jueves, 30 de mayo de 2019

El Bienestar Animal

Sintiencia, la capacidad que tienen los animales de sentir, sufrir y tener emociones.

El entendimiento del hecho que los animales pueden sentir, sufrir y tener emociones significa reconocer la responsabilidad por la forma en la que deberían ser tratados. La capacidad de sentir, sufrir y tener emociones de los animales es lo que se conoce como sintiencia.

La mayor parte de las investigaciones científicas sobre el hambre, la sed y el dolor demuestran que todos los vertebrados y algunos invertebrados son similares a los humanos en sus respuestas frente a la escasez de alimento o agua y ante estímulos poco placenteros. 

Poseen receptores nerviosos y funciones de procesamiento similares dentro del sistema nervioso central y muestran cambios psicológicos y de conducta similares en este tipo de situaciones.

Todas estas evidencias respaldan el hecho de que los animales son seres sintientes y que sus procesos mentales son comparables, al menos de algunas cosas, a los de los humanos. La sintiencia es un área de investigación activa y la evidencia de la misma en diferentes especies de vertebrados e invertebrados continúa creciendo.

La sintiencia implica que los animales:
Son conscientes de sus propios entornos.
Tienen una dimensión emocional.
Son conscientes de lo que les está sucediendo.
Tienen la habilidad de aprender de las experiencias
Son conscientes de las sensaciones del cuerpo: dolor, hambre, calor, frío, etc.
Son conscientes de las relaciones con otros animales
Tienen la habilidad de escoger entre diferentes animales, objetos y situaciones.

Existe en la actualidad un amplio reconocimiento de la sintiencia de los animales que refuerza la necesidad de proteger su bienestar. El neurocientífico canadiense Philip Low, de la Universidad de Stanford y del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussetss) y otros 25 investigadores del mundo firmaron una manifiesto (Declaración de Cambridge) en 2012 afirmando que todos los mamíferos, aves y otras criaturas no vertebradas, incluyendo pulpos; tienen conciencia. 

El grupo de investigadores cree que las estructuras cerebrales que producen la conciencia en los seres humanos también existen en los animales. Este descubrimiento sin lugar a dudas ha impactado a la sociedad. La Unión Europea ha reconocido que los animales son seres sintientes desde la inclusión de un protocolo de bienestar animal en el Tratado de Amsterdam firmado en 1.997


En conclusión se puede decir que la sintiencia, esa capacidad de sentir, sufrir y tener emociones; incluye dolor, angustia, sufrimiento y placer, por ello es imperante considerar activamente el bienestar animal entendiendo las necesidades individuales de los animales, promoviendo el cuidado y reduciendo el maltrato. Adicionalmente es un deber reflexionar sobre ¿cómo nuestras acciones afectan a los animales? y ¿cómo podemos reducir el sufrimiento animal?, preguntas que cada vez se vuelven más importantes para millones de personas alrededor del mundo.

Sentir La Vida


Todos los días recibo, como mínimo, un e-mail de alguien que acaba de encontrar el blog y que me cuenta que no está contento con su situación actual, pero que no sabe qué quiere hacer con su vida. Luego me pide que le de algún consejo.

Siempre que leo estos correos me viene a la mente un fragmento de El manantial en el que Peter Keating (el malo) está dudando entre irse a estudiar con una beca a la Escuela de Bellas Artes de París o aceptar una oferta para trabajar en uno de los estudios de arquitectos más importantes de Nueva York. Como no quiere tomar la decisión equivocada, le pide consejo a Howard Roark (el bueno), que le responde lo siguiente:

«Si quieres mi consejo, Peter, ya te has equivocado. Preguntándome a mí. Preguntándole a cualquiera. Nunca le preguntes a la gente. No sobre tu trabajo. ¿No sabes lo que quieres? ¿Cómo puedes soportar no saberlo? ¿Cómo puedes soportar que otros decidan por ti?»

Yo no creo que preguntar a otros ni pedir consejo sea una equivocación, pero sí que estoy totalmente de acuerdo con Roark en que al final tú eres el que debe decidir qué es lo que quieres hacer con tu vida; nadie más puede hacerlo por ti.

