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martes, 7 de agosto de 2018

Siempre Vivimos


Todos tenemos la certeza de que vamos a morir y aun así continuamente es importante recordar que la vida es un regalo y una responsabilidad. Acercarnos por un momento a la muerte es al mismo tiempo acercarnos a la vida. Nos podemos preguntar ¿Qué queremos hacer antes de morir?

La Dra. Elizabeth Kübler-Ross (Suiza, 1926 – EEUU, 2004) fue psiquiatra y escritora. Se la considera una de las personas que más ha estudiado la muerte o traspaso como ella prefería llamarlo. 

De entre sus numerosos libros, destacamos: "La muerte: un amanecer", en el que recoge testimonios de personas a las que asistía en sus últimos días. En él cuenta que la mayoría de personas no se arrepentían de lo que habían hecho sino de las cosas que no habían hecho, de todas las veces que no se arriesgaron, de los sueños que nunca persiguieron. Las palabras más pronunciadas eran ojalá hubiera... De todas las entrevistas concluye:

“No es la muerte lo que más asusta sino haber llegado al final de la vida sin haber vivido de verdad”. (Dra. Elizabeth Kübler-Ross)

En su último libro "Lecciones de vida", escrito junto al experto en cuidados paliativos David Kessler, nos dice: “Estamos aquí para sanarnos unos a otros y a nosotros mismos. No una sanación como en la recuperación física, sino una sanación mucho más profunda. La sanación de nuestros espíritus, de nuestras almas”. 

Lo que se desprende de todos sus estudios y reflexiones sobre la muerte es justamente la importancia de la vida, de esta forma de vida.

"La rueda de la vida" es un relato autobiográfico en el que cuenta su infancia con sus dos hermanas mellizas, a las tres las vestían igual, realizaban siempre las mismas actividades y las trataban igual. Buena parte de los pasos de su vida fueron tras la búsqueda de su propia identidad, de poder diferenciarse de sus hermanas y  saberse un individuo. 

El hecho de centrar la atención en ser ella misma le llevó a creer en sus posibilidades y aunque sus métodos no fueron siempre aceptados al final de su vida recibiría más de 25 títulos Honoris Causa de diversas universidades. Estaba convencida de que cada uno tiene un don y que debemos desarrollarlo y potenciarlo.

Lo más importante no es si morimos pronto o tarde, lo fundamental es cómo se ha vivido antes de morir.

La muerte como la entendemos no existe, lo que existe es un viaje y como para cualquier otro viaje podemos preparar las maletas con lo imprescindible.  Si vivimos despiertos, tendremos nuestras maletas de vida y estaremos preparados para cambiar de forma pues “la vida en el cuerpo físico representa sólo una pequeña parte de nuestra existencia” 

Enric Corbera, en su libro "Yo soy tú: La mente no dual", nos dice lo siguiente: “La conciencia se identifica con todo lo que cree ser: deseos, pensamientos, objetos, nacionalidades, etc. Todo aquello de lo que uno es consciente no es el Yo. Por eso hay que dejar de identificarse con todo lo que nos rodea y con el cuerpo. Estás aquí, en este momento, en esta vivencia, en esta experiencia, simplemente para trascenderla y liberarte, para hacerte Consciente, para que todas las partes de este Todo despierten de este mundo de dolor, sufrimiento, enfermedad y muerte. 

Al final uno descubre que todo lo que actualmente considera como sí mismo –incluyendo el ego y la mente- no es Consciencia, es sencillamente conciencia de uno mismo en diferentes cosas. Lo que es real no muere. Lo que no es real nunca vivió. 

Cuando sabes que la muerte le sucede al cuerpo y no a ti, simplemente observas tu cuerpo decaer como si fuera una prenda de ropa usada. Lo que tú realmente eres es atemporal y se encuentra más allá de la vida y la muerte.

El cuerpo vivirá lo que sea necesario. No es importante que viva mucho".

 “Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra la futura mariposa” y así “regresamos a nuestro hogar”.  

Kübler-Ross.

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