domingo, 17 de diciembre de 2017

Diversidad: Tendiendo Puentes


La inclusión hay que vivirla”. Así de contundente se mostró la profesora Araceli Arellano, 
investigadora principal del proyecto  La transición a la vida adulta de jóvenes de la comunidad gitana en Navarra, en  la presentación de la Jornada sobre inclusión educativa de la comunidad gitana, celebrada en la Universidad de Navarra.

En ese mismo sentido se pronunció la profesora del I.E.S Río Arga (en Peralta), María Carmen de Carlos, quien aseguró que no se puede afrontar una realidad si se desconoce “Si como docentes vamos a enseñar, necesitamos conocer la realidad. ¿Cómo vamos a afrontar al alumnado gitano si ni siquiera conocemos cuántos hay en nuestro sistema educativo?”. La docente, que formó parte de una mesa redonda con Javier Arza, miembro del departamento de trabajo social de la UPNA; Ricardo Hernández, miembro de Gaz Kaló y que estuvo moderada por la profesora Mª Ángeles Sotés, lanzó varias preguntas sobre prejuicios y quiso compartir su testimonio como docente implicada en un proyecto de inclusión entre alumnos gitanos y ‘payos’.  Dicho proyecto comenzó hace 4 años y fomenta el apoyo escolar entre iguales: de alumnas gitanas, y payas, a alumnas gitanas. Gracias a esta iniciativa, un buen grupo de alumnas han completado con éxito la educación secundaria, obteniendo el título obligatorio, meta que hace unos años parecía muy alejada de su realidad.
Por su parte, Javier Arza hizo una descripción de la situación en la que se encuentra la comunidad gitana, repasando su historia, y apuntó algunas de las líneas de intervención establecidas para mejorarla. Aquí hizo un énfasis sobre el porcentaje de alumnos que acceden a estudios de Educación Secundaria y  Enseñanza Superior así como índices de éxito.  Se refirió, además, a algunas barreras presentes aún en el sistema educativo que dificultan el logro de la inclusión de alumnos gitanos.  Por otro lado, Arza también comentó algunas fortalezas del pueblo gitano, concretamente enfatizó el papel de la familia “como espacio de cuidado, aprendizaje y socialización”. 
“Llegar al colegio me hizo conocedor de otra realidad”
Ricardo Hernández, por su parte, coordinador de la Federación Gaz Kaló, se dirigió en el cierre de la mesa redonda a los alumnos y quiso compartir con ellos parte de su historia: “Yo fui de los primeros gitanos en sacarme el graduado escolar. Cuando llegué al colegio, fue la primera vez que sentí que era diferente. Tenía como referencia la memoria histórica que me había transmitido mi familia, llegar al colegio me hizo conocedor de otra realidad”.

Hernández quiso aprovechar la ocasión para hacer un llamamiento a los futuros docentes: “Tenéis que ser muy curiosos, espero que en esta jornada os hayamos despertado la curiosidad sobre la comunidad gitana, y esperamos que entre todos podamos cambiar esta situación de discriminación”.
La jornada concluyó con un taller en el que alumnos de la Facultad de Educación y Psicología, y jóvenes gitanos de Gaz Kaló (la mayoría de ellos, cursando educación secundaria) divididos por grupos, reflexionaron sobre prejuicios, conductas discriminatorias presentes aún en la sociedad y propuestas de solución que se podrían llevar a cabo desde el ámbito educativo.


Tu Luz Interior


“El sol en tu interior: Llevamos dentro esa luz que nos mantiene vivos, que renueva nuestro espíritu y disminuye toda oscuridad que muchas veces intenta introducirse”

El sol en tu interior es esa llama que te impulsa a seguir.
Quizás no siempre la percibas. En muchas ocasiones nos encontramos “como apagados”, sin fuerzas, quizás debido a situaciones desalentadoras que nos tocan vivir.

Son esos los momentos en que pareciera querer entrometerse la oscuridad y pretender opacarnos, apagar nuestra luz interior.

Entonces el desánimo actúa y le permite dar unos pasos hacia adentro. Mientras nosotros, nos encontramos con tan poco aliento, abrumados por los problemas que no advertimos como lentamente la oscuridad va filtrándose en el alma.

Aún así, no tiene el poder de apagar totalmente el sol que vive dentro de ti, de mi, de cada ser que habita este mundo.

