La estimulación de nuestra mente es fundamental para el
desarrollo intelectual.
Adquirir conocimientos, habilidades, destrezas en todo
el transcurso de nuestras vidas incrementa el poder mental y la posibilidad que
cada persona posee para cultivarse, entender los cambios del mundo y adaptarse
fácilmente a ellos.
La dedicación, paciencia, constancia e interés por conocer
cosas nuevas permiten formar nuevos esquemas en el cerebro, los cuales van a
ayudar a que nuestra mente tenga una capacidad más amplia para comprender
conceptos, y también aceptar diferentes ideas. Novedosas y saludables
experiencias nos permiten formar flamantes enlaces y conexiones cerebrales que
van a ayudar a que nuestra mente se desarrolle aún más.
Es importante crear un ambiente de seguridad, amor, respeto,
atención, responsabilidad y madurez para que nuestro crecimiento intelectual
alcance su mayor potencial. Hallarnos emocionalmente estables y sentirnos parte
de una comunidad nos va a permitir un estado de paz y concentración que sin
lugar a dudas es factor categórico en el desarrollo del intelecto.
La acumulación de buenos hábitos mentales es otra de las
cosas que no solo va a cambiar nuestras vidas sino a contribuir con el
desempeño de nuestra creatividad y desarrollo intelectual. Reinventar cosas
habitualmente para revisar y encontrar maneras de lograr metas, es un hábito
mental extremadamente productivo.
Entonces, para empeñarnos en el desarrollo intelectual de
nuestra persona es imprescindible la adquisición de nuevos conocimientos, la
formación de buenos hábitos mentales, la creación de un ambiente sano,
armonioso, limpio y ordenado.
Además, no se puede negar que desarrollando el intelecto
cultivamos también el espíritu. Una mente vigorosa no pierde el tiempo en necedades
y absurdos, todo lo contrario, anda enfocada, ecuánime y en equilibrio.
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