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viernes, 24 de agosto de 2018

El Estímulo De La Ilusión


Me parece normal que quienes estamos viviendo en el invierno de la vida todavía tengamos ilusiones que estimulan nuestro pensamiento y nuestro obrar procurando su realización.

Tal vez hay un ejercicio que no hemos hecho: un listado de lo que nos falta por hacer o lograr, antes de que se detenga el latir de nuestro corazón para siempre.

Esta última diferencia, entre hacer y lograr, es importante, porque la vida ha tenido la gentileza o rudeza de irnos enseñando que no todas las ilusiones que se gestan en nuestra mente se pueden convertir en realidad, a pesar de nuestra disposición, buena voluntad, empeño y constancia.

La razón es simple: su realización no depende solamente de nosotros.

Pero eso no debe detenernos e impedir que expresemos nuestras ilusiones, simplemente porque pueden existir otras personas que sí tengan la posibilidad, la voluntad y el poder para convertirlas en realidad, no necesariamente porque supieron de las nuestras, sino porque llegaron a la misma conclusión que nosotros, desde sus conocimientos o su propia experiencia de vida.

Mi experiencia personal ha sido buena. Por supuesto que hubiera querido que fuera mejor.

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