Tal vez haya sombras muchas veces, que te impidan pensar con claridad cuando enfrentas desafíos importantes.

No importa cuánto intente inmiscuirse la oscuridad intentando apagar tu sol. Ya que su llama nunca se extinguirá, solo depende de ti que la hagas brillar siempre.

Es esa luz la que luchará por ti y combatirá toda fuerza extraña que desee usurpar su territorio, desalentarte y hasta vendar tus ojos. Impondrá que solo veas oscuridad y no adviertas cuantas y radiantes bendiciones  se hallan rodeándote cada día.

Recuerda que aun en medio de las tinieblas, hay pequeños milagros, bellas personas, inolvidables momentos. Hay corazones sosteniéndote y consolando tu ser para que no bajes los brazos. Son quienes te ayudan a que tu sol interior continúe encendido.

Como cuando el cielo se ennegrece y los rayos amenazantes se presentan, indicando una gran tormenta, aterrándonos y haciéndonos dudar si lo soportaremos o no.

Sin embargo, como siempre ocurre, las oscuras nubes comienzan a disiparse poco a poco y el sol vuelve a brillar. Ese sol que nunca se apagó, solo que los nubarrones lo ocultaron.

Así es como sucede en tu interior. Cuando creas que las tormentas de la vida te intimiden  y parezca que tus fuerzas no serán suficientes para abatirlas, no olvides que aún permanece encendido el sol que llevas dentro.

Todo pasa! Aférrate a ella.
Déjala brillar. Enfrenta con Fe y constancia la lograbez que los problemas te acarreen. No serán más que nubes pasajeras…
Busca dentro de ti, a e
se sol radiante que siempre tratará de guiarte e iluminar tu sendero. Siempre te incentivará a “ver el lado bueno de la vida”, reconocer las bendiciones que no siempre  distinguimos en medio de la tempestad, pero que están presentes.


Sigue tu sol, vayas donde vayas, enfrentes lo que enfrentes!

sábado, 16 de diciembre de 2017

El Valor Que Agregamos


Evidentemente todos estamos interesados en agregar valor. Pero la unanimidad acaba aquí, pues hay una gran diversidad de puntos de vista sobre el significado de “valor”. Creo que un primer paso para establecer una definición razonable es responder “¿valor para qué?”, es decir, ¿para qué finalidad queremos agregar valor? Aunque la respuesta obvia sea “para satisfacer al cliente”, aun así no parece haber un consenso general sobre quien sea el “cliente” o sobre cómo debemos “agregar valor para el cliente”
Por increíble que parezca, hay muchos que creen y predican que debemos agregar valor “para el producto” (!). Y hasta son usados indicadores de desempeño para esto, tales como “tasa de utilización del activo” y “rentabilidad de inventario”. Lo que lleva a que mucha gente “empuje” producto de manera desenfrenada para el stock de producto terminado, hasta alcanzar el techo del almacén. Pero en la gran mayoría de los casos, inventario alto implica producto dañado por manoseo o deterioro, costo de almacenaje, costo de obsolescencia etc. El hecho es que mientras este inventario no se transforma en venta y esa venta no genera satisfacción en los compradores, el valor generado es cero. Por increíble que parezca, hay muchos que creen y predican que debemos agregar valor “para el producto” (!). Y hasta son usados indicadores de desempeño para esto, tales como “tasa de utilización del activo” y “rentabilidad de inventario”. Lo que lleva a que mucha gente “empuje” producto de manera desenfrenada para el stock de producto terminado, hasta alcanzar el techo del almacén. Pero en la gran mayoría de los casos, inventario alto implica producto dañado por manoseo o deterioro, costo de almacenaje, costo de obsolescencia etc.
El hecho es que mientras este inventario no se transforma en venta y esa venta no genera satisfacción en los compradores, el valor generado es cero.
Para otros, “cliente” es el cliente interno, es decir, aquel que recibe el resultado de mi trabajo. Así, si satisfago a mi cliente interno, estoy agregando valor. Definir valor de esta manera puede tener alguna utilidad como discurso exhortativo, pero en la práctica puede acarrear problemas: si la cadena proveedor-cliente interno no está enfocada y orientada a la satisfacción del cliente final, tendremos un equipo de trabajadores satisfechos entre si, amigos con excelente relación, pero allá en la punta de los procesos habrá clientes finales irritados (sin contar aquellos que ya se fueron).
Para otros, agregar valor es incorporar tecnología al producto, haciéndolo cada vez más sofisticado. Pero si los nuevos recursos del producto no encuentran en el mercado clientes que reconozcan en ellos la satisfacción de sus necesidades, el resultado será un montón de chatarra que no sale del estante.
Y, claro, hay aquellos que entienden que generar valor es generar dinero, sea en venta de productos, sea en valor de mercado de la empresa. Esto es relativamente fácil de hacer en el corto plazo, pero el verdadero desafío es hacerlo de manera sustentable a largo plazo. Y esto es imposible si la empresa y sus productos no satisfacen consistentemente a los consumidores, hoy y siempre.
En todas estas situaciones vemos que aparece como criterio definitivo de éxito la figura del cliente final, es decir, aquel que toma la decisión de comprar y que efectivamente paga por el producto que recibe. Toda la confusión viene de no reconocer que la finalidad es la satisfacción del cliente final, y tal confusión se vuelve aun mayor cuando se confunden los medios con el fin. Para satisfacer los clientes puede ser necesario tener un stock de producto terminado, o buscar la satisfacción del cliente interno, o aun innovar el producto con más tecnología. Pero todos estos son apenas medios para la gran finalidad de satisfacer (y mantener satisfecho) al cliente final. Cuando le preguntaron al Dr. Deming cuál era su definición de “calidad”, él muy sabiamente respondió: “– Qué es calidad? No me pregunten a mí. Pregunten al cliente.” De hecho, el cliente es el gran juez de la calidad; es él quien decide dónde va a gastar su dinero tan duramente conquistado. Este último aspecto (dinero) indica que la definición de “valor” estaría incompleta si apenas contiene el concepto de “satisfacer al cliente final con las características de desempeño funcional del producto”, sin cualquier relación con el precio que él está dispuesto a pagar por el beneficio. Aumentando a esto la cuestión del tiempo de respuesta o plazo de entrega del beneficio al cliente, podríamos definir valor de la siguiente manera:
“Valor es un conjunto de funciones útiles incorporadas al producto, entregadas al cliente en el momento correcto y por un precio adecuado, conforme la apreciación del propio cliente, específicamente para cada caso.”

