lunes, 30 de octubre de 2017

Persistir En La Lectura


¿Qué significa hoy leer? ¿Cómo son hoy los aprendizajes? Los nuevos soportes y dispositivos lectores hacen necesaria la redefinición de ambos términos, y una de las funciones más importantes de la lectura sigue siendo su condición de herramienta esencial para el aprendizaje.

Con este punto de partida la ILE (Institución Libre de Enseñanza) ha organizado tres jornadas durante el mes de diciembre en Madrid, Logroño y León para las que se ha pedido la participación de nuestro programa LEERES del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Todas tienen una estructura similar, a pesar de ciertas variaciones: combinan talleres a puerta cerrada para profesores y asesores de formación con una mesa redonda, abierta al público, que los responsables de los talleres comparten con otros expertos.

¿Qué hacer desde las instituciones? Merece la pena repasar documentos como el Marco teórico de la lectura de PISA 2009, el informe de un grupo de expertos por encargo de la UE, o las Conclusiones del Consejo sobre alfabetizaciones múltiples de diciembre de 2012.

Desgraciadamente los factores socioeconómicos de la familia, la formación de las madres o el número de libros en casa son aún decisivos para los resultados de PISA en España pero estas circunstancias –cuando son adversas- consiguen minimizarse si desde la escuela se trabaja para hacer lectores “comprometidos” con la lectura, que hagan suyo el texto. 

Como ocurre con la formación de las rocas, uno puede llegar a ser buen lector por sedimentación o por implosión. Para acelerar el proceso hay que explorar dos vías muy distintas pero complementarias: si se interviene utilizando estrategias lectoras de orden metacognitivo que ayuden a aprehender el texto o si este se relaciona con la oralidad, con las emociones con lo performativo (lectura en voz alta, social, entre iguales, dramatizaciones, etc.) Podemos preparar al alumnado insistiendo en el valor propedéutico o terapéutico de la lectura. En ambos casos les ayudaremos a hacerse con el texto, a avanzar como lectores.

Todas estas posibilidades  han estado presentes en  las distintas intervenciones de Madrid y Logroño:
Rachel Whitaker, de la UAM, mostró un Plan de Formación del Profesorado Reading to Learn que ha sido objeto de un reciente Proyecto Comenius de cooperación entre distintos países europeos y que intenta, precisamente, acelerar el progreso lector en entornos poco favorecidos o con dificultades lingüísticas.

José Antonio Millán demostró que la lectura es hoy día un fenómeno multimodal y que la búsqueda y selección de información es parte fundamental del aprendizaje. En la Residencia de Estudiantes impartió dos talleres, el primero sobre cómo aprovechar las herramientas, cada vez más sofisticadas, que permiten buscar dentro de los textos, utilizando para ello la aplicación Web Revistas de la Edad de Plata y el segundo sobre cómo leer el lenguaje icónico, la señalética.

En Madrid Ana Gurruchaga, que fue directora del colegio ESTUDIO, tan vinculado al proyecto de Giner de los Ríos, nos habló de la importancia de la lectura en su centro, hasta el punto de que la vida escolar gira en torno a las cuatro bibliotecas que acompañan cada una de las etapas.

En Logroño, en el CEIP Cervantes de Fuenmayor (Rioja), también han hecho de la lectura el eje de las actividades del centro. Carmen del Poyo, su directora, contó cómo la incorporación de las familias como agentes dinamizadores de las actividades lectoras en infantil y primaria ha cambiado la vida de su centro.

Poco a poco o a grandes bocados, educar es ayudar a crear lectores. No hay más.


domingo, 29 de octubre de 2017

Legal, Ilegal, Nos Quiere O No Nos Quiere


Podemos posicionarnos en un bando o en otro, somos libres para decidir de qué lado queremos estar.

La verdad es que sólo buscamos un bienestar, el cuál no vamos a conseguir agrediéndonos entre nosotros, sólo así conseguimos dar el gusto a los políticos que nos gobiernan de un sitio y de otro, y es que son todos los mismos perros con distinto collar.

Si nos paramos a mirar y observar, mientras nos sacamos los ojos los unos a los otros, ellos se llenan los bolsillos a costa de nosotros.

Para ninguno de ellos existe la independencia.

Para ninguno de ellos existe España.

Para ellos sólo existe poder manejarnos como títeres sembrando la discordia para desviar las miradas hacia otro lado.

Luchemos sí,  Pero por nuestros intereses.

¿A alguno de ellos les preocupa que hayan 3.335.000 parados y que de estos 2.150.000 no cobren nada?

¿A alguno de ellos les preocupa que tengamos un techo donde vivir?
¿A alguno de ellos les preocupa que tengamos o no para comer?
¿A alguno de ellos le preocupa que nuestros hijos no puedan estudiar por falta de recursos o por los recortes sufridos en educación?
¿A alguno de ellos les importa nuestras vidas, nuestro bienestar o en qué situación estamos?

La pura y dura realidad es que sólo quieren vendernos la moto.

Sólo luchan y seguirán luchando por seguir en el poder de sus intereses propios.

El problema no es Cataluña y su independencia.

El problema no es España.

El problema es la clase Política que nos gobierna tirando la piedra y escondiendo la mano.

La solución ante el conflicto es separarnos sí, pero de ellos.

No les demos el gusto de autoclasificarnos porque no lo merecemos. Ya tenemos bastante con la precaria situación en la que se encuentra nuestro país gracias a ellos, como para encima estar en el medio de una guerra de bandos.


Que mientras nosotros estamos al frente de esta guerra, ellos están sentados en el palco frotándose las manos, comiendo palomitas y llenando sus bolsillos.

