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viernes, 7 de junio de 2019

Un Día Cualquiera

Esta mañana  me he levantado observando mi entorno, desde las cosas que conforman mi guarida humana, la cual está impregnada de vivencias propias y extrañas, hasta las apenas perceptibles señales de innúmeras presencias que desde el mundo exterior nos dejan sus huellas como recordatorio de que no estamos solos en el despertar de cada día.

Estas señales del mundo exterior, que han irrumpido, bruscamente, cual si fuesen un vendaval que abrió con su fuerza los ventanales de mi mente,  esparciendo por doquier,  una sucesión de acontecimientos  pasados, que sin lugar a dudas, tenían una estrecha interrelación, con este hecho abominable que los noticieros de  todo el mundo anunciaban,  como si formaran parte de un macabro puzle, que, una vez armado, pondría al descubierto, el trazado de  un plan sutilmente elaborado.

Ahora, en realidad, hay momentos en que me cuestiono, si valdrá la pena continuar con el desarrollo de este artículo,  tal como me ha pasado con tantos otros que he escrito anteriormente, ¿saben el motivo?  La cuestión estriba en que para poder unir las diferentes partes de este puzle que menciono, es absolutamente necesario conocer y sortear los mensajes subliminares, que se han introducido en nuestra conciencia colectiva, a través de innúmeras citas,  que se introducen como mojones, para marcan los límites establecidos entre “lo permitido” y “lo prohibido”.

Como esto insume tiempo  y el crédito de atención, que tu condición de lector tiene incorporado,  es limitado, mucho me temo que no podamos continuar


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