miércoles, 8 de julio de 2020

Sentimientos

¿Qué sientes, ahora mismo, mientras lees esto? ¿Sientes curiosidad? ¿Esperas aprender algo acerca de ti? ¿Estás aburrido porque esto es algo que tienes que hacer para la escuela y no tienes muchas ganas de hacerlo? ¿O estás feliz porque es un proyecto de la escuela que te gusta? Tal vez estás distraído por algo más, como la anticipación por tus planes de fin de semana, o triste porque estás pasando por una ruptura.


Emociones como estas son parte de la naturaleza humana. Nos dan información sobre lo que estamos viviendo y nos ayudan a saber cómo reaccionar.

Sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y los niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones faciales o con acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y muestran emociones, pero aún no tienen la capacidad de darle un nombre a la emoción o decir por qué se siente de esa manera.

A medida que crecemos, nos volvemos más hábiles al entender las emociones. En lugar de reaccionar cómo reaccionan los niños, podemos identificar lo que sentimos y ponerlo en palabras. Con el tiempo y la práctica, nos volvemos mejores para descifrar lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia emocional.

La conciencia emocional nos ayuda a develar lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a construir mejores relaciones. Esto se debe a que el ser conscientes de nuestras emociones nos ayuda a hablar claramente sobre nuestros sentimientos, evitar o resolver mejor los conflictos y superar los sentimientos difíciles con mayor facilidad.

Algunas personas están naturalmente más en contacto con sus emociones que otras. La buena noticia es que todos pueden ser más conscientes de sus emociones. Solo hace falta práctica. Pero vale la pena el esfuerzo: la conciencia emocional es el primer paso hacia la construcción de la inteligencia emocional, una habilidad que puede ayudar a las personas a ser más exitosas en la vida.

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