viernes, 1 de septiembre de 2017

El Factor Humano

«El cielo ideal de las Humanidades, está en la realidad lleno de nubarrones violentos. Basta abrir los periódicos o escuchar las noticias. Y esa oscuridad nos lleva a pensar si esa prodigiosa invención de las “humanidades” no se nos ha deteriorado y si, a pesar de los indudables progresos reales, el género humano no ha logrado superar la ignorancia y su inevitable compañía, la violencia, la crueldad. El “género humano”, esa trivializada expresión, convertida en “desgénero humano”, en una degeneración».

Emilio Lledó. Fragmento del Discurso de recogida del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015.

La sociedad alcanza hoy niveles de sofisticación impensables hace solo unas décadas. Internet es un buen exponente de ello. Sin duda ha mejorado muchos aspectos cotidianos, como las comunicaciones o el acceso a la información. A cambio, nuestra vida se ha llenado de spam, virus informáticos, incompatibilidades de formato… Al igual que en la informática, la sofisticación del sistema educativo ha traído consigo muchos elementos superfluos, que en demasiadas ocasiones atraen la atención del docente, desviándola de lo que debería ser lo principal.

¿Y qué es lo principal? El simple hecho de formular esta pregunta es un buen indicador de lo difícil que resulta identificarlo entre tanto elemento «accesorio». El dramaturgo Peter Brook, en su libro El espacio vacío (1968), se planteó la misma cuestión referida al teatro. Para buscar la respuesta realizó un sencillo ejercicio consistente en eliminar todo lo que no era esencial para su arte. «Podemos deshacernos del telón, de los focos, del vestuario… y sigue siendo teatro», afirmaba Brook. Incluso se podría suprimir el guion o la dirección artística, y no dejaría de ser teatro. Lo único de lo que no podemos prescindir es de un actor, en un espacio y ante un público.

Si trasladamos este mismo ejercicio a la escuela obtendríamos un resultado muy parecido. Para poder hablar de educación solo es preciso contar con las personas que aprenden y, en su caso, que enseñan. 

La relación humana es lo principal, la esencia de cualquier acto educativo. Si esto falla, todo lo demás (recursos didácticos, programaciones, informes, etc.) también fallará.

Decía Gabriel García Márquez que una persona solo tiene derecho a mirar a otra desde arriba cuando le está ayudando a levantarse.

Hay ciertas profesiones, como la docencia, que precisan grandes dosis de humanidad entre quienes las ejercen. Son ocupaciones difíciles, como las que desempeñan médicos, policías, trabajadores sociales… y lo son porque su materia prima es el organismo más emocionalmente complejo del universo:

El ser humano
Trabajar para otras personas que te necesitan requiere cualidades especiales, como la empatía o la compasión. Estoy convencido de que todos los que, en un momento dado, elegimos una de estas profesiones teníamos esas cualidades. Sin embargo, también he podido comprobar que las condiciones laborales, el paso de los años o algunas circunstancias vitales pueden deshumanizar a estos profesionales.

José Iribas comparte en su blog un cuento que, junto con el consejo del gran Gabo, ayudan a no perder de vista la esencia humana del oficio de educar. Es la historia de un hombre que, paseando por la playa, topó con un niño que lanzaba frenéticamente estrellas de mar al agua. Había cientos en la arena. El oleaje las sacaba y el chico pretendía evitar que murieran devolviéndolas al mar.


Aquel hombre, después de averiguar el propósito de la tarea, quiso aliviar la conciencia del pequeño. 

Le explicó que se trataba de un proceso natural. Sucedía en muchas playas de todo el mundo. «¿No te das cuenta de que no puedes salvar a todas las estrellas?, ¿no estás haciendo algo que no tiene sentido?», le preguntó para hacerle pensar en lo inútil de su misión. El chico cogió otra estrella, la miró y respondió: «Para esta sí tiene sentido»; y la devolvió al mar con todas sus fuerzas.

Observar Donde Transitamos



La responsabilidad consiste en reflexionar antes de actuar, pensar en las acciones y en sus consecuencias. En pocas palabras es asumir nuestros compromisos y aceptar como propios los resultados de nuestros actos.

