Del latín sincerĭtas, sinceridad es
el modo de expresarse sin mentiras ni fingimientos. El término está
asociado a la veracidad y la sencillez. Por ejemplo: “La
sinceridad es un valor muy apreciado en esta empresa”, “El jugador volvió
a hacer gala de su sinceridad y reconoció que está jugando por debajo de su
nivel”, “Si hubieras hablado con sinceridad, María estaría contigo”.
La sinceridad implica el respeto por
la verdad (aquello que se dice en conformidad con lo que se piensa o
se siente). Quien es sincero, dice la verdad. Si un hombre está
casado y, ante la pregunta de una muchacha, afirma ser soltero, está mintiendo
y, por lo tanto, no está respondiendo con sinceridad.
La cualidad que
consiste en expresarse con sinceridad se conoce como honestidad.
La
persona honesta respeta la verdad y establece sus relaciones bajo este
parámetro moral. Sin embargo, el sujeto puede autoengañarse y no ser honrado o
sincero pese a que crea que, en realidad, sí lo está haciendo.
Hay situaciones que
pueden llevar a la persona a dejar de lado la sinceridad, pero sin tener la
intención de mentir. Las denominadas “mentiras piadosas” son un
ejemplo de esta circunstancia: si un adolescente recibe un regalo que no le
gusta de su abuela y no quiere herirla, dirá que está encantado con el presente
(por lo tanto, no será sincero).
A veces,
atravesamos malas experiencias… ¿Alguna vez has sentido la desilusión de
descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira? El
sentirnos defraudados provoca incomodidad, esta experiencia nos lleva a
procurar que nunca nos suceda lo mismo, y a veces, nos impide volver a confiar
en las personas, aún sin ser las causantes de nuestra desilusión.
Sin embargo, como
los demás valores, la sinceridad, no es algo que debemos esperar de los demás,
es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza.
La sinceridad es un
valor que caracteriza a las personas por su actitud congruente, que mantienen
en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones.
Si queremos ser
sinceros necesitamos decir siempre la verdad; esto que parece tan sencillo,
resulta una tarea muy dificultosa para algunas personas. ¿Cuántas veces
utilizamos esas mentiras piadosas en circunstancias que consideramos poco importantes?:
como el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos
comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos
estar al corriente. Obviamente, una pequeña mentira, llevará a otra más grande
y así sucesivamente, hasta que nos sorprenden.
Si nos mostramos tal cual somos en la realidad, nos hace
congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos. De esta manera, logramos
el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades, pero también de
nuestras limitaciones: los demás nos quieren y aceptan como somos.
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