Alcanzar Tus Metas


Para disfrutar plenamente de las metas alcanzadas y de las buenas cosas que cosechas en la vida, es necesario pasar por momentos no tan agradables. Es decir, cuando tienes experiencias duras y complicadas en el camino hacia el éxito, el aprendizaje será mas fuerte y a la hora de lograr el objetivo podrás gozar con más regocijo de los frutos.

En la vida aparecen circunstancias positivas y negativas y ambas son importantes y necesarias para aprender a enfrentar los problemas y resolverlos. No hay mal que por bien no venga, por lo que no te preocupes tanto y disfruta cada segundo de tus días.

Muchos creen que llenándose los bolsillos de dinero y las manos de objetos materiales significan que alcanzaron el éxito. La verdad es que el verdadero éxito se encuentra en todas esas cosas que están fuera del alcance de las manos, cosas que quizás no pueden palparse ni observarse, sino que se encuentran dentro de ti.

Cosas simples, sentimientos y sueños son metas y objetivos en la mente y corazón de muchas personas y, una vez que logran alcanzar esos cometidos pueden llegar a considerarse personas exitosas. No te esfuerces por trabajar sólo por dinero, esfuérzate por conseguir esas cosas que te hacen convertirte en alguien mucho más completo desde adentro.

En la vida podrás ir por diversos caminos y vivir distintas oportunidades, pero será el destino el que te mueva por todos esos lugares, y serás tú el que, finalmente, realizará las acciones que te llevarán a completar la ruta al éxito.

Aunque te cruces con muchas adversidades, a fin de cuentas, solo tú eres capaz de superar las barreras y tomar las decisiones cruciales que harán que tengas un buen desenlace en lo que te deparará a tu vida. La vida te pondrá las oportunidades que rige el juego, pero eres tú el que decide cuál será tu camino y estrategia para avanzar hacia el siguiente nivel y convertirte en alguien mejor.

“La tragedia en la vida no consiste en no alcanzar tus metas, sino en no tener metas que alcanzar”.
Con estas palabras, puedes entender que si quieres tener éxito en la vida, debes tener siempre algo por lo que luchar

Da igual lo que sea, una meta, un deseo, cualquier cosa que te mantenga en la búsqueda de algo mejor. Cuando te propones algo a ti mismo y asumes el reto de luchar por conseguirlo tendrás más motivos para vivir, ser feliz y mantenerte en la ruta para obtener algo mejor para tu futuro.



