miércoles, 5 de diciembre de 2018

La Mente Perversa


¿Qué es realmente un perverso? La definición de “perversión” presenta incontables dificultades. Al principio se asoció el termino de manera equivocada a supuestas “desviaciones” sexuales”. Sin embargo, este concepto está excluido actualmente.

La psiquiatría adoptó para casos relacionados con situaciones sexuales los términos de “disfunciones” o parafilias. Puede comprobarse que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV y CIE 10) se desvincula la denominación de perversión de las parfilias o disfunciones sexuales.

Una persona perversa se siente acechada por pensamientos obsesivos y destructivos, al considerar que las actitudes humanas no son sinceras.

Evidentemente, esta es una condición anormal de la personalidad, en la que el “perverso/a” desarrolla una destructividad hacia sus semejantes a través de pensamientos y actos de carácter maligno.

Numerosos estudios científicos indican que la conducta perversa puede ser congénita. Sin embargo, también afirman que la falta de afecto en etapas tempranas (en la infancia) puede propiciar la gestación de una mente de características perversas.

El perverso desarrolla una personalidad conflictiva, sus fantasías siempre son conscientes, y siempre trata de dañar, humillar y vejar a otras personas.

En los casos en que sí está asociada una perversión sexual (mejor llamada parafilia), es imprescindible para el perverso un escenario donde pueda desarrollar su deseo de destrucción y actividad con connotación obscena, o trasladar a ese lugar, las vejaciones recibidas de manera real o ficticia durante sus etapas de infancia y adolescencia.

Cuando la víctima del perverso es sometida y humillada, este experimenta sensaciones de triunfo, dominación y superioridad. En definitiva, necesita sentirse vengador y no víctima.

“El mal que provoca un perverso es indiscriminado, pero prefieren a las personas cercanas, como familiares o parejas sentimentales.”
-Paul-Claude Recamier-

Dejando a un margen los casos de parafilias, el psicoanálisis interpreta la perversión como un valor de las estructuras nosograficas: perversión, neurosis y psicosis.

Un perverso desarrolla una conducta en cierta medida psicopática, que se manifiesta desde la infancia hasta la edad madurez y que lo hace en todos los ámbitos de su vida, desde el ámbito familiar al laboral.

Hay rasgos comunes en las personas perversas. Son personas que presentan rasgos marcados de agresividad y de egoísmo. Son, además, personas impulsivas, con rasgos pronunciados de inadaptación y con comportamientos egoístas que pueden llegar a ser agresivos.

Manifiestan una escasa o nula comunicación con su entorno. Persiguen con ansias la perfección en todos sus propósitos, arrastrando a quien sea en el proceso. Son personas sin empatía, que manifiestan una falta de respeto absoluta por los demás.

“Solo el tiempo muestra al hombre justo, mientras que podrías conocer al perverso en un solo día.”
-Sófocles-


Según los psiquiatras, el aumento de la malignidad de estos sujetos se suele asociar a un aislamiento emocional, que va creciendo provocado por un  resentimiento social o afectivo, odios, fracasos etc.

Es un círculo vicioso que no para de retroalimentarse.

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