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sábado, 26 de enero de 2019

Inhalar Profundo La Vida

La mayoría de las personas no se percatan de la importancia de respirar correctamente. El estilo de vida que se lleva, acelerado y con presiones constantes, hace que la respiración se acelere para ir al ritmo que la vida está imponiendo.

Como consecuencia se respira corto y poco profundo y el cuerpo olvida la respiración abdominal que se tenía cuando se era bebé. Al inhalar menos cantidad de aire se recibe menos oxígeno y menos energía, por lo que también se obliga al corazón a latir más rápido.

Ya el niño pequeño que empieza su maternal o su preescolar comienza a verse sometido a situaciones estresantes: levantarse temprano, comer rápido para salir a tiempo al colegio, entre otras, son situaciones que obligan al niño a cambiar su ritmo respiratorio y comenzar a hacerlo como los adultos.

El proceso

Respirar es la función principal de la fisiología del ser humano, ya que mientras se respira se está conectado con la vida. Al nacer el bebé toma su primera inhalación y al morir se expira, se exhala por última vez... Durante toda la vida todas las personas han tomado y botado aire millones de veces para mantener esa energía vital fluyendo en su cuerpo.

De hecho, hay ritmos vitales que se asocian a la función respiratoria. Por ejemplo, dar y recibir en la vida es un ritmo, que cuando no está en balance, la persona se siente fuera de equilibrio o poco satisfecha; incluso, los demás perciben o la juzgan como persona no congruente. Para que la vida siga, se toma y expulsa aire constantemente, se inhala la misma cantidad que se exhala; por tanto, en la vida se debe estar consciente de dar lo mejor de sí y al mismo tiempo estar abierto a recibir de otros, cariño, consejos, y saber escuchar a otra persona cuando lo solicita.

Para mejorar. Hay ejercicios que contribuyen a mejorar la respiración y por tanto otros ritmos, como lo son el yoga, el tai chi, pilates, las artes marciales en general, cualquier actividad aeróbica como bicicleta, bailo terapia, aerobics, trote, subir a la montaña, nadar, entre otros, pero además se pueden practicar algunos ejercicios específicos que apuntan a hacer más lenta y profunda la respiración. 

Ejercicio perfecto

1. Colóquese cómodo, preferiblemente sentado y con la columna vertebral en
Posición vertical, y por dos o tres minutos respire inhalando aire en cuatro tiempos,
Espere dos tiempos con el aire retenido en los pulmones, luego expulse el aire en
cuatro tiempos y espere dos tiempos antes de volver a inhalar.
2. Repita este ciclo por el tiempo indicado. En otras palabras, el tiempo de inhalar y

Exhalar es el doble de los tiempos de retener y esperar para volver a tomar. Adapte este ejercicio a su ritmo respiratorio actual. No tiene que forzar su respiración. Practíquelo una o dos veces al día y verá cómo poco a poco su respiración va adaptándose a un nuevo ritmo, más lento, más sereno, más relajante y, por supuesto, mucho más saludable.

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