domingo, 4 de noviembre de 2018

Es Mucho Mejor Estar Muerto


Aliviando Conciencias: Es Mucho Mejor Estar Muerto
He aquí los doce constituyentes que, según Van Lommel, en su libro "Consciencia. Más allá de la vida" (Atalanta), definen una experiencia cercana a la muerte (ECM):

1. Inefabilidad. Es una experiencia un tanto refractaria a las palabras. Situada fuera del ámbito de la experiencia cotidiana, el lenguaje se vuelve opaco.
2. Sentimiento de paz y sosiego; desaparición del dolor. Una plenitud que sobreviene de forma brusca, sin transición con el estado anterior.
3. Consciencia de estar muerto. Se oye a los testigos y doctores declarar la propia muerte. A veces se escucha un silbido o un zumbido.
4. Experiencia extracorpórea (autoscopia). Se ve la escena del fallecimiento desde un punto alto, con gran densidad de detalles, a veces desconocidos por los propios testigos o imperceptibles. Verificaciones y corroboraciones documentadas. Las personas ciegas acceden a la visualidad. El aspecto más inexplicable de todos.
5. Espacio oscuro. Vacío, cerrado, pozo. También, experiencia de túnel. El muerto se abre paso a través de un espacio angosto, tenebroso, en ocasiones multicolor. Se aproxima a la luz. Se ve envuelto completamente por ella y sobreviene un sentimiento de beatitud, una sensación de amor y aceptación incondicional.
6. Percepción de un espacio sobrenatural. Paraje deslumbrante: colores hermosos, flores extraordinarias, ciudades y edificios espléndidos.
7. Encuentro y comunicación con personas fallecidas: familiares y amigos a los que se reconoce sin atisbo de duda. Su aspecto es saludable, aunque el recuerdo que predomina de ellos es el de la enfermedad.
8. Visión de una luz brillante o de un ser de luz. Esta luz lo penetra todo. Y el muerto se siente arrastrado por ella.
9. Retrospección vital panorámica. El sujeto experimenta cada una de sus palabras y acciones pasadas, así como sus pensamientos, y llega a la conclusión de que todo ello le afecta a sí mismo tanto como a los demás. No es como una película. Se trata más bien de una empatía profunda. No hay juicio sobre cosas o personas.
10. Prognosis. El fallecido siente que puede ver un fragmento de la vida que está por venir.
11. Percepción de una frontera. Niebla, valle, muro, puente, río, puerta. Consciencia de que una vez atravesada la frontera no se podrá regresar.
12. Regreso consciente al cuerpo. Abrupto y desagradable.
Las consecuencias de una ECM son, básicamente, pérdida definitiva del miedo a la muerte y percepción extremadamente generosa de los asuntos humanos.
Algunas variantes de ECM no están relacionadas con el fallecimiento biológico personal. La denominada ECM empática, puede ocurrirle a alguien que asiste a la muerte de un ser querido: ve, por ejemplo, que otros seres queridos vienen a recoger al difunto. La meditación profunda contiene también bastantes elementos de una ECM. Y puede producirse asimismo en circunstancias de éxtasis ante la naturaleza. 

Van Lommel asocia el cuadro con los clásicos viajes al inframundo de que está nutrida la literatura y ciertas conductas ascéticas desde tiempos antiguos.
                                    


No hay comentarios:

Publicar un comentario