viernes, 25 de enero de 2019

Continuar Sin Desfallecer


"La mayoría de nosotros subestimamos de lo que somos todavía capaces cuando estamos al límite"

La fuerza de la mente es x-veces superior a nuestro cuerpo pero pocos logran activarla.
No son tiempos fáciles los que estamos viviendo. Muchas personas están en  situaciones difíciles que no les permiten tener una visión optimista del futuro. Aunque incluso estés en una situación extrema con deudas no tienes el derecho de rendirte.

Da igual si eres emprendedor o trabajas por cuenta ajena. Todos tenemos momentos donde estamos al límite y cuesta mucho tirar para adelante. Desde que corro maratones me considero una persona mentalmente más fuerte. Cuando físicamente ya estas agotado después de 25km, tienes todavía 17km por delante pero aún así consigues terminar la carrera sabes que todo es posible. Es entonces que te das cuenta de lo eres capaz de hacer si no permites rendirte nunca  y tu mente acaba siendo más fuerte que tu cuerpo.

1. No le eches la culpa a nadie: todo depende de ti. No le eches la culpa a nadie. Si realmente quieres que las cosas cambien deja de quejarte sobre terceros que no hayan hecho bien su trabajo. Otros han estado en situaciones parecidas que tú y si lo han logrado. ¿Tal vez las cosas hubieran sido más fáciles si España no estuviera en la situación de crisis que esta? Puede. ¿Y si juegas a la lotería puede que te toque? Puede. Deja de perder tu energía en justificar tu fracaso e inviértela en tu futuro éxito.

2. Visualiza el éxito: imagínate la sensación que vas a tener cuando logres a salir de tu situación o puedas lograr el objetivo que te has propuesto. Tienes que tener claro lo que quieres conseguir y visualizar que ya lo has conseguido. Lo que la mayoría de las personas hace es dar un paso delante del otro pero sin ser capaz de mirar más allá del tercer paso. Si no tienes ni idea de lo genial que será el lugar al que vas a llegar no tiene sentido esforzarse. En tu cabeza tienes que tener una imagen por la que vale la pena luchar y no rendirse. Quítate ese cartel delante de la cara cuando andas para que veas lo que te espera al final del camino y darte cuenta que realmente merece la pena todo ese esfuerzo.

3. Divide el camino largo en pequeñas etapas: cuando tu reto es muy grande o tu problema es muy gordo divídelo en muchas partes pequeñas. Para Javier Echaleku esto significo ir pagando uno a uno las personas a las que debía dinero. Con cada sobre de dinero que entregaba había superado una etapa y avanzado un paso. Los estudios en la universidad no se finalizan con un examen. Se dividen en muchas partes pequeñas porque si únicamente ves la montaña de libros y páginas que vas a leer pierdes la fe que algún día acabarás con un diploma.


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