La Vida Que Vivimos


 Mi vida dista mucho de ser perfecta, y sé muy bien que jamás lo será, pero he aprendido a disfrutar las pequeñas cosas….desde un vaso de agua fría cuando más lo deseo, hasta una puesta de sol que tenga el honor de observar.
En este momento de mi vida emociono con detalles que a otras personas les parecería insignificantes, y celebro cada minuto de mi existencia, agradecida de vivir, porque como siempre digo, hay muchos que no tienen ese privilegio, no solamente a los que parten de este mundo, sino a los que aún están aquí, pero no se dan cuenta.

Y es que cada minuto cuenta, y el tiempo no regresa.  Y muchos aún no entendemos para qué estamos acá.  La vida no es fácil, hay problemas, pesares, dificultades, presiones, pero está en nosotros reconocer que nada de lo anterior es perenne y que todo tiene una caducidad.  Entonces, de qué sirve lamentarse, llorar, culpar?  De nada, la vida continúa pasando y vamos perdiendo ese tiempo precioso que no regresa.

Los tiempos malos llegan solos, y cuando llegan parece como si se detuviera el tiempo y se convierten en una eternidad.  Pero eso también pasa.

Simplemente vive.  Levántate cada día con la mejor actitud, da gracias a Dios por la oportunidad de abrir los ojos, por todo lo que te ha dado y te dará, presenta tu día a Él y entrégale todo lo que has de emprender. Luego salta de la cama con tu mejor sonrisa y decide amar a todos, especialmente a aquellos que menos lo merecen.

Siempre digo que es nuestra decisión ser feliz, y no porque lo leí por ahí, sino porque lo vivo cada día.  Abro mi corazón a Dios y le invito a quedarse en él, y con El, llega la paz, la templanza, la paciencia y  la tolerancia hacia los demás.  

También llega el agradecimiento por todo lo que me llega, por lo bueno, por lo malo y por lo espectacular.


Seamos agradecidos, cada momento cuenta!

sábado, 28 de octubre de 2017

ILUSIÓN



Este afecto tiene dos acepciones muy distintas:

• Sentimiento de alegría y satisfacción que produce la realización o la esperanza de conseguir algo que se desea intensamente.

• Esperanza, con o sin fundamento real, de lograr o de que suceda algo que se anhela o se persigue y cuya consecución parece especialmente atractiva

En el primer caso se trata de un Afecto-Energía que nos lleva a la Automotivación. La ilusión como fuente de energía emocional renovable, sostenible y ecológica. Hablamos de la ilusión que nos ilumina, que nos conecta con la esperanza, que nos mueve a la acción creadora. La ilusión de que algo puede llegar a ser nos mueve a hacer planes para lograr nuestros objetivos. Nos abre a lo que nos rodea y pone a nuestros sentidos atentos y en alerta para detectar todo aquello que puede transportarnos a lo que deseamos, esperamos, queremos. Cuando nos ilusionamos nos salen chispitas de los ojos y nuestro cuerpo no puede estarse quieto. Nuestros maestros en la ilusión son nuestros niños. Ellos mantienen su llama y son capaces de contagiarnos una ilusión cargada de alegría.

En el segundo caso – sobre todo si no se basa en un fundamento real — nos encontraríamos con una ilusión como engaño de la mente, que supone esperar algo sin hacer nada para ocurra. Autoengaño. 

Consensuar el significado sobre de qué hablamos cuando decimos “ilusión” es clave.

Y cómo soportaría yo ser un hombre si el hombre no fuese también poeta y adivinador de enigmas y redentor del azar? – planteaba Nietzsche.

Lo que nos asombra nos llena de ilusión.

Es importante cuidar nuestras ilusiones porque si desaparecen, aunque sigamos existiendo, habremos dejado de vivir.

Mercè Conangla y Jaume Soler



Procrastinación


¿Te has oído a ti mismo alguna vez poner excusas como “esto no es importante” o “yo es que trabajo mejor bajo presión” para no hacer algo? Entonces, lo más probable es que sufras lo que los psicólogos llaman procrastinación o, hablando en cristiano, falta de voluntad

Nos referimos a personas que siguen un modus operandi perjudicial en su vida. Esos que se motivan mucho y, de repente, sienten que quieren hacer cosas nuevas y se proponen nuevos retos pero, al final, nunca los empiezan o suelen dejarlos a medias.

Por si fuera poco, justifican y ocultan su falta de voluntad en excusas como las que hemos dicho antes para evitar el sentimiento de culpa. Os alegrará saber que existe una explicación psicológica para este comportamiento, así como un tratamiento. No llegar nunca a terminar lo que te propongas no tiene por qué ser tú sino eterno, puedes luchar contra ello y te vamos a explicar cómo hacerlo.

¿Qué motivos llevan a alguien a sufrir procrastinación o falta de voluntad?

Según la especialista en psicología clínica del Instituto Barcelona de Psicología, Gemma Figueras, uno de los motivos por el que las personas desarrollan este comportamiento reside en la educación que se ha recibido en casa. “El tipo de conducta que inculcan en sus hijos los padres autoritarios y controladores impide que los niños desarrollen la capacidad de autorregularse, de internalizar sus propias intenciones y de aprender a actuar en consecuencia”, explica Figueras.

Por otra parte, la psicóloga Natalia Pomar nos cuenta que la frustración es una gran fuente de aprendizaje y también es importante empezar en la infancia: “si de pequeños no nos han enseñado a frustrarnos de vez en cuando, a perseguir metas con obstáculos y, lo más importante, a aprender de esos obstáculos, lo vamos a tener más complicado a la hora de sacar la fuerza de voluntad”.