Es fácil perderse si uno no se detiene, caminar sin detenernos nos hace abandonar nuestra capacidad de observar, de comprender y aprender. Seguir hacia delante y detenerse no significa parar. Es cierto que recorremos el camino elegido, deseando alcanzar nuestra meta sin observar a nuestro alrededor pero esto no nos permite conocer el mundo que nos rodea, ni vivirlo, ni sentirlo.

Normalmente evitamos que la conciencia nos detenga y haga despertar nuestro corazón.

Nos transformamos en corredores fondistas, fuertes e implacables, pero a su vez perdemos parte de nuestra humanidad. 

Procesamos con tal rapidez la información que recibimos en el camino que sin darnos cuenta, nos vamos trasformando en excelentes autómatas programados en alcanzar el éxito, confundiendo la felicidad como si fuese una meta en sí misma.

Detenerse nos permite observar, analizar, entender, compartir y ayudar, nos prepara para avanzar y ser mejores personas, conscientes de pertenecer al mundo y vivir en él. 

Detenerse, nos facilita acercarnos a las personas que viven cerca de nosotros, entender sus caminos y vidas. 


No dejes que el mundo se vuelva invisible!!

Sentimientos Intensos


La superdotación, al igual que posee un componente intelectual muy potente, goza de unas características emocionales propias, entre las que queremos destacar la intensidad.

Una gran riqueza y complejidad (en el mejor sentido de la palabra) intelectual, va unida a una gran amplitud de matices emocionales, a un mundo interior muy desarrollado y complejo, en cuanto a emociones se refiere: no sólo hablaremos de emociones básicas, sino de un enorme bagaje emocional con matices sutiles.

A partir de esto, podemos darnos cuenta de que la intensidad emocional en las personas de Altas Capacidades, no es una cuestión de “sentir más, con más fuerza” que la mayoría de la gente, sino que estamos ante una manera diferente de sentir: con viveza, de manera absorbente, con gran penetración y complejidad…

La intensidad emocional puede ser expresada de diferentes formas:

Sentimientos positivos, negativos, ambos a la vez, emociones llevadas al extremo (polarizadas), emociones que cambian de un polo a otro a gran velocidad, en un breve período de tiempo, a causa quizá del componente cognitivo que posee el superdotado y que le ofrece una alta velocidad de procesamiento mental y gran agilidad y fluidez mentalidentificación con los sentimientos de otras personas, añadiéndolos e intensificándolos con los suyos propios, fenómenos de contagio emocional que pueden llegar a asustar a la persona con Altas Capacidades, hasta que detecta esas emociones del otro y las integra en sí mismo de manera “adecuada”.

Inhibición, timidez, tristeza, desorientación.
Corporalmente, intensidad emocional expresada a través de síntomas físicos como tensión en el estómago, dolores de cabeza, vértigos, náuseas…

Memoria afectiva muy fuerte, quizá incluso más potente que la memoria cognitiva, la persona superdotada recordará y revivirá los sentimientos que tuvieron lugar durante algún incidente ante la presencia de cualquier estímulo que los desencadene o por sus propios recuerdos, de manera que esto añade complejidad a las emociones que pueda estar sintiendo en el presente, sobre todo si éstas no son tan intensas como aquellas, lo que puede llegar incluso a interferir en su vida cotidiana.

La intensidad emocional también se manifestará a través de ansiedad, tensión como rasgo(más que como estado pasajero), sentimientos de culpa y sentimientos de sentirse fuera de control sin poder hacerse cargo de las situaciones ni de sí mismo en los casos de intensidad más extrema.
Intensidad emocional en relación a la muerte: sentimientos depresivos, angustia existencial.

Sentimientos de inadecuación e inferioridad, muy crítico consigo mismo, juzgándose con dureza.
Gran sensibilidad y capacidad de empatía en sus relaciones con los otros, lo cual no quiere decir que sepa convivir bien con ellos, más bien lo contrario, al sentirse desbordado, aparecen conflictos y, en muchos casos, la persona se aboca a la soledad, por sentirse incapaz de manejarse con tantas vivencias.

Especial cercanía con los animales, ya que se aprecia una sensibilidad especial en las relaciones entre ambos, a partir de sensaciones emocionales.

