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martes, 8 de octubre de 2019

Cuando La Mente Crea

 Reflexionando sobre lo que se desarrolla a nuestro alrededor llegaremos a la conclusión de que todo lo que consideramos “externo” no lo es tanto. 

Cambiar las circunstancias de la vida pasa por cambiarnos a nosotros mismos porque todo cambio auténtico se procesa de dentro afuera, y no al contrario.  Cada uno podríamos encontrarnos de algún modo dentro de las circunstancias que vivimos, en ellas debemos mirarnos porque somos nosotros mismos.

La vida de cada cual es el resultado de su forma de pensar por lo que modificando nuestros pensamientos nuestra vida cambiaría.

 Sin embargo esta modificación no es tan sencilla como pudiera entenderse superficialmente. La fuente de la auténtica creación mental se encuentra dentro del ser humano pero no es la mente común y cotidiana.

El único medio que nos permite crear a voluntad y modificar circunstancias  es la mente consciente.

Cambiar simplemente un pensamiento por otro, repetirnos una y otra vez las llamadas “afirmaciones positivas”, puede servirnos para generar estados más deseables, pero pasajeros;   a la larga  no produce el resultado deseado. 

Llegar a establecer la mente consciente pasa por cambiar nuestra forma de pensar para que los pensamientos cambien.

Mientras sigamos pensando como siempre lo hemos hecho, con las mismas creencias, conceptos y prejuicios, reaccionando mentalmente de la misma forma ante los mismos estímulos, la transformación no tendrá lugar. 

Sólo se producirá un cambio efectivo en nuestros pensamientos cuando estos sean el resultado de una mente nueva.

Se trata de tomar conciencia la actividad que nuestra mente desarrolla. Pensamos continuamente, pero muy pocas veces somos conscientes de que pensamos y por qué lo pensamos.

Es el medio de transformar la mecanicidad y los hábitos de pensamiento en reacciones conscientes y se lleva a cabo a través de la auto observación. Requiere adoptar una actitud interior de “observar” sin reprimir y sin dejarnos arrastrar por lo observado, es decir, sin reaccionar.

Dominar el diálogo interno. Modificando conscientemente nuestros diálogos interiores se puede transformar la realidad, eliminar la mecanicidad en la forma de pensar.
  
El control del que hablamos no es represión ni imposición, sino la consecuencia normal que surge cuando los procesos mentales se van desarrollando a la luz de la conciencia.

El diálogo interior tiene “protagonistas” que vamos descubriendo, comprendiendo, y transformando.

El diálogo interno es producto de  múltiples voces interiores que protagonizan diversas historias y tienen diferentes intereses y objetivos. Son los habitantes de nuestro mundo interior que tienen la capacidad de plasmarse y hacerse visibles atrayendo las circunstancias que vivimos, el tipo de relaciones que mantenemos, conformando nuestro entorno.

Aprender a Visualizar En cada instante del día, recorren por nuestra mente como pequeños ratoncitos, infinidad de pensamientos de todos los “tamaños”, “colores” y en todas las velocidades y direcciones.

Los pensamientos son energías creativas poderosas, que cada vez que pasan por el pensamiento, ya sean ideas, recuerdos, palabras, razones, etc., es como si se regaran pequeñas semillas en el terreno de nuestra mente que pueden germinar en nuestra realidad, si les damos las condiciones para que crezcan. ¿Y cómo es que crecen estas semillitas? Con nuestra atención.

Es cuando prestamos atención a alguna de estas “semillas” o pensamientos y lo mantenemos visualizándolo en nuestro lóbulo frontal y la semilla empieza a crecer, a germinar, a concentrar energía. Y si lo mantenemos visualizándolo el tiempo suficiente, este se convertirá “en realidad”
La mente que normalmente utilizamos nos ha llevado a crear lo que somos.



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