creación porque somos los únicos seres provistos de la venerada capacidad de pensar, lo cual nos distingue orgullosamente de los demás animales y otros entes.

Y tanto necesita nuestro cuerpo de los alimentos para poder sobrevivir como también requiere nuestra mente del combustible intangible del saber, para con estas herramientas, hacernos siempre más libres y más felices.

Deplorable debe ser la realidad de los analfabetos, y aun de algunos que simplemente desestiman las bondades que ofrece la cultura, puesto que en una mente y una mirada vacías de tantos conocimientos distanciados de los rudimentos del diario vivir, se ven obligados a conformarse sólo con lo esencial, siendo ellos incapaces de analizar y conceptuar sobre los infinitos recursos de que disponemos en esta posmodernidad, para colmar cada uno dentro de su propia capacidad, esta efímera existencia terrenal, disfrutando así del conocimiento que nos brinda todo este grandioso universo.”

En el día de ayer participamos de un encuentro, para ser precisos se trataba de desarrollar un tema con un muy valioso contenido " El Placer En Nuestras Vidas” en un ciclo de encuentros que se realizan en “Sala Brocos” en el edificio “La Casa De La Cultura, en la ciudad de Tacuarembó, me resultó muy claro e interesante el desarrollo de una temática que forzosamente (despierta la curiosidad que les caracteriza) la necesidad de “buscar en sus registros” las mencionadas “cajas negras” que todos guardamos en algún recóndito lugar de la memoria.

Escuchando la muy buena disertación de los expositores, algunas expresiones lograron “activar” el añejo contenido de mi memoria y claro lo que surgió fue que comparando lo registrado en las “cajas negras” de mi niñez, no pude evitar la humorada que me causó tal comparación, a modo de ejemplo, les diré, que llegaron a mis oídos palabras tales como: "sexo oral” ocasionando que del contenido de lo registrado en mi memoria surgieran situaciones relacionadas con  la “oralidad” es que en mis registros sobre el tema obviamente no teníamos mayores referencias, para nosotros, setenta años atrás, cuando recibíamos la infausta noticia de que tendríamos una “prueba oral” significaba que todos y cada uno deberíamos exponer en palabras todo aquello que entendíamos que debíamos decir sobre alguna temática en cuestión.

Claramente se puede observar la gran diferencia generacional que separan a nuestros registros.

Es por eso que no he podido evitar “sofrenar al vasco medio loco” que todavía me caracteriza y me dije: por qué no decir algunas cosas que puedan ser captadas por los registros albergados en la memoria colectiva de los participantes, entonces es que no pude evitar, confieso que no he realizado ningún esfuerzo por evitarlo, y entonces “dije lo que dije” demás está decir de que acompaño el pedido de disculpas correspondiente.

Resumiendo: una hermosa oportunidad de “cultivar el pensamiento” en la fértil tierra de los “Viviendo”, muchas gracias.

Hugo W Arostegui


sábado, 20 de mayo de 2017

Espejismos Cotidianos


La búsqueda de la felicidad es una constante en la vida humana y, al parecer, mientras más la buscamos, más esquiva se nos vuelve.

Puesto que buscarla es suponer que no está, y nos lleva a poner el énfasis sobre nuestras carencias, sobre todo lo que hipotéticamente nos falta para llegar a ser felices. Nos lleva a vivir en la ansiedad y en el deseo, deseo de poseer, deseo de alcanzar y cuando aquello llega, vivimos en el miedo de perderlo…y seguimos sufriendo.

La persecución de la felicidad nos lleva a un permanente anhelo de lo que falta, a una atención constante sobre el futuro, sobre lo que vendrá después, sobre el logro, dejando de atender al ahora, al proceso, al disfrute del momento. 

Seré feliz cuando tenga un auto, me case, consiga ese trabajo, tenga el postgrado, los niños crezcan, y cuando eso llega, ya estamos situados en otra felicidad hipotética, esperando, siempre esperando que llegue ese momento idílico en que estaremos completos. 

Lo triste es que podemos llegar al final de la vida física así, quizás allí pensaremos… seré feliz cuando muera.