La  procrastinación
 es un mecanismo de defensa que se desarrolla a partir de vivencias como estas. Lo que provoca es que actuemos con resentimiento y rebelión ante lo que suena imperativo, es decir, cosas del tipo “tengo que”. La mente se convence de que algo es difícil o complicado de realizar, incluso doloroso y, en consecuencia, busca excusas para no hacerlo a pesar de que el deseo de realizarlo sea muy potente. El problema más importante de este comportamiento es la imagen o percepción que se transmite a los demás.


Ya sea en el trabajo, en familia o en una relación sentimental o de amistad, es usual que no se confíe plenamente en una persona con falta de voluntad, porque se cree que no se va a comprometer y que puede dejarnos tirados en cualquier momento

Por otra parte, es un comportamiento que acaba dañando emocionalmente a la persona que lo sufre, ya que el círculo vicioso de proponerse algo y no conseguirlo termina por atacar la autoestima de la persona. “La falta de voluntad provoca en quienes la padecen frustración, angustia o incluso ansiedad”, asegura la psicóloga Figueras.

Tu Fuerza Interior


“Tener fuerza interior puede ayudarnos a salir airosos de cualquier situación desfavorable o puede, sencillamente, ayudarnos a evolucionar y seguir creciendo. También nos puede servir para saber cómo actuar ante los obstáculos que van surgiendo en nuestro andar por la vida

Entonces, es necesario reforzar ese poder interior que todos tenemos y que en algunos casos se halla “dormido”.

Si ante el fracaso te levantas una y otra vez, si tienes la capacidad de trabajar duro para conseguir tus metas, si nada ni nadie te detiene hasta obtener lo que deseas. Entonces, ¡enhorabuena! Tu fuerza interior es realmente poderosa.

“El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.”
-Jorge Bucay-

La clave está en no desistir, en nunca “plantar bandera blanca” ni darnos por vencidos, aun cuando la tormenta haya creado tantas olas y estemos muy lejos del puerto más cercano. No se trata de una simple metáfora, sino de la vida misma, que a veces pareciera alejarnos de nuestras metas aunque sostengamos fuertemente el timón o icemos las velas.

¿Qué diferencia a las personas con una gran fuerza interior?

En primer lugar, ellas tienen el control de lo que les ocurre, o al menos, actúan como si lo tuvieran. Algunos pueden decir que han sido bendecidos, otros que tienen buena suerte y otros que son empujados por una estrella, pero todos miran al futuro con esperanza.

Además, tienen esperanza porque saben que se van a equivocar pero también que van a aprender. Saben que no todo va a ser fácil, pero no encuentran una razón lo suficientemente poderosa que les diga que no van a poder.

En segundo lugar, las personas con una gran fuerza interior saben que hay cosas en las que no pueden influir ni cambiar, por lo tanto, no gastan sus energías en ellas. Por el contrario, se enfocan en aquello que está en sus manos y trabajan incansablemente para poder llevar a cabo lo que desean.

Si quieres mejorar tu fuerza interior deberás ver el pasado como una fuente de información a la cual puedes acceder cuando lo necesites. ¡Pero atención! Existen otras bases de datos para nutrirnos. 

Muchas personas viven atadas a su pasado y no es bueno. Todo lo que les ha ocurrido se convierte en un fardo o en una mochila pesada que no permite avanzar un solo paso. Los que realmente tienen una fuerza interior considerable saben que las vivencias del ayer son valiosas, pero que no hay que encadenarse a ellas.

Y por último, los que pueden sentirse orgullosos de su fuerza interior no quieren impresionar a nadie más que a ellos mismos. No actúan para demostrar a los demás lo que son capaces de hacer, sino que son felices por su propios logros.


La motivación es algo que no pierden ni por un instante y estas personas la alimentan celebrando sus logros; no para presumir sino para disfrutar de lo que han conseguido. 

Esto no quiere decir que no puedan comunicar lo que consiguen, sino que saben cuándo, cómo y a quiénes contar sus buenas noticias.

Cuando Decimos Lo Que Decimos



Complejidad de la comunicación humana.

Cada vez que  intercambian significados dos interlocutores, intercambian lo que dicen y lo que muestran en la comunicación no verbal, y lo que dicen está fundamentado por lo que piensan y sienten, coloreado por lo que opinan de si mismos, del otro y del tema que les ocupa.

Este entramado puede llevar a los malentendidos, sí

Y también hacer de cada encuentro un rico crisol de entendimientos:

Si tengo en claro lo que pienso y siento, y eso me sirve para elaborar un mensaje claro.

Si lo que pienso del tema hace que me comprometa en desarrollarlo ampliamente o en desestimarlo si no vale la pena, no es oportuno o necesario.

Si mi opinión del otro ayuda a considerarlo un interlocutor válido, escucharlo desde el compromiso y la apertura.

Sólo hace falta comunicarse.

Con claridad, honestidad y compromiso. Sin juzgar, intentar cambiar al otro. Aceptando, validando. Eligiendo qué decir y cómo decirlo. Preguntando para entender. Disfrutando el encuentro. 

Multiplicando las posibilidades de entenderse.

Genio Y Figura

Filosofía
Genio Y Figura
En griego antiguo se designaba la divinidad unas veces como theós (ϑεός) y otras como dáimon (δαίμων). Un concepto no excluye al otro: los dioses olímpicos se pueden llamar también dáimones (δαίμονες), y los seres negativos y demoníacos se pueden denominar también theoí (ϑεοί). Lo característico del dáimon es su forma de actuar anónima e imprevista; poco a poco va tomando la forma de una instancia que determina la suerte de las personas, una especie de hado.

