Nuestro país, La República Oriental Del Uruguay, cumple en
el día de hoy, un nuevo aniversario.
Al irme enterando de los cálidos mensajes recibidos por parte
de mis nuevos amigos, me refiero a mis
colegas literatos, compatriotas en esta nueva nación virtual que todos
conformamos en el aporte de nuestra riqueza expresiva, un vínculo de unión y
solidaridad que se nutre y crece en la tierra fértil de nuestra diversidad de
pensamiento creativo.
Valiosos comentarios se han vertido con motivo de este
evento, nuestra fiesta patria, opiniones
diversas que me han incentivado a
reflexionar sobre su contenido.
Es posible, que este día, tal cual ha sido mencionado,
quizás no sea el más indicado para definirnos como nación libre e
independiente, que quizás, o tal vez,
sin quizás, nuestro advenimiento como nación al mundo, podría haber sido, sin
duda alguna, en otra fecha y en otras circunstancias.
Me pregunto: ¿todos los nacimientos de quienes venimos a
este mundo, lo hacemos en el momento ideal para acontecer? ¿Nacemos en las
condiciones programadas por los llamados “padres de la patria? ¿No será?, que
nuestra madre patria latinoamericana, en la mocedad de sus orígenes, como suele acontecer en la mocedad de nuestras propias vidas,
atraída por el encanto del conquistador y
seducida por los acontecimientos, hayan sido éstos, genuinamente elaborados, o el fruto de la pasión libertaria que cual
volcán en erupción no sabe de tiempos ni oportunidad para acontecer, nos ha ido gestando en su vientre generoso y
nos fue pariendo en las formas y circunstancias que hoy, pasado el tiempo
recordamos y festejamos.
Soy el mayor de diecinueve hermanos, cuando nos encontramos
en familia y observamos los cambios que el transcurso del tiempo ha ido provocando
en nuestros rostros, nos sorprendemos por el parecido asombroso, que hemos ido
adquiriendo, con quienes han sido nuestros ancestros, lo mismo acontece con
nuestros hijos, nietos y sobrinos, tengo una nieta cuyos ojos plenos de vivacidad, nos recuerdan
el origen de nuestras razas, el crisol de identidades que se han fusionado ,
para darnos lo que hoy somos, ella, mi nieta, tiene los rasgos inconfundibles
de su bisabuela, Cándida Acosta, una india guaraní de Misiones, Entre Ríos,
Argentina, el país Vasco de mis abuelos, Las Islas Canarias, origen del esposo
de Cándida, están en nosotros, como seguramente lo estarán en sus historias personales, los ancestros de
todos mis hermanos latinoamericanos.
De manera que decimos ¡feliz cumpleaños! Nuestros documentos de identidad, tienen
nombre y apellido, fecha de nacimiento, nacionalidad, etc. esto nos identifica
como individuos, es sin duda un dato valioso, un punto de referencia, nuestras patrias son jóvenes aún, muchas
cosas han ocurrido y otras tantas ocurrirán, festejemos en la confianza de
mejores tiempos, de consolidar el derecho de todos y cada uno, pero recordemos
que lo que vendrá, lo que anhelemos que acontezca, nos compromete a todos, en
el aquí y en el ahora, sin exclusiones.
Hugo W Arostegui