Desgraciadamente, suele prestarse poca atención a este aspecto de la persona con Altas Capacidades, salvo que sea disruptivo en sus relaciones con los demás. Históricamente, la expresión de sentimientos intensos se ha interpretado como una señal de inestabilidad emocional enfermiza, a tratar médicamente, y no como la manifestación de un rico mundo interior y de una sensibilidad extraordinaria, de una magnífica capacidad de asociación y combinación, no sólo cognitiva, sino, en este caso, emocional. Emociones y cogniciones no han de verse como algo separado en ninguna persona y esto se nos hace tremendamente evidente cuando trabajamos o conocemos a personas con Altas Capacidades.

Una gran pasión por aprenderexpresiones admirables en algunas áreas de talento, la fuerte motivación hacia el crecimiento como persona, pueden considerarse los aspectos positivos de esa intensidad emocional. Sin embargo, la propia persona es consciente de estas diferencias en ella respecto a la mayoría y eso, suele producir un sentimiento de orgullo, de ser “especial”, de felicidad por haber sido agraciado con dicho don, a la vez que, más frecuentemente, accesos de pánico, de inadecuación a la sociedad, convencimiento de ser “raro” o estar loco, enfermo, llegando a decir, en el caso de los niños “tengo un problema muy raro”, “soy raro” o en el de los adultos “soy un enfermo mental, un maniacodepresivo”, “no puedo ser superdotado si no sé manejar esto…”, generándose intensos conflictos internosautocrítica, baja autoestima

Pese a esto, si estudiamos esta característica intensidad emocional desde el punto de vista de una psicología más positiva, enfocada al desarrollo del individuo, descubriremos que esos “picos” emocionales son un gran potencial de crecimiento, como ya señaló Dabrowski en su teoría acerca de las sobreexcitabilidades, y, seguramente, el único modo de llegar a un estado de desarrollo superior como seres humanos.

Para no bloquearse ante esta ingente cantidad y calidad de emociones, es importante que la persona aprenda a valorarlas como su respuesta emocional normal, despatologizándolas, así como que, sobre todo en el caso de los niños, los adultos cercanos a ellos, acepten esas emociones, ayudándoles a entenderlas y ofreciéndoles un soporte de afecto y comprensión, apoyado incluso por contacto físico, no juzgándoles, ni intentando que cambien, no comparándoles con otras personas y, en la medida de lo posible, procurando no asustarse ante esas expresiones de intensidad, ya que eso produciría un contagio negativo, como hemos mencionado, incrementando la intensidad de las emociones negativas y el sufrimiento asociado, o el freno en el goce de las emociones positivas.



Un Día Como El De Hoy


Nostalgia
Hoy estoy aquí para recordarte tu pasado. Te propongo que cierres los ojos y pienses en tu infancia, recuerdes el aroma de la casa de tus abuelos, el olor del cabello de tu madre, los besos de buenas noches de tu padre, las peleas y los juegos con tus hermanos, la intensidad del amor en la adolescencia, la ilusión en la infancia; recuerda algo, lo que quieras, pero siéntelo.

¿Lo has hecho? Ahora estás en disposición de entender que de lo que te vengo a hablar hoy es de la nostalgia… Sentir nostalgia no tiene edad ni cultura, tanto los adultos como los niños lo hacemos y probablemente con mayor frecuencia de lo que creemos.

En realidad esto no es nuevo para nadie porque somos perfectamente conscientes de que de vez en cuando lo hacemos y somos capaces de hacerlo con total naturalidad. Sin embargo, lo que sí que es relevante es la razón por la que recurrimos al anhelo y el efecto que tiene en nosotros…

Recrearse en los recuerdos contribuye a serenar el estado de ánimo, elevar nuestra autoestima y fortalecer nuestras relaciones interpersonales. La nostalgia es una fuente de equilibrio y bienestar psíquico. Sí, parece que, aunque en ocasiones suframos por ello, rememorar y sentir intensa y vívidamente esos recuerdos es una manera de mantenernos en forma emocionalmente. Además, la nostalgia nos tiende un puente entre el pasado y el presente, lo cual nos ayuda a percibir la continuidad de nuestro yo y ser conscientes de que compartimos muchas cualidades con la persona que fuimos. La nostalgia produce esa sensación de que el ayer y el hoy se funden en uno…

De todas formas, no siempre la nostalgia ha tenido esta connotación tan variada; si atendemos a la etimología de la propia palabra nos daremos cuenta de que deriva de los términos griegos nóstos (regreso) y álgos (dolor) y, por tanto, en sentido literal describe el dolor que produce el deseo de regresar al pasado. Hoy en día asociamos esto a múltiples conceptos positivos como recordar viejos tiempos felices que nos hacen sonreír.