Fue Hesíodo el primero que dejó de identificar los dáimones (δαίμονες) con los dioses y dio una interpretación genérica del dáimon (δαίμων): las almas de los muertos actúan en el mundo como seres benéficos y guardianes de los hombres.

Se desarrolló así la idea de los demonios que acompañan a los hombres en el transcurso vital desde el nacimiento como personificación del destino, de la móira (Μοίρα), interviniendo unas veces de forma positiva y otra de forma negativa.

El que es feliz tiene un eudáimon (un demonio bueno) y el desgraciado, un kakodaímon o dysdáimon (un demonio malo). Más tarde, el cristianismo “angeliza” a los demonios buenos y “demoniza” a los malos. 

La función de mediadores la conservan ahora solamente los ángeles, todo lo negativo va a cargo de los demonios, que ahora son solamente seres malignos. Este dualismo lo aplicará más tarde la etnología y fenomenología de la religión para hablar de los dioses y divinidades de las culturas primitivas.

En Roma aparecen los demonios, en el sentido griego de dáimon (δαίμων), dáimones (δαίμονες), en forma de genios. El geniuslatino significa ‘espíritu protector / genio tutelar’ y es un sustantivo derivado del verbo latino gignere (genere) ‘engendrar, generar, dar a luz, producir’. 

El antiguo genius romano era, como personificación de la potencia generadora, el espíritu tutelar del hombre. Comienza su labor con el nacimiento de cada hombre, le acompaña en todo el transcurso de su vida e incluso más allá de la muerte. En la baja latinidad, el genius fue tomando el significado de ‘espíritu o genio creador, talento natural’, de ahí luego genio y genialidad.

Platón usa también el adjetivo, a veces sustantivado, daimónion (δαιμόνιον). Ambos suelen traducirse al español con el mismo vocablo ‘demonio’. Lo dáimones griegos habían sido concebidos antes de Sócrates como divinidades, pero en la época de Sócrates ya designan algo así como ‘superhombres’, seres hijos de los dioses, pero sin pertenecer a la esfera de las divinidades.

En el Banquete de Platón, el Amor es pintado como un gran dáimon, intermediario entre lo mortal y lo inmortal. En la Apología de Sócrates, se refiere Platón al daimónion de Sócrates, cuando éste explica por qué no se ha ocupado de los asuntos de la ciudad e indica que el motivo de ello reside en que a veces emerge de él algo divino, theión (θειόν) y demoníaco, daimónion (δαιμόνιον) que desde su infancia una voz se hacía oír a veces en su interior para empujarlo a no hacer lo que había estado a punto de hacer.  Se puede interpretar esta voz de que habla Sócrates como la expresión de la vocación intransferible de cada hombre. La voz del daimónion de Sócrates es señala lo que no hay que hacer, es un imperativo negativo, una prohibición.

En los textos neopitagóricos y neoplatónicos, los dáimones son concebidos como intermediarios, algunas veces como divinidades inferiores (genios buenos o malos), otras veces como personalidades divinas a las que los hombres están ligados de tal forma que cada uno tiene su propio dáimon o genio.


viernes, 27 de octubre de 2017

El Cultivo De La Amistad


Una persona amistosa y sociable es capaz de establecer relaciones con los demás caracterizadas por la libertad, la creatividad, la comprensión y la comunicación profunda de lo que nos parece más importante.

El valor de la amistad nos dispone a ser amables y afectuosos con los otros y a tener interés por ellos renunciando a la hostilidad y el egoísmo. Esa disposición debe existir dentro y fuera del grupo del que formamos parte e impulsarnos a establecer vínculos incluso con quienes nos parecen extraños, diferentes y ajenos.

Se trata de hacer de nuestro corazón una “casa abierta” para todos y sentirnos, en general, amigos de las personas con la voluntad de acercarnos a ellas, conocerlas y entenderlas sin resistirnos, siempre y cuando no existan razones para hacerlo. La única razón para evitarlo es descubrir que la cercanía o la compañía de alguien puede ser destructiva o perjudicial; pero de allí en fuera ¡todos son bienvenidos en nuestra casa! ¿Qué haces para cultivar una planta? La siembras, la pones al sol, le quitas las hojas secas.

Algo semejante ocurre con la amistad. Una vez que existe tienes que darle cuidados: guarda para ti las cosas que te cuentan tus amigos, diles siempre la verdad, dales las gracias cuando te ayudan y ayúdalos cuando lo necesiten. Es muy importante corresponder a lo que ellos hacen por ti.


En muchas situaciones, como una competencia, la amistad se pone a prueba. Procura mantenerla más allá de ellas. Los principales riesgos que pueden “marchitar” una amistad son el egoísmo (pensar demasiado en ti sin fijarte en los demás) y el orgullo, que te impide ver las cualidades de los otros. 

El extremo contrario de la amistad es la enemistad, cuando dos personas buscan la manera de hacerse daño. Ésta sólo trae consigo soledad y tristeza.