Sin Fecha De Vencimiento



La mayoría de las personas desarrollan a lo largo de su vida diferentes miedos, a veces relacionados con experiencias traumáticas y en otros casos sin haberse encontrado nunca, y sin que posiblemente se vayan a encontrar en la situación que tanto temen.

Uno de los miedos que se da de forma más extendida es el miedo a la muerte. Resulta sorprendente que personas de distintas creencias tengan este miedo cuando la mayoría de las religiones hablan de un tránsito a un mundo mejor, no es difícil imaginarlo, a un paraíso, de hecho, en el idioma español está la frase “pasar a mejor vida”. Sin embargo, este miedo se ha encontrado incluso en personas que consideran la reencarnación, es decir que la muerte no es un final, sino un cambio hacia la siguiente etapa del camino.

Desde la lógica este miedo carece de sentido ya que, si estamos convencidos de la idea de lo que supone la muerte, ese paso no debería asustarnos, todo lo contrario, debería suponer una liberación. Sin embargo, hasta los más creyentes, incluso aquellos que llevan vidas realmente difíciles y complicadas parecen aferrarse hasta el último momento a esta vida.

¿Por qué sucede esto? El miedo a la muerte está enormemente ligado al miedo al cambio, si me he empeñado toda mi vida en no cambiar ni un adorno de su sitio y seguir constantemente en rutina, incluso aceptar y mantener situaciones que me perjudican con tal de que nada cambie, ¿qué puedo pensar de la muerte que es el máximo cambio que me puede pasar? La inseguridad ante el cambio se multiplica al pensar en la muerte, si un cambio de domicilio se considera que es una de las mayores causas de stress junto con la ruptura de pareja ¿que puede generar romper con todas las relaciones y no saber exactamente donde voy a residir? Porque si ya hemos pasado por esa situación lo cierto es que no la recordamos y no estamos muy seguros de llevar la llave adecuada encima.

El miedo a la muerte, como todos los miedos, puede llegar a condicionarnos e impedirnos vivir y disfrutar de lo que queremos, a veces incluso nos puede llevar adonde no queremos ir. Resistirnos a realizar un tratamiento o una operación necesaria por miedo a morir en un quirófano puede acelerar una enfermedad que debería tratarse de ese modo y agravarla hasta que ya no exista tratamiento posible.

Lo más difícil de la vida no es morirse, eso es algo de lo que no se puede huir y tarde o temprano atravesaremos todos, lo difícil es vivirla día a día y superar cada uno de los retos que nos van surgiendo. Lo importante es valorar lo que tenemos y disfrutarlo no preocupándonos por cuándo o cómo nos vamos a marchar, no importa como morimos sino como hemos vivido y los recuerdos positivos que nos queden de todo lo que hemos pasado.


La muerte es un fenómeno que afecta, sobre todo, a los demás. En realidad, que una persona se sienta triste ante la muerte de un ser querido, que se sienta transitoriamente deprimido, que altere el curso de su vida en cuanto a su capacidad de concentración entra dentro de los límites normales. 

Otra cosa es cuando esa tristeza dura mucho más de lo habitual y tiene una intensidad enorme, entonces nos encontramos ante un trastorno que va a depender de muchas cosas. 

Cuando se dan unas circunstancias especiales, como la muerte de un hijo o el fallecimiento violento, el hecho en sí tiene unas connotaciones distintas de lo que es una muerte natural y es mucho más difícil de integrar en la biografía de una persona.

La Hora De Nuestra Hora


Hace tiempo que se puso de moda esto de salir de la zona de confort, de largar todo y comenzar a vivir la vida que siempre soñaste.

Suena increíble, pero cómo dejar un trabajo “estable”, la casa, el auto, los paseos por el shopping, las vacaciones y todo lo que hace a tu vida burguesa.

Pero cada día es como si cayera la gota en el mismo lugar, en la herida. Y la prepaga no cubre este tipo de dolores. El sueldo no lo arregla, el aguinaldo no lo tapa.

Desde la oficina, con un trabajo cómodo y un buen sueldo esto suena muy lejano. Tan lejano como ese avión que sale mañana a Europa por la tercera parte del valor real y que no puedes tomar.

