Tienes una mente altamente creativa, todos la tenemos, si
todavía no lo has descubierto es porque no te has parado a percibir cuan
creativo/a eres. Muchas personas se quejan de aquello del síndrome de
la página en blanco, de la falta de inspiración, les gustaría tener
más ideas cada vez que se ponen a pensar en cómo mejorar sus productos y
servicios, a escribir un post, a tuitear o a hacer cualquier actividad que
necesite creatividad.
Cómo funciona la creatividad
La creatividad la llevamos todos de casa, sólo que algunos
la entrenamos y otros no. Picasso dijo aquello de “Si viene la inspiración que
me encuentre trabajando”, y tenía toda la razón, a la inspiración hay que
educarla para que llegue en el momento preciso y para que nos desborde de
ideas, proyectos y nuevos retos.
Por este motivo somos más creativos cuando:
Hacemos algo que nos relaja. ¿Cuántas actividades relajantes
llevas a cabo en comparación con todas las obligaciones?
Nos duchamos. Creo que es el lugar en el que se me ocurren
más ideas, no es fácil dejar la mente en blanco en la ducha.
Cuando hacemos un viaje en coche, cuando observamos un
paisaje, cuando nos dejamos llevar por la música.
Cuando nos tomamos una tarde libre, cuando nos relajamos,
cuando no tenemos obligaciones importantes.
Y todo esto ocurre porque la tensión es menor, y las
ideas empiezan a brotar.
Querer que haya mucha innovación y creatividad en
una empresa en la que se respira mucha tensión es tan efectivo como querer
vender calefactores en el desierto. La creatividad está, existe en todas las
personas de tu equipo, pero el estrés y la creatividad nunca fueron buenos
amigos.
Sin embargo son necesarios los opuestos, y el estrés
también nos hace falta, quizá lo que tengamos que hacer sea dejar un poco más
de hueco a la creatividad, generar espacios para la creatividad, en los
que las buenas ideas sean las protagonistas.
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