Es posible que en más de una ocasión te hayas torturado anhelando un tiempo anterior en el que te acompañaba una persona significativa que ya no está a tu lado, pero es probable que cuando recuerdas tu infancia te sientas bien y sonrías para tus adentros. No obstante, quiero aquí hacer un apunte y decirte que un tipo de recuerdos recurrentes que debes dejar a un lado es el de los errores; si te equivocaste no te empeñes en regresar, no tiene mucho sentido para ti y precisamente no te hace sentir bien.

Pero recordar también puede convertirse en algo altamente destructivo para una persona que está muy triste o deprimida. ¿Por qué? Porque experimentará sus recuerdos de forma muy compleja y desatará en sus pensamientos un agravio comparativo que le hará entrar en un bucle infinito. Al contrario de lo que contábamos antes puede hacerle sentir que el pasado está muy lejano y que, en comparación con la persona que fue, ahora es un verdadero desastre. La distancia temporal percibida será la razón por la que estas personas se sientan peor cuando recuerdan algo positivo lo que lo alejará cada vez más de la realidad. Por esta razón, si te sientes triste o sabes de alguien que esté pasando por un mal bache o que “viva en el pasado”, intenta eliminar esa tendencia a recordar “un tiempo feliz”. Con esto quiero decirte que, aunque la intención es buena, puedes hacer mucho daño intentando levantar el ánimo de alguien triste recordándole momentos felices.
Además, como seguramente habrás pensado en alguna ocasión, tendemos a ser más nostálgicos cuando nos sentimos tristes y turbados. Precisamente esto se debe a dos razones, una negativa y otra positiva. La primera es que podemos atender a ese bucle de“cualquier tiempo pasado fue mejor”, solidificando así la base del sufrimiento y derrotándonos. La segunda, sin embargo, cumple esa función positiva elevando nuestro bienestar si atendemos a los recuerdos que nos den un motivo para realzar nuestro ánimo.

También hemos dicho que rememorar puede ayudarnos a fortalecer nuestros vínculos. Recordarás lo que te une a los demás, lo importante y valioso que eres para ellos y lo significativo que resultó tu apoyo o el suyo para lograr superar ese bache. Nadie estaba tan cerca de esa persona como tú, ¿verdad?
Con todo ello, dar rienda suelta a nuestros recuerdos puede hacernos mucho bien pero tenemos que poner especial cuidado en que éstos no sirvan para hundirnos más si es que nuestro estado anímico no es bueno. La nostalgia no sólo nos proporciona bienestar, sino que también posee un efecto preventivo para protegernos de los pensamientos negativos que nos turban. Puedes acudir a tus recuerdos para calmar tu mal humor, para relajarte, para sonreír y para darte motivos para seguir creando otros tantos y bonitos recuerdos. Abre tu álbum de fotos y relee viejas cartas, encuentra el lugar que corresponde a tus recuerdos y no dejes que se pierdan en el olvido porque están ahí para hacerte feliz.




El Talento No Tiene Edad


Juventud, divino tesoro. Los millenials han entrado con fuerza en el mercado laboral en los últimos años y ya son muchas las empresas, sobre todo startups del mundo digital, que buscan conectar con ellos para atraerlos hacia sus filas. Su energía desbordante y el hecho de ser nativos digitales los convierten en un objetivo muy deseado para aquellas compañías que están en proceso de adaptarse a los retos de la actualidad.

En el otro lado están los colaboradores senior, pertenecientes a la generación del “baby boom”. Son aquellos empleados de más de 50 años, con una trayectoria profesional más consolidada pero acostumbrados a trabajar a la antigua usanza. Se trata de dos generaciones muy diferentes, cada una con sus propios valores y características, pero ambas igualmente útiles para la empresa.

