miércoles, 8 de julio de 2020

Tiempo De Aprender


Se aprende algo nuevo cada día. Es importante que este aprendizaje sea de forma consciente, es decir, que sepas perfectamente qué cosa has aprendido cada día y por qué.

Hace poco estuve revisando un interesantísimo estudio de la Universidad de California basado en técnicas de neuroimagen que demostraba que cuanto mayor es el nivel de curiosidad que nos despierta algo, más predispuesto está nuestro cerebro a aprender.

No me canso de repetirlo: si algo somos los seres humanos es curiosos. Mucho. Demasiado. La curiosidad nos mueve, para bien o para mal. Si es para bien seguro que el aprendizaje será un gran compañero de viaje.

El aprendizaje es como el mejor de los regalos para nuestro cerebro. El descubrimiento de una novedad siempre nos genera cierto placer, de alguna forma obtenemos la apertura de un registro de recompensa que nos genera todavía más motivación para seguir buscando motivos emocionales.

Todo aquello capaz de sorprendernos gratamente es capaz de activar una zona muy concreta de nuestro cerebro, el núcleo accumbens, un área considerada como en núcleo principal del placer, y más si esto sucede de forma imprevista.

A partir de esta introducción, la propuesta es que te propongas este reto diario, buscando esos motivos capaces de provocarnos la emoción placentera de descubrir, conocer, aprender y poner la semilla de la siguiente experiencia.

Dicen que el saber no ocupa lugar, quizás porque el saber es tan placentero que consideramos que es ligero, etéreo y gratificante. Sócrates, un gran conocedor, lo dejó muy claro hace muchísimos años: sólo sé que no sé nada.

¿Cuál va a ser tu reto de hoy para aprender? Porque el reto empieza hoy, ya sabes: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Mañana, además, también deberás hacerlo. Un autocompromiso en el que espero que me acompañes cada día.
Se aprende algo nuevo cada día. Es importante que este aprendizaje sea de forma consciente, es decir, que sepas perfectamente qué cosa has aprendido cada día y por qué.

Hace poco estuve revisando un interesantísimo estudio de la Universidad de California basado en técnicas de neuroimagen que demostraba que cuanto mayor es el nivel de curiosidad que nos despierta algo, más predispuesto está nuestro cerebro a aprender.

No me canso de repetirlo: si algo somos los seres humanos es curiosos. Mucho. Demasiado. La curiosidad nos mueve, para bien o para mal. Si es para bien seguro que el aprendizaje será un gran compañero de viaje.

El aprendizaje es como el mejor de los regalos para nuestro cerebro. El descubrimiento de una novedad siempre nos genera cierto placer, de alguna forma obtenemos la apertura de un registro de recompensa que nos genera todavía más motivación para seguir buscando motivos emocionales.

Todo aquello capaz de sorprendernos gratamente es capaz de activar una zona muy concreta de nuestro cerebro, el núcleo accumbens, un área considerada como en núcleo principal del placer, y más si esto sucede de forma imprevista.

A partir de esta introducción, la propuesta es que te propongas este reto diario, buscando esos motivos capaces de provocarnos la emoción placentera de descubrir, conocer, aprender y poner la semilla de la siguiente experiencia.

Dicen que el saber no ocupa lugar, quizás porque el saber es tan placentero que consideramos que es ligero, etéreo y gratificante. Sócrates, un gran conocedor, lo dejó muy claro hace muchísimos años: sólo sé que no sé nada.

¿Cuál va a ser tu reto de hoy para aprender? Porque el reto empieza hoy, ya sabes: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Mañana, además, también deberás hacerlo. Un autocompromiso en el que espero que me acompañes cada día.


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