Depredadores Sociales



Si usted es o cree que podría ser víctima de los depredadores sociales es recomendable que conozca las características y las formas de enfrentarlos. Este artículo tiene ese interés, apoyarlo en no caer en las garras de esos personajes, y si ya lo está, darle pautas para liberarse de ellos. 
Algunos que están viviendo esta experiencia se preguntarán: ¿Cómo una persona puede dedicar tanto tiempo, tantas energías y tantos recursos para dañar a otras personas? Este tipo de persona hacen de sus seres queridos las principales víctimas y, al mismo tiempo, los culpables de su malestar. Por lo general, son personas que provienen de familias disfuncionales, con ausencia afectiva o abandono durante la niñez, la falta de afecto la remplazan con el resentimiento, por lo cual crecen con la mentalidad de destruir y no de construir: de aplastar al otro, en un juego de suma cero, en la que sólo admiten un vencedor: ellos. Con esta gente no existe el ganar-ganar. Es una correlación inversamente proporcional. No existe el punto medio. La otra persona es o existe, en la medida que logra ser asimilada por el depredador, es decir, “eliminada” en su voluntad.
La razón y la verdad están de un solo lado, y la mentira y la culpa, del otro lado, aquí no hay dos para bailar un tango. Si yo te hago algo es porque vos me provocaste, es un victimario que trata de fingir ser la víctima para legitimar la agresión, no asumiendo las responsabilidades de sus actos. Es lo que yo llamo depredadores sociales, gente que sabe escoger a su presa para agredirla cuando le plazca, porque haciendo eso encuentran satisfacción y un escape a su estado de frustración. Por lo general, estas personas son bien selectivas, estudian a su blanco, cuando lo tienen ubicado, se presentan ante él o ella como muy encantadores, pero no tardan mucho en dar el zarpazo y en desenmascararse. Se caracterizan, en general, por ser vividores: es una relación de los givers (los que dan) y los takers (los que reciben). 
Son tan hábiles que no escogen a personas iguales a ellos, por el contrario, buscan a aquellos que tienen principios y tiempo para dedicarlo a los demás, y es ahí donde los desangran, se aprovechan de la bondad del otro. Por ello, buscan a personas buenas, quienes muestran las cartas en la mesa, y, que a diferencia de ellos, no las esconden, esto les da cierta ventaja para lograr su cometido. Pues ellos se las ingenian para poner las reglas del juego que quieren hacerlo a uno jugar, o dicho también de otra manera, son habilidosos para hacer trampas, tratando de generar en el otro un estado de ansiedad. 
Este tipo de relación es desgastante, no se sabe cuál es la próxima movida, cuál es el flanco donde atacará en la siguiente ocasión, en qué escenario y con qué fin. Los ataques pueden ser físicos en dependencia de qué tan débil es la presa, pero también psicológicos. No escatiman el tipo de recursos debido a que no tienen escrúpulos. Su deseo de control es tal que ensayan diferentes tipos de estrategias: unas veces veladas otras encubiertas, pero siempre con un mismo fin: acechar para debilitar al otro hasta destruirlo si es necesario, el medio no importa y la forma tampoco: puede por la vía física, jurídica, económica, psicológica: a través de los hijos: sí, a ellos no les importa que los hijos sufran lesiones psicológicas, ¿pero qué saben ellos de ser padres si no los tuvieron o no tienen referencia de ser hijos? 
Siempre están maquinando, ocultando algo, y no fácilmente develan lo que están pensando. Son personas que todo lo calculan, es una relación de causa efecto: si hago esto, el resultado será éste. Buscan cómo obtener beneficio sea éste de reconocimiento, económico o afectivo. Ellos salen llenos, los otros quedan vacíos. También saben jugar a la comedia, ser buenos actores: a través de la manipulación y la mentira, de la creación de tramas e intrigas, de la desinformación o las medias verdades, son especialistas en manipulación y chantaje. Tienen una alta capacidad para dividir, porque es la forma en que logran reinar. Tienen un gran ego, son unos grandes narcisistas, les encanta que todo se lo celebren y todo gira en función de ellos, son pragmáticos, se deshacen rápidamente de lo que les estorba o ya no necesitan. Pero ante los demás se vuelven los indispensables. También tienen la capacidad de ser fieles mientras son subordinados, en ese momento no enseñan su dentadura, son incondicionales y saben ganarse la confianza del jefe. Su propósito es subir hasta el peldaño más alto, por ello son como las serpientes, se arrastran ante su jefe, pero muerden al que tienen a su alrededor. 
Por lo general, esta gente desprecia a los demás, pero también se desprecian a ellos mismos, son unos grandes acomplejados, pretenden dar una imagen de lo que no son, siempre están viendo lo que tiene el prójimo más cerca para aprovecharse de ellos. Son maniáticos depresivos, poco estables emocionalmente, adictos a algo. Ellos tienen un sentido autodestructivo, por ello generan tanta energía negativa en su entorno que terminan destruyendo a los demás y a sí mismos. En verdad, son personas en las que uno no se puede confiar y a las que se les deben neutralizar.
Algunos se preguntarán: ¿cómo enfrentar a estos depredadores sociales? 
Hay tres formas, entre otras, que se puede ensayar: No mostrarles miedo, desenmascararlos públicamente y hacerles sentir que sus acciones se les revertirán, pero lo más importante es cortar el círculo. Quien interactúa y establece lazos emocionales con este tipo de persona es porque algo no le está funcionando bien, por lo cual es bueno echar una mirada introspectiva y tomar decisiones. 
Hay que estar prestos a las señales: su manera de actuar es progresiva, van punteando, como lo pueden hacer los boxeadores para medir la distancia y luego dimensionar la contundencia de los golpes, para ello se aseguran que la respuesta sea débil, de lo contrario no fintean. Una vez tomadas las medidas comienzan a atacar con más fuerza, si no tienen resistencia siguen adelante hasta triturar el blanco. Si la respuesta es inmediata contra ellos detienen la cacería. 
Es importante estar prevenido ante este tipo de personas, hacerles saber que uno sabe el juego que quieren desarrollar. No dejarlos que tomen la iniciativa o el control de los acontecimientos, su máscara entre otros es la de asumir el rol de protector, porque “todo lo saben”, para ello suelen esconder información y negociar a varios bandos, y con ese cuento van aislándolo a uno hasta volverlo vulnerable e indefenso ante ellos. Generan una relación de codependencia, basada fundamentalmente en ir disminuyendo la autoestima del otro, hasta que el blanco pierde la confianza en sí mismo y lo inmovilizan. Lo que ellos achacan a los otros de forma despectiva, es lo que piensan de ellos mismos, o es lo que quieren hacerle al otro.
Parten de la mentalidad de que ellos son los fuertes, los otros son los débiles. Ellos son los decididos, los otros los cobardes. Ellos son los que piensan y tienen las soluciones, los otros son los no pensantes y temerosos. Ellos retan, pero también pueden aceptar los desafíos, sobre todo cuando pueden mostrar de lo que son capaces y salirse con la suya. Pero siempre tratan de lograr una relación desigual a su favor y en detrimento del otro. En este sentido, hay que romper las reglas de su juego, y hacerles sentir que uno puede contragolpearlos con la misma intensidad que ellos lo hacen, esto los frena, sobre todo cuando saben que pueden entrar en un terreno en donde el otro muestra tener más poder, ahí sale su verdadera naturaleza de cobarde y buscan la retirada hasta encontrar la siguiente presa.
Hay quienes dicen que dándoles mucho amor cambian, es posible que algunos lo logren, pero siempre constituye un gran riesgo de consumirse en el intento, a veces es bueno pensar en otras medidas para que asuman las consecuencias de sus actos. Es bueno hacer mención que los depredadores sociales pueden ser hombres o mujeres, por lo general son más los hombres, están en todas las esferas de la vida social, y abundan en el escenario de la política y entre los políticos: sólo basta observar su comportamiento.

