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viernes, 10 de agosto de 2018

Creatividad E Innovación


«Otros han visto lo que es y preguntan por qué.
Yo he visto lo que podría ser, y me he preguntado por qué no»
Pablo Picasso

Nadie como Picasso definió la personalidad de alguien creativo. No es cuestión de ver las cosas como son, sino de ser capaces de vislumbrar todas sus posibilidades. O lo que es lo mismo, tener una mente abierta, una cualidad que permite a quien la posee ver el mundo de una manera totalmente diferente al resto de sus congéneres.

Así lo afirma un estudio encabezado por la psicóloga de origen italiano Anna Antinori para la Universidad de Melbourne, en Victoria, Australia. La psicóloga y su equipo publicaron un artículo en The Conversation explicando su experimento, que había sido publicado antes en el Journal of Research in Personality.

Lo que se viene a decir es que las personas de mente abierta no es que vean las cosas desde una perspectiva diferente, sino que ven cosas diferentes. Y para ello sometieron a 123 estudiantes voluntarios de la universidad a un test de rivalidad binocular.

El sujeto contemplaba una imagen roja por un ojo y otra verde por el otro durante unos minutos. Por lo general, el cerebro solo percibe una imagen a la vez, así que la mayoría de los voluntarios afirmaba haber visto oscilar la imagen entre el rojo y el verde.

Pero una minoría de ellos fueron capaces de ver las dos imágenes fusionadas, algo que se conoce como «percepción mixta». Los participantes que puntuaron con mayor nota en apertura mental fueron los que consiguieron percibir la imagen fusionada.

«Esos momentos de “supresión de la rivalidad”, cuando ambas imágenes son percibidas de manera consciente a la vez, parecen ser una solución “creativa” a un problema presentado por dos estímulos incompatibles», afirmaba Antinori en The Conversation. Es decir, sus cerebros son capaces de encontrar una solución menos convencional y más flexible a ciertos problemas.

«Nuestros hallazgos sugieren que la creatividad de las personas con mente abierta alcanza también a la percepción visual. Estas personas pueden ver experiencias fundamentalmente distintas a la media». Por ello, según la psicóloga, estos resultados podrían explicar por qué las personas más abiertas de mente tienden a ser más creativas e innovadoras.

¿Cómo se traduce esto en la práctica? Anna Antinori lo explicaba con un ejemplo claro. Si a un grupo de personas les ofreces un ladrillo y les preguntas qué pueden hacer con él, es probable que la mayoría responda que levantar un muro. Pero las otras con mente abierta, uno de los principales rasgos asociados a la creatividad, responderán que podría ser un ataúd en un diorama protagonizado por la Barbie.

No solo son capaces las personas de mente abierta de ver el mundo de manera diferente, sino que también pueden prestar atención a detalles que a los demás se les escapan. Sus cerebros dejan pasar más información que el resto de personas. O lo que es lo mismo, están atentos a otros estímulos que a los demás nos pasan desapercibidos: los sonidos del exterior, los olores que nos llegan, que cierto punto de nuestra espalda está apoyado en el respaldo de la silla…

La mayoría de esas decisiones se hacen por debajo del nivel de conciencia y sus resultados constituyen lo que vemos y percibimos, afirma la psicóloga en una entrevista para la agencia EFE.

Según afirma la directora del estudio, hay investigaciones que demuestran que la personalidad es maleable; que puede cambiar a lo largo de la vida y que la forma en que vemos el mundo puede variar en línea con la personalidad.

«Puede ser posible que un cambio en la personalidad de un individuo también pueda afectar a cómo ve el mundo», afirma un artículo de Quartz. Hay, por tanto, diferentes maneras para poder ser más creativos y abiertos.

Pero quizá el ejercicio más poderoso sea el tratar de ponerse en el lado contrario de nuestro pensamiento. Por ejemplo, intentar defender con argumentos válidos temas sobre los que estamos radicalmente en contra. ¿Eres de izquierdas? Trata de defender las ideas de la derecha. Sudarás tinta, pero aprenderás a ver las cosas desde ángulos diferentes.

El último consejo que Antinori da es buscar la manera de dar salida a la creatividad y expresarla. Y para ello, una vez más, debemos abandonar nuestra zona de confort. 

Nuestro cerebro necesita desafíos y si queremos ser abiertos y creativos, debemos entrenarlo.


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