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martes, 22 de enero de 2019

Nuestras Aspiraciones

Uno de los primeros pasos para tomar conciencia de nuestra capacidad creativa para  trabajar en nuestro propio desarrollo personal y alcanzar el éxito, es descubrir cuáles son nuestros dones o habilidades especiales.

Una vez sabes cuáles son esas destrezas que te hacen especial y en las que destacas, es importante visualizar todo el potencial que puedes desarrollar si las pones a trabajar y las utilizas para el logro de tus aspiraciones de vida, con objetivos concretos.

Por muy grandes que sean tus dones innatos, si en la práctica no tomas acción, no serán útiles. Por ello, es básico que a través de tu imaginación, crees un cuadro mental de lo que deseas hacer con ellos para lograr diferentes objetivos y metas en las distintas áreas de la vida, ya sean materiales, de educación, de salud, espirituales o de otro tipo.

Anticipar mentalmente tus aspiraciones de vida, es algo fundamental, porque tus pensamientos son los cimientos donde construyes tu futuro, son la base que sustenta lo que tu denominas tu realidad.
De forma habitual, sólo anticipamos tareas cotidianas, como nuestro trabajo diario, las compras rutinarias, nuestras aficiones del fin de semana, o los viajes que deseamos hacer, por poner unos ejemplos. Pero debes saber que tienes plena potestad para poder crear mentalmente la vida que deseas tener y más tarde crear el plan de acción para que pueda materializarse.

Normalmente no lo hacemos con los sueños grandes, porque estamos condicionados desde la niñez y también por nuestras propias experiencias del pasado, en las que nos hemos sentido fracasados. Todo ello conforma una programación mental, que no nos beneficia para tener grandes objetivos, ya que a menudo los vemos como algo imposible de lograr.

La mayoría de los inputs que desde pequeños hemos recibido están basados en fijarnos y centrarnos únicamente en la realidad actual y no en crear la realidad que deseamos, como si no estuviera en nuestra capacidad el poder construir el propio destino y tuviéramos que conformarnos y resignarnos al que nos imponen.

Frases como “deja de soñar”, “vaya fantasías o aspiraciones tienes” o “eso no es para ti”, limitan mucho más de lo que creemos la capacidad innata que todos tenemos para desarrollar nuestros dones y poder vivir la existencia que deseamos con un propósito de vida.

Basado en este condicionamiento que en mayor o menor medida todos hemos recibido, la persona que desea romper con esas cadenas mentales que lo limitan, debe saber que sólo cuenta con el poder de su mente y su voluntad para transformar su realidad, pero que sólo eso le basta para lograrlo.
Si en las primeras etapas de la juventud no se realizan estos cimientos sólidos, cada vez será más difícil poder transformarnos, puesto que nuestra estructura mental será muy rígida. Esto lo puedes observar en muchas personas que llegados a los 40 años, parecen no tener más aspiraciones en la vida que el llegar a la jubilación para dejar de trabajar.

En otras ocasiones, algunos no tienen aspiraciones porque les hicieron creer que eso es propio de personas ambiciosas y egoístas. La ambición de este modo suele verse de forma peyorativa porque se asocia a quién sólo desea riqueza y fama desmedidas, pero también es el deseo puro por lograr nuestras metas y superarnos personalmente.

Elimina de tu mente que las aspiraciones son propias de los seres con ambiciones avariciosas, materialistas y sin escrúpulos que pisan a los demás con tal de lograr sus propósitos.

Sin aspiraciones vivimos una vida insulsa y carente de motivación, por el contrario, quien manifiesta aspiraciones auténticas y sanas, es alguien que posee determinación y está dispuesto a esforzarse para ser la mejor persona que pueda ser.



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