Por eso, cuando respondo a una de estas personas, siempre les dejo claro de que yo no soy nadie para decirles qué es lo que deben o no deben hacer, y que lo único que puedo hacer es plantearles una serie de preguntas que les ayuden a tomar una decisión por ellos mismos.

Como me da la impresión de que muchos jóvenes hoy en día se sienten perdidos, bloqueados y sin saber qué hacer, en este post me gustaría compartir con ellos los pensamientos, creencias y ejercicios que me ayudaron a mí en su momento.

1. Relájate
Miras a tú alrededor y ves que todo el mundo tiene perfectamente claro qué es lo que quiere y hacia donde va. Todo el mundo… menos tú, claro. Así que llegas a la conclusión de que el problema deber ser tuyo, que has nacido defectuoso, y eso te hace sentir muuuuy mal.

Y te preguntas « ¿cómo saber lo que quiero y ser como el resto del mundo?». Ese mundo lleno de personas perfectas que tienen objetivos alineados con sus valores y su filosofía de vida.

Pues déjame contarte un par de secretos:
Has nacido completo y sin defectos. No te pasa ABSOLUTAMENTE NADA. Tener épocas de poca claridad es lo más normal del mundo.

El 99% de la población vive con el piloto automático encendido y no tienen ni idea de qué es lo que quieren. A ti te da la impresión de que lo tienen muy claro, porque sólo ves su lado bueno y los seres humanos siempre tendemos a pensar que la hierba crece más verde al otro lado de la valla, pero créeme: en el fondo la mayoría de la gente está más perdida que tú, que al menos te has parado a pensar sobre ello.


Así que sacúdete toda la presión, relájate y empieza a sentirte bien

miércoles, 29 de mayo de 2019

Capacidad Creativa


Desde la antigüedad hasta nuestros tiempos muchas personas siempre se han caracterizado por vivir de una manera muy común según su época. En la era de los cavernícolas por subsistir, en la edad media por ser devotos a una religión y en la actualidad por la maldita crisis existencial por la que pasan muchas personas.


Sólo aquellas que han sabido vivir y gozar su vida sin importar el porqué de su existencia serán las merecedores de grandes premios, aquellas que siempre han estado en contra de la corriente, en contra del común denominador tendrán la sensación de encontrar la respuesta al por qué están en esta tierra, parece ilógico pero así es, no hay mejor satisfacción que saber que hemos logrado las cosas como nadie más lo había hecho y somos únicos en lo que hacemos, eso es originalidad y su causa es la creatividad.

martes, 28 de mayo de 2019

El Buen Tino


Se denomina tino a la capacidad de lograr dar en un blanco o de conseguir un acierto. Por ejemplo: “La empresa volvió a demostrar su tino con su nueva marca de galletas, que se convirtió en un éxito de ventas”, “Tienes tres proyectiles y debes derribar tres latas: veremos si tienes tino…”, “Con esta medida económica, el tino del gobierno es evidente”.

La capacidad de raciocinio y el juicio de una persona también reciben el nombre de tino. En este caso, la noción se vincula a las facultades de un sujeto para actuar de manera razonable y equilibrada: “Creo que el gobernador no tuvo buen tino al mostrarse en una fiesta de la farándula mientras miles de personas sufrían las consecuencias de la inundación”, “El joven, con buen tino, decidió marcharse del lugar para evitar un enfrentamiento con los manifestantes”, “Necesitamos un gerente comercial con más tino”.

En los ejemplos anteriores se aprecian otras acepciones del término, como ser la cordura, la prudencia antes de actuar y la moderación. Si bien proceder con tino no siempre es sinónimo de haber pensado fríamente antes de hacerlo, sí comparte con el hábito de planear las cosas un mayor grado de probabilidades de éxito que la costumbre de no prepararse adecuadamente o bien tomar una decisión desacertada por no tener en cuenta ciertos signos de riesgo.

La definición del diccionario de la RAE también habla de una facilidad para encontrar a tientas lo que se busca, o sea examinando sin poder ver con claridad el entorno. Esto nos demuestra que el tino también contempla un alto nivel de intuición, algo que muchas veces anula la necesidad de un profundo conocimiento acerca de un tema para entenderlo o usarlo con acierto.

