jueves, 6 de agosto de 2020

Integración Inteligente



La capacidad para llevarse bien con la gente representa la inteligencia social, y es una de las competencias más importantes de nuestra inteligencia. Se puede decir que es una mezcla de entendimiento básico de las personas conjugada con una serie de capacidades para interactuar adecuadamente.

Según Daniel Goleman “El descubrimiento más importante de la neurociencia es que nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás, ya que el mismo diseño del cerebro nos torna sociables, al establecer inexorablemente un vínculo intercerebral con las personas con las que nos relacionamos. Ese puente neuronal nos deja a merced del efecto que los demás provocan en nuestro cerebro y, a través de él, en nuestro cuerpo y viceversa.

Aun los encuentros más rutinarios actúan como reguladores cerebrales que prefiguran, en un sentido tanto positivo como negativo, nuestra respuesta emocional. Cuanto mayor es el vínculo emocional que nos une a alguien, mayor es también el efecto de su impacto. Es por ello que los intercambios más intensos son los que tienen que ver con las personas con las que pasamos día tras día y año tras año, es decir, las personas que más nos interesan. “…” Pero este vínculo es un arma de doble filo porque, si bien las relaciones positivas tienen un impacto beneficioso sobre nuestra salud, las tóxicas pueden, no obstante, acabar envenenando lentamente nuestro cuerpo.”

Así pues la inteligencia social es la capacidad que tiene una persona de entender, tratar y llevarse bien con la gente que le rodea. Se puede decir también que es la parte de nuestra inteligencia que se utiliza para relacionarnos con efectividad con la gente de nuestro entorno o que es la capacidad de optimizar al máximo nuestra relación con la gente, sacando lo mejor de ellos.

Destacamos siete de las aptitudes de los que poseen inteligencia social:

Radar para leer el contexto social en el que se encuentran y que les permite elegir diferentes conductas.

Apariencia, qué es lo que los demás perciben de ellos (confianza, autorespeto, valoración personal).

Autenticidad, que es sencillamente una forma de conducta que genera la percepción de que se es honesto con uno mismo y con los demás.

Claridad. La utilización del lenguaje de forma efectiva, explicando los conceptos para que los demás los entiendan.

Empatía. La capacidad de crear un sentido de conexión con los demás; hacer que los otros estén en su misma dimensión y se les aproximen.

Liderazgo. Poseer las habilidades gerenciales o directivas para que un equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos.

Saber escuchar genera confianza y muestra que se tiene respeto con el otro.

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