Entre las diferencias más relevantes entre millenials y seniors podemos citar su motivación laboral. Los más jóvenes buscan flexibilidad de horarios y la oportunidad de colaborar y hacer contactos, así como recibir un feedback constante sobre su trabajo. Por su parte, los ‘baby boomers’ se sienten más estimulados por el reconocimiento de su estatus dentro de la empresa y del valor de sus contribuciones. Una buena forma de motivarlos es permitirles ejercer como mentores con los empleados de menor edad, lo que además  permitirá a ambas generaciones complementarse.

Y es que, ¿no sería buena idea combinar lo mejor de ambos? Los millenials aportan una visión fresca, se mueven como pez en el agua en el mundo digital y tienen mucha iniciativa, pero los seniors acumulan una experiencia muy valiosa y un conocimiento de la compañía que resulta tremendamente útil a la hora de solucionar todo tipo de problemas, además de servir como perfecto canal de transmisión de la cultura y valores corporativos de la empresa. También se caracterizan por tener un gran compromiso con la compañía, por lo que siempre se puede contar con ellos en situaciones delicadas.

Por su parte, los millenials tienen mayor capacidad de adaptación a los cambios y una cultura de trabajo más flexible y enfocada a objetivos. No sienten necesidad de pasar muchas horas en su puesto de trabajo, sino que prefieren tener flexibilidad para conciliar la vida laboral con la personal e ir cumpliendo metas día a día, sin vincular su productividad a los horarios. Además, mientras que para otras generaciones ven un hándicap en el uso de la tecnología, los millenials han crecido con ella y la manejan con total naturalidad.

Estas dos generaciones son muy distintas entre sí, pero su combinación es un cóctel de éxito para tu empresa. Saber reconocer y gestionar las virtudes y defectos de cada una de ellas es una labor que el departamento de Recursos Humanos debe saber llevar a cabo para aprovechar al máximo el talento que ambas poseen.




Razonamiento


En sentido amplio, se entiende por razonamiento a la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. ... En otras palabras, un argumento es la expresión lingüística de un razonamiento.

Actividad mental que conecta conceptos y justificará una idea o resolverá problemas
El razonamiento es el conjunto de actividades mentales que consiste en la conexión de ideas de acuerdo a ciertas reglas y que darán apoyo o justificarán una idea. En otras palabras más simples, el razonamiento es la facultad humana que permite resolver problemas tras haber arribado a conclusiones que permiten hacerlo.

Tipos de razonamiento
Existen dos tipos de razonamientos, el razonamiento lógico, que hace uso del entendimiento para pasar de unas proposiciones a otras, partiendo de lo ya conocido o de lo que se cree conocer a lo desconocido o menos conocido. En este, los razonamientos que se hagan a través de esta forma pueden ser válidos o no válidos. Será considerado como válido cuando sus premisas ofrezcan un suficiente soporte a la conclusión y en el no válido sucede exactamente lo contrario.

Y luego se encuentra el razonamiento no lógico, también conocido como informal, el cual no solamente se basará en premisas como el anterior sino que además se ayuda de la experiencia y del contexto.

Un argumento es la expresión verbal de un razonamiento y nos permite arribar a conclusiones determinantes
El razonamiento, además, se corresponde con la actividad verbal de argumentar, porque un argumento es la expresión verbal de un razonamiento, luego de haber establecido principios de clasificación, ordenación, relación y significados.

El concepto lo usamos muchísimo también para designar a aquella serie de conceptos y de argumentos que una persona utiliza y expresa a viva voz con la misión de demostrar algo.

Pensemos en aquello sobre lo cual estamos convencidos porque la observación y el pensamiento nos permitieron determinarlo: tal negocio no funcionará como nuestro hermano cree porque no disponemos de los recursos económicos ni el lugar físico necesarios para que funcione como corresponde.
El razonamiento demuestra que la ausencia de las mencionadas cuestiones llevará al negocio al fracaso directo más allá de las ganas y de las ideas que tengamos.

Porque básicamente este sentido de la palabra es eso, una organización y estructuración de ideas en nuestra mente para luego arribar a una conclusión sobre un tema.