Veamos algunas expresiones en las que se encuentra el término tino: a buen tino (a ojo, a juicio de alguien); a tino (a tientas); sacar de tino a alguien (sacarlo de sus casillas, conseguir que pierda la paciencia, sacarlo de tiento); sin tino (de forma desmedida, sin tasa, sin pensar en las consecuencias). Esta palabra también puede ser definida como «la tina que se usa para el tinte», «el depósito al cual llega el agua hirviendo que procede de la caldera de un lavadero de lana» o «lagar para aceituna o uva».

lunes, 27 de mayo de 2019

La Satisfacción Personal



Que la gente feliz es más productiva es una de las creencias más extendidas a nivel internacional. Esta idea ha traspasado fronteras y no ha escapado de ser objeto de innumerables investigaciones en todo el mundo. Así, se ha encontrado que la felicidad no sólo fomenta la productividad sino que también nos facilita la adquisición de nuevas habilidades que nos permitan hacer frente a retos futuros.

El impacto psicológico de la felicidad es clave a la hora de desempeñar nuestro trabajo y nos ayuda a mitigar las situaciones negativas. Por estas razones, es imprescindible fomentar y trabajar en mantener una actitud positiva y de aprendizaje ante nuestro ambiente laboral. ¿Por qué debemos esforzarnos por ser felices en nuestro trabajo?

-Las emociones positivas se contagian de forma rápida que el resto de emociones. Prueba de esto es que en nuestro lenguaje coloquial solemos hacer uso de expresiones como “risa contagiosa”; sin embargo, es difícil encontrar expresiones similares en relación al llanto u otras emociones negativas. Tal y como señala Cacioppo, “las emociones viajan de persona a persona como si se tratase de un virus”. Parece que la base científica de esto se encuentra en las neuronas espejo, un grupo de células nerviosas capaces de activarse cuando vemos a alguien hacer algo. Esto es, tendemos a sincronizar nuestras expresiones faciales, movimientos y posturas de aquellas personas con las que nos relacionamos. ¿Te das cuenta de lo útil que resulta este hallazgo para mantener actitudes positivas?

-El humor incide de forma directa en la comunicación y cohesión de los trabajadores, en su satisfacción personal, su creatividad y su productividad. Como dijo Jim Rohn, “aprenda a ayudar a los demás en otra cosa que no sea solo trabajar; ayúdelos a vivir. " El sentido del humor y la risa son la base de la alegría la felicidad.

No obstante, el estar expuesto a un esfuerzo prolongado puede agotar nuestros recursos y acabar con nosotros sino tenemos la posibilidad de recuperarnos del trabajo. Así, no sólo la empresa debe facilitarnos este descanso sino que nosotros somos la piedra angular para que éste sea efectivo y rentable para nosotros mismos. ¿Cómo conseguirlo?

1. Esfuérzate por relacionarte de forma positiva. Es frecuente que la creación de conflictos mermen las relaciones laborales. Es importante que lidiemos con ellos de forma asertiva; la clave no está en evitar los problemas sino en resolverlos de la forma adecuada. No parece lo más aconsejable complicarse la vida laboral con la creación de un mal ambiente.

2. Desarrolla tu autocontrol y tu autonomía.

3. No desestimes el apoyo y consideración de los supervisores por miedo a las críticas.

4. No olvides que es importante tu tiempo de esparcimiento personal, ocio y recuperación. Procura que llevarte el trabajo a casa sea la excepción y no la regla. Esto no significa sólo que no te lleves el papeleo o las tareas pendientes a tu hogar sino que también debes dejar los problemas, preocupaciones y cuestiones por resolver en el lugar de donde provienen, es decir, en tu trabajo.