Nuestra cultura de consumo nos ha convencido que necesitamos agregar mucho a lo que tenemos para alcanzar la felicidad. Agregar cosas, experiencias, conocimientos y, así nos vuelve consumistas, no sólo de objetos, sino de afectos, vivencias, cursos, fiestas. Tragar y tragar esperando siempre otra cosa mejor. El hombre ideal, el trabajo perfecto, los hijos soñados.

Basta visitar un mall para observar como el estímulo visual y auditivo ha ido aumentando a niveles para muchos y, especialmente para los niños pequeños, intolerables. Cuál es la idea que hay detrás de esto? Una idea muy nuestra, que mientras más ropaje y estímulos tengamos, más felices seremos.

Los sobreestÍmulos y la sobreactividad de la vida urbana nos están convirtiendo en ciegos, sordos e insensibles. Como el drogadicto que ya no se conforma con una dosis y pide más y más sin lograr, después de un tiempo, el efecto deseado.

El gran espejismo consiste en pensar que el ser feliz depende de algo exterior, de algo que nos será dado desde fuera, que necesitamos determinadas circunstancias o hechos y olvidar que la fuente de la felicidad está dentro de nosotros y tiene que ver con una actitud interior, de agradecimiento y bendición a lo que está siendo la vida en este momento, aún en el dolor.



viernes, 19 de mayo de 2017

El Estado Consciente


Resulta difícil precisar qué es la conciencia, ya que no tiene un correlato físico. Se trata del conocimiento reflexivo de las cosas y de la actividad mental que sólo es accesible para el propio sujeto. Por eso, desde afuera, no pueden conocerse los detalles de lo consciente.

La etimología de la palabra indica que la conciencia incluye aquello que el sujeto conoce. En cambio, las cosas inconscientes son las que aparecen en otro nivel psíquico y que son involuntarias o incontrolables para el individuo.

Para la psicología, la conciencia es un estado cognitivo no-abstracto que permite que una persona interactúe e interprete con los estímulos externos que forman lo que conocemos como la realidad

Si una persona no tiene conciencia, se encuentra desconectada de la realidad y no percibe lo actuado.
La psicología distingue entre los niveles consciente (establece las prioridades), preconsciente (depende del objetivo a cumplir) e inconsciente (no se racionaliza). La estructura de la conciencia está dada por la relación que establecen estos tres niveles.

A través de la conciencia un individuo consigue tener una noción de sí mismo y de su entorno; es uno de los elementos que asegura la supervivencia de un ser vivo, pues le permite estar alerta a los peligros y actuar en consecuencia.

Este proceso, aunque resulta sumamente sencillo a simple vista, es el resultado de varios fenómenos psíquicos que tienen lugar en la mente de los individuos a cada instante sin que él tenga total noción de ello. Para resumirlo, este proceso consiste en percibir el entorno a través de los sentidos y analizarlo con la información que se tiene (las cuales fueron desarrolladas a partir de las experiencias con las que el individuo haya tenido que enfrentarse), la memoria.

Si la conciencia de un individuo funciona del modo “adecuado”, las valoraciones que éste hará sobre su realidad serán claras y le permitirán llevar una vida estable; si por el contrario, dado que ha padecido determinadas situaciones traumáticas, puede que su manera de entender en entorno no sea lúcida y, por ende, tome decisiones que causarán desajustes en su entorno. En este punto puede decirse que lucidez y claridad son sinónimos son para la psiquiatría los aspectos que definen una conciencia sana.

Cuando estamos despiertos nuestra conciencia se encuentra alerta y sólo se relaja cuando dormimos, momento en el que el subconsciente puede expresarse y lo hace a través de los sueños; por eso muchos especialistas basan sus estudios sobre el universo psíquico de los pacientes teniendo en cuenta aquello que recuerdan de los sueños, pues en ese momento no existen estructuras ni preconceptos y lo que se muestra sale sin ser analizado, pudiendo acceder a un espacio del individuo que durante el estado de conciencia se encuentra absolutamente oculto.


Es importante señalar que una de las causas de las alteraciones en la conciencia pueden ser problemas biológicos y psicológicos. 

El abuso de ciertas sustancias tóxicas como alcohol y fármacos, puede afectar determinadas zonas del cerebro y provocar alteraciones en la conciencia que pueden ser de diferentes niveles. También ciertas enfermedades psiquiátricas como la ansiedad y la depresión, pueden causar los mismos trastornos en la forma en la que el individuo concibe la realidad.