La Opinión Ajena


Es indudable que las actitudes personales definen nuestra vida. A su vez, el mundo nos está influenciando constantemente para que tomemos diferentes caminos que convenientes, o no tanto, y la gente que nos rodea es la que tiene mayores posibilidades de ejercer una influencia directa en nuestras acciones. ¿Cómo puedes medir el nivel de influencia de los demás en ti?

Si bien es importante conocer la opinión de ciertas personas porque todos podemos enriquecernos mutuamente, que te preocupe demasiado lo que piensan los demás puede ser contraproducente para tu vida diaria. 

Un signo típico que demuestra lo mucho que te importa la opinión de los demás es complacer a todo el mundo para agradarle. Sin duda, esta es una fórmula para el fracaso…

Anteponer los deseos de otras personas a los tuyos los termina beneficiando solo a ellos. No temas a provocar discordia con tus amigos. Sorprendentemente, a la gente le gusta que otras personas tengan carácter y personalidad. Si siempre te adaptas a los deseos de otros, nunca vas a conocer los propios y, probablemente, alejes más gente de la que atraigas.

Aprovechar cualquier oportunidad para alardear de todas las cosas que has realizado y hacer sentir a los otros menos importantes es signo inequívoco de que te interesa que los demás sepan quién eres. Es posible que, efectivamente, logres impresionarlos, pero no necesariamente de una forma positiva.

La retroalimentación es buena si la tomas como una opinión y no un juicio final. 

Cuando las personas opinan acerca de ti, escúchalos y reflexiona sobre los comentarios, si esto te sirve para mejorar en algún aspecto, pero no es necesario que te tomes tan en serio esas opiniones, al punto que lleguen a afectar tu carácter y modificar lo que realmente eres.

Si la actitud de los demás ejerce un peso demasiado grande sobre ti, significa que tienes una personalidad muy débil e influenciable. Presta atención a este punto, pues algunas personas pueden llegar a manipularte para que reacciones como ellos quieren.

La gente que no sabe decir “no” a las demás personas también suelen ser aquellas a quienes les importa mucho lo que otros digan. Aprender a negarte de vez en cuando es fundamental, ayuda a que tengas firmeza en tus ideas y decisiones y también evita que la gente intente abusar de ti.


Este último punto es el más importante, ya que este comportamiento puede afectar todas las decisiones importantes que hagas en tu vida. Tus amigos y familiares cercanos son las personas que más influencia van a tener en ti y una buena parte de esa influencia no necesariamente siempre será lo mejor…

Si tus padres, amigos o quienes fueren, fijan una expectativa para ti y no concuerda con lo que tú deseas, considera ignorar – respetuosamente – sus sugerencias. Aunque siempre estamos influenciados por alguien, procura que aquellos que te inspiran vayan en la misma línea que tú te planteas.

Por lo general, los mejores mentores están fuera de nuestro círculo social cercano y te darán una opinión de tus metas con mayor imparcialidad.

Procura desarrollar tu personalidad y proyectarla con respeto sobre los demás. Cuando hables con otras personas interésate en ellas y en sus opiniones, pero ten en cuenta que no son más que eso: opiniones.

Para agradar a las personas no necesitas alardear, simplemente ser sincero, con buen sentido del humor y con un carácter que proyecte seguridad y confianza.



Solos En La Multitud


La soledad es un sello de la época: la sufren los que no encuentran con quién hablar las cosas importantes, que a veces son las que parecen las más mínimas y banales.