5. Reconoce tus logros positivos y recompénsate por ellos.

6. Mantén unos objetivos bien definidos para que el trabajo no te desborde.

7. Logra un equilibrio entre la vida laboral y la personal.

8. Mantener una actitud activa y dispuesta te ayudará a obtener un mayor ajuste en tu puesto de trabajo.

9. No abandones tu desarrollo personal y mantente actualizado y activo también en relación a tus tareas laborales.

10. Haz uso de tu sentido del humor.

11. Expresa emociones positivas. Olvídate de aprovechar los descansos del trabajo para expresar los problemas, el enfado o la inquietud que te produce una situación laboral determinada; utilizar las pausas para desconectar y hablar de cosas agradables conduce a una mayor satisfacción personal y una sensación de descanso adecuada.

sábado, 25 de mayo de 2019

La Era Del Individualismo

No cabe duda de que vivimos en la era de la diferencia. Buscamos y necesitamos sentirnos especiales, únicos y sobresalir respecto al resto de la población. Es la nueva forma de integración social: no hay nada más normal hoy día que el querer ser diferente. 

Este empeño por desmarcarse de la llamada ‘masa’ no es algo que haya ocurrido siempre en la historia de la humanidad, sino más bien se trata de un fenómeno de reciente aparición. Estamos asistiendo en último término a un proceso sociohistórico que aparece en el renacimiento y que se vuelve visible en la ciudad europea y americana del XIX, un proceso que en la actualidad ya se encuentra exagerado e incluso hipertrofiado. Hablamos de la aparición de lo íntimo y lo privado, del individualismo autosuficiente. De esa ideología que nos hace pensar que podemos ser independientes de la sociedad en la que vivimos, que podemos y que incluso nos hace desear ir a contracorriente.

Hablamos así de un tipo de persona nueva: “la persona individual” que está vinculada directamente al hecho de que por primera vez en la historia los individuos disfrutan de objetos propios, espacios propios y comportamientos realizados en soledad. Diríamos que este nacimiento de la persona individual provoca un ensimismamiento hacia uno mismo y un extrañamiento hacia lo ajeno, basando nuestra identidad más en lo que nos diferencia de los demás que en lo que nos une.

 La idea fundamental es que el mundo privado y el ‘Yo íntimo’ no son características inherentes a la condición humana, y cuando aparece no lo hace porque sí, sino que es resultado de cambios concretos y materiales en las conductas cotidianas de la gente en la ciudad moderna, y en el funcionamiento de esta. Así, vemos como a lo largo de los últimos años y siglos el comportamiento cotidiano ha ido individualizándose progresivamente hasta el día de hoy, llegando al punto donde surge la extrañeza o la evitación ante el contacto social y con ella algunos de los trastornos psicológicos más frecuentes hoy día (trastornos del estado de ánimo, ansiedad social ,etc…).

Una de las causas de este individualismo de relativa reciente creación es la manera en que la sociedad se organiza. A diferencia de otros periodos sociales, este se caracteriza por un tipo de sociedad donde las vidas de los individuos no están tan prefijadas como antes. En el pasado se podría predecir con cierta precisión cual iba a ser el curso de la vida de un individuo. Sin embargo en la actualidad poco o nada podemos decir acerca del futuro de una persona que nace en una ciudad media. 

La sociedad abierta de hoy día tiene como estructura económica e ideológica el capitalismo, un régimen donde la identidad del individuo no viene definida por su cuna (pese a la clara influencia que ello tiene en el desarrollo posterior) si no por su rol laboral.

La publicidad pretende convencer de que la identidad de la persona está en el propio producto. Ya no nos resulta extraño que incluso un desodorante nos sea vendido como el objeto milagroso bajo el cual podremos llegar a la cima del éxito sexual. Pensémoslo fríamente. Un bote de plástico lleno de gas y sustancias químicas. De hecho, la inmensa mayoría de productos de consumo tienen asociada una imagen de triunfo social, nos quieren hacer llegar el mensaje de que adquirir este o aquel coche nos hará acceder a determinado escalafón de la sociedad. Y a la vista del funcionamiento social actual, parece que lo consiguen. Que desayunando Cola-Cao llegaremos a ser deportistas, que bebiendo Coca-Cola seremos felices, que conduciendo un Renault seremos un ejecutivo con mucho dinero y un traje espectacular y que con unos Nike seremos los más populares del instituto.

Por supuesto, toda la imagen de triunfo social tiene que ver, o es acorde, con unos valores que retroalimentan continuamente este individualismo del que hablamos. Llegamos al punto donde el tener un mejor coche y un reloj más caro ya es un valor en sí mismo, es decir, ya son criterios por los que juzgamos la valía de una persona hoy en día.

