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domingo, 6 de enero de 2019

Desarrollar Tus Fortalezas


Vivimos en una sociedad que está enfocada en penalizar las debilidades en lugar de premiar las fortalezas. Por ejemplo, sin un estudiante tiene malas notas en matemáticas y sobresalientes en música, ¿qué crees que le espera al muchacho? Lo más seguro es que inmediatamente se le apunte a clases particulares de matemáticas para mejorar esas notas que no son lo suficientemente buenas. 

Sin embargo, si en vez de esto, a ese mismo muchacho se le inscribe en una escuela de música, algún día podría llegar a ser un virtuoso de la música. Quién sabe cuántos Mozart nos habremos perdido así.

Desde mi punto de vista, es necesario centrarse y potenciar las fortalezas y dejar las debilidades en un segundo plano. Eso sí, los extremos nunca son buenos (demasiado al Este es Oeste) y cuando digo que hay que dejar las debilidades en un segundo plano no me refiero a que haya que olvidarse de ellas. Es necesario tener unos mínimos y si se tiene la oportunidad de mejorar uno de tus puntos débiles siempre va a ser algo positivo. Pero no considero que ese sea el objetivo a perseguir. Si mejoras tus debilidades a lo máximo que podrás aspirar es a ser mediocre en todo, mientras que potenciando tus fortalezas puedes alcanzar la excelencia en esos ámbitos.

Se me ocurren tres razones por las que apostar por tus fortalezas pero seguro que hay muchas más. Las razones son las siguientes:

Trabajar en cosas en las que no eres bueno resulta frustrante y te roba la energía. Por el contrario, trabajar en lo que se es bueno te motiva y te llena de energía.
Tienes recursos limitados. El tiempo que dedicas a mejorar una debilidad va a ser elevado para lograr un escaso resultado, mientras que el mismo tiempo invertido en una fortaleza multiplicará esos resultados.
Mejorarás en las tareas que te gustan hacer y podrán verte como un experto en una de tus facetas clave y como una persona que aporta nuevas ideas.

Esto sirve tanto en el mundo de la empresa como en la vida en general y no hay que tener miedo a ser débil en ciertas cosas, siempre y cuando analicemos y conozcamos bien estos puntos débiles. Por ejemplo, en el caso de una empresa, si se conoce un punto en el que es débil se puede contratar personas que cubran estas debilidades. Aunque suene un poco a frase de maestro de artes marciales, siempre se debe buscar un Yin para tu Yang, alguien que supla tus debilidades con sus fortalezas. Lo mejor para sacar el máximo rendimiento de un equipo es que cada uno ‘juegue sus cartas’, que hagan lo que saben hacer.

Para ello lo primero de todo es conocernos bien y tener claro cuáles son nuestras fortalezas, aquello que nos gusta hacer y en lo que somos buenos. Una manera para saber cuáles son nuestras fortalezas innatas es haciéndonos preguntas a nosotros mismos:

¿Cuál ha sido el mayor éxito que he tenido?
¿Cuál ha sido el mejor día de mi vida?¿Qué estaba haciendo?
¿Cuál era mi asignatura favorita en la escuela?¿Qué parte era la que más me gustaba?
¿Qué es por lo que me suelen alabar los demás?
¿Qué actividades me dan energía? ¿Con qué actividad pierdo la noción del tiempo?


Estas son algunas preguntas que te ayudarán a conocer qué es lo que te gusta hacer y en las que eres bueno. Una vez lo sabes, adelante, potencia estas fortalezas que te hacen destacar, nadie mejor que tú sabe cuáles son y llena tu vida de tareas que estén en línea con tus fortalezas, con tus conocimientos y tus gustos.

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