Conciencia De Ser


¿Qué se requiere para ser feliz? Las personas responden a esta pregunta de muchas maneras: cosas materiales como el alimento, la ropa y el abrigo; relaciones personales e íntimas como con la pareja, 
familia y amistades; o actividades de salud y placer como viajes, ejercicios, deportes, bailes, cenas y espectáculos. 

Sin embargo, está comprobado que la verdadera esencia de la felicidad yace en nuestro interior, en el concepto que uno tiene de la vida, en la actitud, valores, creencias y reglas que poseemos.

La mayoría de nosotros pasamos la vida buscando la felicidad en algo ó en alguien, sin darnos cuenta que todos los elementos necesarios para ser realmente felices se encuentran dentro de nosotros, en nuestro Ser. Vivimos la vida con una conciencia del ser dormida, permitiendo que nuestro subconsciente e inconsciente manejen nuestras acciones y emociones a través del ego.

Cuando despertamos nuestra conciencia del ser, y asumimos total responsabilidad de nuestras vidas, comienza a surgir el milagro de la felicidad, sin dramas, sin excusas. La palabra “Responsabilidad” proviene de dos palabras: Response (respuesta) y abilidad (habilidad). Responsabilidad significa: La habilidad que cada uno de nosotros posee para responder ante cualquier situación. No es lo que sucede lo que nos hace felices o infelices, es cómo actuamos o reaccionamos ante ese suceso lo que determina nuestro estado de ánimo. 

El manejo de las emociones está directamente relacionado con la conciencia del Ser.

Vivir con una conciencia activa del Ser es vivir en presente. Es reconocer el pasado como lo que es: experiencias y vivencias positivas y negativas que nos han permitido llegar a lo que somos hoy. Es comprender que el futuro aún no existe, y que sólo nos ofrece un mundo de posibilidades. ¿Quiere decir que no debemos hacer planes o establecer metas? ¡Absolutamente NO! Debemos siempre tener metas congruentes con nuestra esencia y propósito de vida, sabiendo que al vivir entregado en el presente estamos atrayendo todo aquello que anhelamos y que está en sintonía con el orden divino. Recuerda que Dios nos ha dado el regalo del Hoy y del Ahora; por eso se llama “Presente”.


jueves, 18 de mayo de 2017

La Integridad Personal

“…los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana…”

El derecho al respeto y garantía de la integridad física, psíquica y moral, es inherente a todas las personas en atención a su dignidad. Es un derecho inviolable; en virtud de que ni el Estado, ni los particulares, lo pueden vulnerar lícitamente; e inalienable, toda vez que no se puede renunciar a él y bajo ninguna circunstancia puede ser negado. 

Según la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el derecho a la integridad abarca tres aspectos de la persona: físico, psíquico y moral. El aspecto físico, hace referencia a la conservación de la anatomía del cuerpo humano, sus funciones corporales o fisiológicas de sus órganos. 

El aspecto psíquico, se relaciona con la preservación total y sin menoscabo de la psiquis de una persona; es decir, de sus funciones mentales; y El aspecto moral, se refiere a la capacidad y autonomía de una persona para mantener, cambiar o desarrollar sus propios valores personales. 

Es decir, el derecho a la integridad personal, implica un conjunto de condiciones que permiten a una persona llevar una vida plena. Por ello, tiene una relación estrecha con la protección de la dignidad humana y con la protección de otros derechos fundamentales como la libertad personal, la vida o la salud.

Para garantizar el respeto y garantía del derecho a la integridad personal, los estados tienen obligaciones que deben cumplir:

1. Obligación general de respetar y garantizar el derecho a la integridad personal.

2. Adecuar su legislación nacional y vigilar que sus cuerpos de seguridad a quienes se les ha conferido el uso de la fuerza legítima, respeten el derecho a la vida de quienes se encuentren bajo su jurisdicción.

3. De investigar violaciones a la integridad personal (como actos de tortura o tratos crueles)

4. De iniciar y realizar una investigación efectiva ante casos en que se vulnere el derecho a la integridad.

5. Obligación de otorgar asistencia básica en casos de desplazamiento.

6. De prevenir actos que atenten contra la integridad personal.

7. De no deportar ante la presunción de que una persona pueda ser sometida a tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes.


8. Obligación de reparar a las víctimas por afectaciones a su integridad personal.