"Los humanos modernos parecían tener un número mayor de
alternativas de solución frente a los problemas ", dice Stewart. Esta
habilidad de innovar y adaptarse puede explicar por qué reemplazamos a los
Neandertales tan rápido.
Cuando
llegamos a Europa, teníamos herramientas más variadas que los Neandertales.
Incluso más innovadoras y letales, según la evidencia arqueológica.
Arte,
pegamento social
Pero también
creamos otra cosa que nos ayudó a superar a cada una de las otras especies de
la Tierra: el arte simbólico.
Hay amplia evidencia de que los humanos modernos
estaban haciendo arte poco tiempo después de que salieron de África, hace 40
mil años.
Los arqueólogos han encontrado ornamentos, joyería,
representaciones figurativas de animales míticos e incluso instrumentos
musicales.
"Cuando los humanos modernos llegaron (a
Europa), su población creció rápidamente", dice Nicholas Conard, de la
Universidad de Tubinga, en Alemania, que ha descubierto muchas de estas
reliquias. Empezamos a vivir en unidades sociales mucho más complejas y
necesitábamos formas más sofisticadas de comunicarnos.
Una de las reliquias más sorprendentes es una estatua de
madera de un león-humano, llamada el Hombre León, que fue encontrada en una
cueva en Alemania. Esculturas similares del mismo período han sido encontradas
en otros lugares de Europa.
Esto sugiere que estábamos compartiendo información
entre grupos culturales de diferentes áreas. Parece que el arte era parte de
nuestra identidad y ayudaba a unir a diferentes grupos.
En otras palabras, los símbolos eran una especie de
pegamento social. Estos podían "ayudar a la gente a organizar sus
asuntos sociales y económicos", dice Conard.
En cambio, los Neandertales no parecían necesitar el arte o
los símbolos. Solo hay evidencia limitada de un poco de joyería hecha por
ellos. "Ellos cazaban, cocinaban, dormían, tenían sexo y se recreaban. No
necesitaban artefactos simbólicos para cumplir con sus tareas".
Compartir información simbólica fue crucial para el éxito de
los humanos. Cada nueva idea que recogíamos tenía la posibilidad de
volverse inmortal al pasar de generación en generación. Así fue como el
lenguaje se propagó, por ejemplo.
Capacidad de adaptación (genética)
El hecho de que hayamos practicado el arte y fabricado
herramientas con las mismas manos también señala nuestra capacidad única de
variar nuestro comportamiento, dice Shea.
"Todo lo que hacemos, lo hacemos de más de una forma
distinta", dice. "Las soluciones que desarrollamos para un problema,
pueden ser reorientadas para resolver otro distinto. Esto es algo que hacemos
especialmente bien".
Otros homínidos antiguos parecían hacer lo mismo una y otra
vez. "Encontraban un camino y se quedaban atascados ahí".
Ahora tenemos evidencia para sugerir que nuestro ADN cambió después de
que nos separamos del ancestro común que compartíamos con los Neandertales.
Nosotros desarrollamos docenas de características únicas
en nuestro genoma, que nos diferenciaron de otros homínidos.
Los genetistas han determinado que estas características se
relacionan con la forma en la que nuestros cerebros se desarrollaron, que puede
haber sido la clave de nuestro éxito.
No sabemos qué beneficios trajeron estos cambios genéticos. Otros han sugerido que
nuestro cerebro hipersocial y cooperativo nos diferencia.
El lenguaje, la cultura, la guerra y el amor, todos los
comportamientos humanos distintivos tienen un elemento social.
Nuestra tendencia a la vida
social pudo haber propiciado la habilidad de usar símbolos y crear arte.
Por decenas de cientos de años, antes que desarrolláramos
estas habilidades, los humanos modernos y otros homínidos estaban en el mismo
nivel, dice Conard. Cualquier otra especie pudo haber ocupado nuestro lugar.
Pero no lo hicieron. A medida que nuestra población se
multiplicó, las otras especies retrocedieron y eventualmente desaparecieron.
Tal vez debamos agradecer a
nuestra creatividad por haber sobrevivido.
Pero hay otra posibilidad. Tal vez fue pura casualidad. Tal vez nuestra especie tuvo
suerte y sobrevivió, mientras que los Neandertales se llevaron la peor parte.
Lee la historia
original en inglés en BBC Earth
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