miércoles, 3 de julio de 2019

Continuar El Surco


Lo que nos queda, si pretendemos que algo permanezca en nosotros, es lo que entiendo es lo más valioso que podamos obtener, me refiero a la satisfacción que nos invade cuando logramos comprender que hemos tenido la oportunidad de dar, y no simplemente ofrecer, a quien ni siquiera hemos visto jamás,

La oportunidad de compartir el fruto de nuestra creación, lo que no permitiríamos que fuese catalogado como una simple cosa cualquiera, pues en nuestro fuero íntimo, es como dar parte de nuestro propio ser, algo maravilloso, que ha visto la luz, surgiendo de nuestras entrañas, como si fuese un parto de lo que hemos engendrado en esa relación donde la inquietud de nuestra mente se encuentra con la genialidad de nuestro intelecto, eso, amigo/a lector/a, eso es lo que nos queda.

Algunos pueden llegar a pensar que no deberíamos permitir que nuestra mente tomara cuenta de nuestros actos, que quizás fuese bueno someterla a algún  tratamiento que nos garantice su cordura, pero tales sugerencias, a las cuales agradezco y valoro muchísimo, cuando intentamos lograr cierto consenso en cuanto al mejor procedimiento a realizar, nuestra mente nos recuerda una frase que nos deja sin argumentos “de poetas y de locos todos tenemos un poco”

De manera que continuamos en nuestra senda de repiquetear las teclas de nuestro ordenador y confiamos que “el disco duro” que custodia nuestro intelecto no nos falle y que no nos vaya a pasar como suele pasar con los vehículos usados  ,(hablamos de un modelo 43) que deje de funcionar el pedal de embrague y no podamos imprimirle la marcha a nuestro motor.

Confiemos


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