lunes, 10 de agosto de 2020

Multiculturales


La aceleración del cambio social constituye uno de los rasgos definitorios del actual período histórico. Los viejos conceptos devienen obsoletos con rapidez, y nuevos términos han de ser acuñados con el fin de describir e interpretar el mundo en que vivimos. 

En nuestra opinión, dos términos destacan de entre este arsenal conceptual, a saber: globalización y multiculturalismo. Dentro del esquema analítico que proponemos, la inmigración desempeña un papel fundamental, ya que conecta estas dos realidades. Intentaremos justificar esta afirmación tan abstracta en las líneas que siguen.

Empezaremos por aclarar tres malentendidos generalizados acerca de los fenómenos migratorios: 1) que las migraciones son una característica definitoria y distintiva del actual período histórico; 2) que el mundo occidental es el único destinatario de la inmigración proveniente de los países pobres; y 3) que sólo recibe inmigrantes del Tercer Mundo.

En primer lugar, los  movimientos poblacionales han sido una constante en la historia humana. La especial relevancia que adquieren en la actualidad no se debe, por tanto, a su carácter novedoso. 

La diferencia con otras épocas que más nos interesa resaltar aquí, más allá de la intensidad de los flujos, es la relativa a los lugares de origen y destino. Antes, lo común era que Europa fuera el continente de salida de la inmigración. En la actualidad, Europa occidental se configura como lugar de recepción, y no de origen.


En segundo lugar, conviene dejar claro que es falso pensar que se trata de un fenómeno que sufren sólo los países desarrollados. Los movimientos poblacionales también se dan entre los países del Tercer Mundo, y con una intensidad notable, como demuestra el caso especial de los refugiados


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