Tan lejano como las ganas de salir corriendo al primer parque a disfrutar del día de sol, a tomar mates con tu amiga/o. Pero no puedes. Estás encerrado y vos diste tu consentimiento para que así sea.

Si te ponés a pensar, realmente, no estás percibiendo dinero por tus capacidades, de hecho estás al 5% de lo que puedes dar.

Lo que compran es tu tiempo. Tu bendito tiempo. Ese que se va y que no recuperas nunca más.
Porque a los 20 decís: “A los 25 voy a viajar por el mundo, cuando tenga 28 voy a tener hijos, a los 30 ya voy a tener la casa y…”.  A los 20 todos somos inmortales
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Pero hoy, que ya superaste la barrera de los 35 y poco importa cuánto de todo eso hayas logrado, sabés que la vida no es eterna, que sólo dura un rato y, para peor, que no sabemos cuánto dura ese rato.

Cuando superas la barrera de los 35 te das cuenta de que la vida es hoy, la cosa es ahora
Es ahora cuando tenés que priorizar lo que te pasa, no lo que los demás quieren de vos.

Es ahora cuando entiendes más o menos por dónde va la vida y sentís que no te la querés perder.
Pero no es tan fácil, el miedo agobia. El pánico paraliza.

Es ahí donde la mayoría se inmola, baja lo brazos y acepta que está viejo y que ya se le pasó el cuarto de hora.

Y mañana es lunes y vuelves a la oficina como cada día y sonríes para no llorar y esperas que sea viernes para salir corriendo a tirarte en tu sofá a tomar una cerveza y a mirar tu serie favorita para olvidarte de todo.

Hugo W Arostegui

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viernes, 15 de diciembre de 2017

Vida: Un Cambio Constante


La vida no es una carrera sin más. La vida tiene miles de caminos que te pueden hacer crecer, aprender, conocer, y sobre todo: VIVIR. Y además, esos caminos te pueden abrir nuevos horizontes para vivir aún más y mejor. 

Creo, o mejor dicho, afirmo, que la vida merece ser vivida. Y para ello debemos cambiar nuestra vida siempre que lo necesitemos.

Hacer lo que sea para intentar cambiar nuestra vida, no es malo, o al menos eso siento yo. Según mi punto de vista, hay que probar cosas hasta dar con lo que queremos. Y aún así, luego podemos querer otras cosas nuevas. Y entonces no debemos tener miedo a dar un nuevo giro en nuestra vida. Para mí la vida, es un constante cambio.

Algunos me dicen que ando siempre dando vueltas sin hacer o centrarme en nada concreto. Cuando me dicen esto, yo pienso “¿y tú? ¿Qué haces?”. A menudo los que me dicen esto, son personas que les gustaría cambiar algún aspecto de su vida, como su trabajo, su economía, su día a día, y no hacen absolutamente nada por cambiarlo. ¿Les tendría yo que decir a ellos que no cambian esos aspectos de su vida aunque les gustaría? No, porque cada uno es como es. Y cada uno es feliz con lo que es. Y yo soy feliz buscándome y descubriéndome constantemente.

Mis proyectos, suelen centrarse en hacer lo que me pide el cuerpo en el momento presente. Pensando también en el futuro, pero sin atarme a él. Haciendo esos proyectos voy aprendiendo cosas que puedo emplear en el futuro también. Pero ¡necesito que me los pida el cuerpo! Para sacarles el mayor partido. Para buscar el cambio que necesito a través de ellos, y los hago cuando lo necesito.

Al fin y al cabo, para mi, los proyectos no son para “ser alguien en la vida”, porque ya “somos alguien en la vida”. Son para avanzar. ¿Cuánta gente hay que ha hecho una carrera universitaria, para “ser alguien en la vida”, y está amargado y perdido, igualmente? Creo que bastantes personas. Así que no creo que en la vida todos los proyectos que hagamos deban ser exclusivamente para tener un puesto en esta sociedad. Creo que los proyectos deben ser emprendidos para descubrir, aprender y avanzar. Creo que los proyectos son parte del caminar.


¡¡Es más!! Las victorias y triunfos, salen de los errores y de probar, probar y probar. Creo que nadie triunfa en nada, si no es probando y errando, y eso es porque triunfar es fruto de un error. En fallar está crecer y triunfar es un accidente. Solo podemos triunfar, si probamos y fallamos. El triunfo siempre viene de uno de los tantos errores que hacemos en la vida.