¿Qué opinión tienes de tu mente?
En general no tiene muy buena fama, ¿verdad? A menudo la
tratamos como a un enemigo. Como si fuera el origen de todos nuestros
problemas.
Y en parte tenemos razón: es verdad que tenemos un problema
con la mente. Se descontrola con mucha frecuencia, y empieza a hacer cosas sin
aparente sentido.
Pero el problema no es ella, el problema somos nosotros.
La
mente es una herramienta fantástica, lo que pasa es que no la estamos usando
correctamente.
Por esta razón, en este artículo me gustaría hablar de cómo
funciona la mente exactamente, de por qué tiene esta tendencia a descontrolarse
y de qué podemos hacer para evitarlo.
La mente es la herramienta que crea nuestra vida, y si
queremos vivir de forma plena y satisfactoria, tenemos que entenderla bien y
aprender a controlarla.
Normalmente no somos muy conscientes de este hecho, y este
es uno de los motivos por los que hemos perdido el control de la mente. No
vemos la conexión que existe entre nuestra mente y la realidad que vivimos, y
creemos que son dos cosas separadas.
Pero si te fijas bien, verás que tu vida encaja
perfectamente con el tipo de pensamientos que tienes habitualmente. Y no es
casualidad: la mente crea la realidad.
El hecho de que la mente sea la herramienta que crea la
realidad hace que tenga una característica muy particular: no se puede detener. La
mente no se puede parar, porque si lo hiciera, la vida al completo se detendría.
Es importante tener esto en cuenta porque hay una tendencia
bastante generalizada a afirmar que la mente debe detenerse. Que la mente es un
obstáculo para ver la realidad profunda de las cosas, y que debemos hacerla
callar. Muchas veces, se asocia el concepto de meditación con esto: acallar la
mente.
Pues bien, esto no sólo no es posible, sino que además sería
muy perjudicial.
Querer acallar la mente completamente es como querer detener
el corazón. Sin la mente no habría vida.
Dado que la mente no se puede detener, esto quiere decir que
siempre está creando. Siempre.
Es importante dejar de ver este hecho como algo negativo,
porque es todo lo contrario. Piensa que si tu mente se detuviera, tu vida se
acabaría. Así que debemos dejar de obsesionarnos con la idea de detener la
mente: es un esfuerzo completamente inútil, además de ser un auténtico intento
de anularse a uno mismo.
En cambio, lo que sí merece nuestros esfuerzos es aprender a
dirigir la mente. Debemos aprender a controlar nuestra mente para que cree
lo que deseamos. Esta es la clave de una vida plena.
Y esta es también la clave del problema que tenemos con la
mente.
Déjame que te haga una pregunta: cuando caminas, tú decides
donde pones los pies, ¿verdad que sí? Y también sabes que en cualquier momento
puedes parar tus piernas o cambiar la dirección que llevan, ¿verdad?
Ahora bien, ¿haces lo mismo con tu mente? ¿Escoges
conscientemente qué quieres pensar en cada momento? ¿Eres consciente de que
tienes el poder de cambiar el rumbo de tus pensamientos cuando quieras? ¿Usas
este poder?
Lo más probable es que la respuesta sea “no”.
No estamos dirigiendo nuestra mente, este es el origen del
problema. Por esta razón nuestra mente va divagando de una idea a otra sin
aparente sentido. No hay nadie dirigiéndola, así que navega sin rumbo definido.
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