Tan rodeados de gente y tan solos. Tanta hiperconexión y tanto aislamiento. Tanto ruido y tanto silencio. La soledad es un sello de la época: la sufren los que no encuentran con quién hablar las cosas importantes, que a veces son las que parecen las más mínimas y banales. La adolescencia y la juventud son etapas de la vida donde lo social es un aspecto esencial.

Los grupos y las relaciones interpersonales condicionan las subjetividades y funcionan como tablas de salvación en el naufragio que puede resultar del viaje por ese océano de dudas, inseguridades, amarguras eufóricas, festejos depresivos y contradicciones emotivas por el estilo.

Pero las noticias cada vez más frecuentemente hablan de adolescentes y jóvenes que deciden poner fin a sus vidas. No funcionan para ellos y ellas los vínculos sociales: ni la escuela ni el barrio ni el club ni el grupo de amigos. Sino todo lo contrario: esos entornos son más de una vez los que los empujan al abismo.

Las estadísticas demuestran que el suicidio adolescente es una problemática en aumento a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800.000 personas se suicidan cada año.

En 2015 esta fue la segunda causa principal de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo. Hay múltiples razones que pueden llevar a tomar esta trágica determinación. Además de los trastornos mentales y las adicciones, la OMS cita que muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones y las enfermedades.

Violencias, abusos, hostigamientos son otros desencadenantes. Asimismo, las tasas de suicidio son elevadas entre los grupos vulnerables objeto de discriminación, como los migrantes, los reclusos y las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales.

La OMS también dice que mantener el tema bajo un manto de silencio no hace más que estigmatizar a quienes atraviesan momentos delicados y los disuade de buscar ayuda. Con esa premisa, el director de Salud Mental de Entre Ríos, Carlos Berbara, habló recientemente sobre el tema en una entrevista para el canal web UNO TV y recomendó a los padres compartir tiempo con sus hijos, en cantidad y en calidad, y estar atentos a sus preocupaciones cotidianas. 

Para quien se ve al borde del precipicio, es reconfortante saber que otras personas pasaron por momentos similares y pudieron sobrellevarlos y hasta ser felices.

En un mundo de hipercomunicación estamos cada vez más solos. El oído atento es casi una rareza en medio de tanto ruido.



Enajenados Por La Vida


La salud mental y la supervivencia de la civilización exigen que renazca el espíritu de la Ilustración, un espíritu inflexiblemente crítico y realista, pero liberado de sus prejuicios excesivamente optimistas y racionalistas, y que a la vez se reaviven los valores humanistas, no proclamados, sino practicados en la vida personal y en la vida social. 

Creo que el individuo no puede entablar estrecha relación con su humanidad en tanto no se disponga a transcender su sociedad y a reconocer de qué modo ésta fomenta o estorba sus potencialidades humanas. 

Si le resultan «naturales» las prohibiciones, las restricciones y la adulteración de los valores, es señal de que no tiene un conocimiento verdadero de la naturaleza humana. Creo posible la realización de un mundo en que el hombre pueda “ser” mucho aunque “tenga” poco. ”

Ahora quisiera entrar un poco más detalladamente en lo que, a mi parecer, es lo decisivo de este «malestar », de esta «enfermedad del siglo». Lo esencial de la enfermedad que padece el hombre moderno es la enajenación. Después de haberse olvidado durante decenios, el concepto de la enajenación ha recobrado popularidad últimamente. Hegel y Marx lo emplearon, y con razón, podrá decirse que la filosofía del existencialismo es en el fondo una rebelión contra la creciente enajenación del hombre en la sociedad moderna.

¿Qué es propiamente la enajenación? Dentro de nuestra tradición occidental, lo que significa la enajenación representó ya un papel importante, aunque no bajo el título de «enajenación», sino bajo el título de «idolatría», como lo emplearon los profetas. 

Muchos creen ingenuamente que la diferencia entre la llamada idolatría y la fe monoteísta en un solo Dios verdadero no es sino una diferencia numérica: los paganos tenían muchos dioses, mientras que los monoteístas creen en un solo Dios. Sin embargo, no es ésta la diferencia esencial. Para los profetas del Antiguo Testamento, lo esencial del idólatra es que adora la obra de su mano. Toma un trozo de madera, lo corta a la mitad, y con una mitad hace fuego, por ejemplo, para cocinar una torta; y con la otra mitad del trozo de madera, se talla una figura para adorarla. Y sin embargo, lo que adora es una cosa. Es una cosa que tiene nariz, pero no huele, tiene orejas pero no oye, tiene boca y no habla.

¿Qué ocurre en la idolatría? Entendiéndola como la entendieron los profetas, ocurre en ella exactamente lo que, según Freud, sucede en la “transferencia”. En mi opinión, la transferencia que conocemos en el psicoanálisis es una manifestación de la idolatría.

El hombre transfiere la vivencia de sus propias actividades o de sus propias experiencias —de su capacidad de amar, de su facultad de pensamiento— a un objeto exterior. Este objeto puede ser otro hombre o una cosa de madera o de piedra. En cuanto el hombre ha establecido esta relación de transferencia, ya sólo entra en relación consigo mismo a través de su sumisión al objeto al que ha transferido sus propias funciones humanas. Amar de manera enajenada, idolátrica, significa entonces: yo amo sólo si me someto al ídolo al que he transferido mi bondad. O bien: yo sólo soy bueno si me someto al ídolo al que he transferido mi bondad. Y lo mismo sucede con la sabiduría, con la fuerza, e incluso con todas las cualidades humanas.

Cuanto más poderoso sea el ídolo, es decir, cuanto más yo le transfiera de mi esencia, tanto más pobre seré yo y tanto más dependeré de él, porque estaré perdido si lo pierdo a él, a él a quien todo lo he transferido. La transferencia del psicoanálisis no es fundamentalmente diferente. 

