La mayoría de las
personas no se percatan de la importancia de respirar correctamente. El estilo
de vida que se lleva, acelerado y con presiones constantes, hace que la
respiración se acelere para ir al ritmo que la vida está imponiendo.
Como
consecuencia se respira corto y poco profundo y el cuerpo olvida la respiración
abdominal que se tenía cuando se era bebé. Al inhalar menos cantidad de aire se
recibe menos oxígeno y menos energía, por lo que también se obliga al corazón a
latir más rápido.
Ya el niño
pequeño que empieza su maternal o su preescolar comienza a verse sometido a
situaciones estresantes: levantarse temprano, comer rápido para salir a tiempo
al colegio, entre otras, son situaciones que obligan al niño a cambiar su ritmo
respiratorio y comenzar a hacerlo como los adultos.
El proceso.
Respirar es la función
principal de la fisiología del ser humano, ya que mientras se respira se está
conectado con la vida. Al nacer el bebé toma su primera inhalación y al morir
se expira, se exhala por última vez... Durante toda la vida todas las personas
han tomado y botado aire millones de veces para mantener esa energía vital
fluyendo en su cuerpo.
De hecho, hay
ritmos vitales que se asocian a la función respiratoria. Por ejemplo, dar y
recibir en la vida es un ritmo, que cuando no está en balance, la persona se
siente fuera de equilibrio o poco satisfecha; incluso, los demás perciben o la
juzgan como persona no congruente. Para que la vida siga, se toma y expulsa
aire constantemente, se inhala la misma cantidad que se exhala; por tanto, en
la vida se debe estar consciente de dar lo mejor de sí y al mismo tiempo estar
abierto a recibir de otros, cariño, consejos, y saber escuchar a otra persona
cuando lo solicita.
Para mejorar. Hay ejercicios que contribuyen a mejorar la respiración y por
tanto otros ritmos, como lo son el yoga, el tai chi, pilates, las artes
marciales en general, cualquier actividad aeróbica como bicicleta, bailo
terapia, aerobics, trote, subir a la montaña, nadar, entre otros, pero además
se pueden practicar algunos ejercicios específicos que apuntan a hacer más
lenta y profunda la respiración.
Ejercicio perfecto
1. Colóquese cómodo,
preferiblemente sentado y con la columna vertebral en
Posición vertical, y por dos
o tres minutos respire inhalando aire en cuatro tiempos,
Espere dos tiempos con el
aire retenido en los pulmones, luego expulse el aire en
cuatro tiempos y espere dos
tiempos antes de volver a inhalar.
2. Repita este ciclo por el
tiempo indicado. En otras palabras, el tiempo de inhalar y
Exhalar es el doble de los
tiempos de retener y esperar para volver a tomar. Adapte este ejercicio a su
ritmo respiratorio actual. No tiene que forzar su respiración. Practíquelo una
o dos veces al día y verá cómo poco a poco su respiración va adaptándose a un nuevo
ritmo, más lento, más sereno, más relajante y, por supuesto, mucho más
saludable.
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