Muy útil a la hora de la persuasión
Pero no solamente para demostrar algo nos sirve esta actividad mental de producir razonamientos sino que también es efectiva a la hora de conseguir el favor de alguien, de persuadir a una persona.

Del otro lado, habrá un interlocutor que también usara su razonamiento para poder discernir cuál es la mejor opción de algo y por supuesto también para creer o no aquello que el otro propone demostrar.

Una capacidad poco desarrollada y la escuela es la responsable de no promoverla como debiera
A pesar de ser una capacidad intelectual en efecto muy importante para las personas, porque a través de ella, como señalamos, se podrán resolver desde los problemas más simples hasta los más complejos, resulta ser una de las que menos desarrolla la mayoría de las personas. Por ejemplo, la escuela que debería ser la principal responsable que esta capacidad se desarrolle, por la función formadora que desempeña, se centra más, a través de asignaturas como Lengua, en que el alumno estudie y aprenda de ortografía o gramática, pero están en deuda con el aprendizaje de los métodos de expresión que son esenciales para que los alumnos puedan hacer un uso más completo del lenguaje.



No Escatimar Esfuerzos


Si realmente quieres ser exitoso en tu vida y lograr tus objetivos y metas, debes albergar los hábitos y actitudes correctas que te mantendrán encaminado a ello. Hay una serie de características que debes adquirir y mantener de por vida para descubrir que más oportunidades y cosas buenas están por suceder, si sólo las permites.

Algunas características de los grandes son:
Ser Laborioso
El trabajo duro siempre paga. Y no me refiero a trabajar para alguien más… me refiero a focalizar esfuerzos en uno mismo y lograr metas y objetivos propios. No existe ni un solo individuo famoso en la historia que haya alcanzado sus objetivos en la vida sin trabajar para lograrlos. Ser laborioso significa trabajar más duro que los demás, estudiar más que los demás e incluso en ocasiones, sufrir más que los demás. Debes comprender la importancia que tiene la gratificación que se obtiene luego de lograr objetivos y metas propuestas, y luchar para conseguirla.

Para iniciar con el trabajo duro, deberías empezar organizando tu agenda, creando una lista de tareas y funciones diarias y encontrando la gente y recursos que pueden ayudarte. Debes tener en cuenta que tienes que ser tan independiente como sea posible para lograr más a largo plazo.

Disciplina Y Consistencia
La disciplina es lo que separa a los líderes de los seguidores. Si realmente quieres hacer cambios en tu vida, debes poder cumplir con tus deberes incluso si en ocasiones no quieres hacerlo, y mantener una excelente calidad y rendimiento óptimo cada vez. Ser consistente está ligado a ser paciente, donde sin importar la situación ni los obstáculos que se presenten, continuas entregando grandiosos resultados, para lograr tus objetivos y metas finales.

La disciplina y la consistencia se encuentran interrelacionadas. Si continúas practicando los buenos hábitos, y te adhieres a las tareas que te acercan a tus propósitos, será más fácil día  día. Podrás ser una persona diferente conforme te ajustes a lo que la vida te enseñe.

Flexibilidad
Los problemas forman parte de la vida de todo ser humano, pero sólo aquellos que gozan de flexibilidad logran sus metas y objetivos. Debes aprender de tus errores y convertirlos en acciones productivas la próxima vez que te ocurra algo similar. Aprende a levantarte después de cada caída y a doblegar tus esfuerzos para mejorar. Algunas de las personas más exitosas son conocidas por haber enfrentado grandes dificultades.

Optimismo
Necesitas permanecer positivo sin importar la situación ni los problemas que enfrentes. Es vital que permanezcas optimista y siempre confíes en que lograrás tus objetivos y metas. Si eres capaz de auto-convencerte, lograrás más rápido el éxito.

Paciencia
Algunas metas son grandes y toman tiempo. No te permitas pensar que son lo suficientemente grandes como para convertirse en imposibles. Se específico y fija metas más pequeñas con base en tu actual situación, y empieza a trabajar duro por pequeños logros que te llevarán a lograr metas más grandes.

Por último, nunca olvides que eres tú el responsable de los resultados de tus acciones, y que te conviertes en lo que piensas de ti mismo. Sigue adelante, no te detengas y nunca te rindas!