Claro que, en este caso, se trata casi siempre de transferencias paternales y maternales, porque el niño ve en el padre y en la madre a aquellos a quienes ha transferido sus propias experiencias. Pero lo esencial no es que el niño transfiera al padre y a la madre, sino el hecho mismo de la transferencia por la cual el hombre inmaduro se busca un ídolo. Si encuentra un ídolo al que pueda adorar toda su vida, no tendrá ya que desesperar.

Éste es uno de los motivos, a mí parecer, de por qué a muchos les gusta tanto ir al psicoanalista y no quieren dejar de ir, y de por qué sociedades enteras eligen unos supuestos caudillos tan vanos y mudos como los ídolos de la antigüedad, pero que también estimulan la transferencia como sometimiento.

Naturalmente, en la sociedad moderna ya no hay un Baal ni una Astarté. Pero como solemos confundir las palabras y los hechos, estamos muy dispuestos a convencernos de que ya no existen los hechos cuando las palabras han dejado de decirse. 

En realidad, volvemos a vivir hoy en una sociedad que, en comparación con siglos pasados, es mucho más pagana e idolátrica.


jueves, 26 de octubre de 2017

La Imagen Que Irradiamos


Hay dos posiciones extremas acerca de la “realidad”: es todo lo que hay o no existe en absoluto. Los primeros (la mayoría) discuten acerca de los hechos, están prisioneros de la polaridad, creen o no creen, siguen los lineamientos de la mayoría, entran en teorías conspirativas, piensan que lo que dicen los medios es real (o no); en definitiva, actúan como si todo lo que se presenta tiene entidad verdadera. Para los segundos, todo es una ilusión (una maya) que le da a cada uno lo que piensa, ya sea porque tienen concepciones espirituales o porque no creen en nada. Hay algunos que están entre medio, fluctuando entre las dos de acuerdo a su nivel de consciencia y de circunstancias del momento o tratando de integrar los dos conceptos.

¿Qué otra cosa hacer? Sin importar la verdad de cada una, ante cada situación o persona podríamos investigar su significado, su preponderancia, su sentido en el conjunto; preguntarnos qué relevancia tiene para nosotros, cómo lo asimilamos, qué nos mueve, qué simboliza/personifica en nuestro diseño. 

Así, el mundo se transforma en una exploración continua en lugar de una negación o una lucha.

Un día es una nueva oportunidad de vida. Un día es una nueva oportunidad para levantarte y ser feliz, aunque sea un ensayo y no se transforme jamás en una obra completa. Un día puede resumir en sus largas o fugaces horas la esencia de ti mismo y tu sueño hecho realidad.

Un día nuevo es otra oportunidad para hacer todo aquello que lamentarías no haber hecho. Todas esas cosas que en el presente parecen imposibles y que vistas con el tiempo solo se responden con un “Qué tonto fui…” o con un “En qué estaba pensando“.


Cuando Sientas La Exclusión

Cada vez que te sientes excluido por alguien es como si esa persona hubiera disparado una flecha cargada de veneno que te llega directamente al corazón. La sensación de que alguien no te quiere cerca, de que prefiere estar lejos de ti, es terrible. No lo entiendes: eres buena persona, siempre cuidas de tus amigos, de tus colegas, de tus familiares. Eres atento y haces todo lo que puedes para que los demás estén bien, contentos y tranquilos, para que no haya ningún tipo de conflicto, para ser simpático, para dar una buena impresión y para que te quieran. Eres amable.

Igual te sorprende si te digo que el rechazo no es algo personal; lo parece, eso sí, pero solamente lo parece porque lo recibes de esa manera: como una crítica. Como una crítica personal e injusta. No obstante, a veces ese rechazo hace ver algo de tu comportamiento que conviene cambiar, y otras veces ese rechazo realmente no tiene que ver contigo sino con la otra persona. Me explico... 
Irritación de la otra persona

Algo en tu comportamiento le sienta mal a la otra persona y se siente irritada y molesta. Cuando, por ejemplo, algo en tu manera de hablar, de gesticular, o de comunicar le resulta desagradable a alguien (por el motivo que sea, como puede ser algo tan incontrolable como un determinado recuerdo doloroso), esa persona no te va a querer cerca.

Evidentemente esto no tiene nada que ver contigo, sino con la percepción ajena. Y, fíjate, no es que te rechace como persona, sino que solamente rechaza una parte (una faceta de) de tu comportamiento. Y tú no eres tu comportamiento. Puedes cambiar tu comportamiento pero sigues siendo la misma persona, ¿No es así?

También puede pasar que la otra persona y tú no tengáis nada en común. Puede que se trate de vuestros valores o intereses personales. Puede ser un tema de carácter: a lo mejor eres muy introvertido y no caes bien a alguien que justamente es muy extrovertido. Mientras que esa otra persona solamente buscará amigos extrovertidos, a lo mejor tú, por ser como eres, te sientes rechazado, mientras que para nada es un tema de rechazo personal sino más bien una diferencia de carácter. Si el rechazo es fruto de ese tipo de diferencias personales, no hay nada que hacer salvo NO tomarlo a nivel personal y aceptarlo.


Pero si, reflexionando sobre tu comportamiento, has llegado a la conclusión que a lo mejor eres demasiado servil, crítico, que estás demasiado pendiente de todo, demasiado exigente, controlador, inseguro, víctima... igual ha llegado el momento de tomar una decisión interior y ver cómo puedes cambiar tu comportamiento.