Cumple tus sueños y desarróllate personalmente
Otra de las principales características del ser humano individualista de hoy en día es que cree que el objeto de la vida es el desarrollo personal, el cultivo de la personalidad o la autorrealización. 

El individuo actual busca potenciar todo lo que le diferencia de los demás hasta el punto de que las demás personas son vistas como instrumentos para ese “despliegue” de uno mismo. Cuesta, por ello, encontrar algunas relaciones sociales que no tengan un interés laboral, económico o de status detrás, si acaso se salvan nuestros familiares y amigos más cercanos. En la sociedad burguesa actual es fundamental alcanzar reconocimiento social y consideración, y sobre todo mostrarlo en los espacios creados para ello: las redes sociales.

Esto supone una ruptura con lo que antaño se conocía como “cumplir tus sueños”. Clásicamente los sueños eran proyectos u objetivos, resultado de una negociación con la realidad, el individuo sometido al mundo gracias a una buena comunicación, y especialmente sometido -y preocupado- por los otros. Se establecían propósitos realistas y comunitarios. En la actualidad “cumplir los sueños” no es más que dejar que una subjetividad desbocada y que no se ha recortado respecto al molde de la realidad se manifieste, se desborde a la espera de que el mundo se ajuste a él.


En ese sentido no somos más que caprichosos niños grandes protestando e intentando que la realidad sea tal y como queremos que sea, aunque sea violando derechos humanos y jugando con la integridad y bienestar de seres humanos si se tercia la ocasión. La preocupación por el otro ha dado paso en la era del individualismo al miedo por el otro. 

Nos preocupa nuestro propio bienestar, luchamos por nuestro futuro de forma individual y tendemos de forma casi automática a pensar que el otro tiene intereses y proyectos que irán en nuestra contra. Siendo la naturaleza de las personas como es -social-, cabe dudar de hasta qué punto el ser humano será capaz de soportar un clima de competitividad extrema entre sus iguales. De momento, las tasas de trastornos mentales nos están poniendo en alerta sobre unas consecuencias que ya empiezan a ser visibles.

Persistir O Abandonar


¿Consideras que dimitir o abandonar es un error? ¿Crees que tirar la toalla es para perdedores y fracasados?

Comúnmente se cree que abandonar o rendirse es algo negativo. Imaginamos a personas que no lograron un objetivo definido. Tal vez sacar un negocio adelante, terminar sus estudios universitarios, continuar en el gimnasio, mantener la dieta, o por haber renunciado  a su “buen” empleo.

Llegamos a creer que abandonar es malo, incluso si se trata de una actividad que no disfrutamos, o no encontramos gratificante.

Dejar algo, la mayoría de veces produce una sensación de actuar en contra de nuestro beneficio. Pero no siempre es así, a veces para ganar, hay que perder.

Muchas personas piensan que aquellos que abandonan son débiles o poco perseverantes porque no pudieron mantener la presión ni la constancia para lograr sus metas.

Tenemos la falsa creencia que si abandonamos, automáticamente nos convertimos en mediocres o en un perdedor sin remedio.  Se cree que lo hacen aquellos que no tienen las agallas, el temple, la fortaleza, ni la perseverancia para terminar aquello que se proponen.

Sin embargo debo decirte no siempre es así. De hecho abandonar o tirar la toalla, puedes ser más positivo de lo crees. Es algo que puede cambiar tu vida, tal como lo ha hecho con cientos de personas en todo el planeta.

Dejar algo puede ser el primer paso hacia un camino lleno éxitos. 

Abandonar no siempre es de mediocres
Cambia tu concepto, recuerda que lo que cree la mayoría, no necesariamente es verdad. Dimitir no es para “losers”, a veces es para futuros ganadores.

Abandonar es para analíticos, inconformistas, entusiastas y atrevidos. Es para personas que visualizan su futuro más allá de sus actuales circunstancias. Y para aquellos que no se dejan guiar fácilmente por lo que la gente a su alrededor les dice o hace.

En definitiva, vas a tener que trabajar y perseverar para lograr tus objetivos. Siempre debes esforzarte si quieres conseguir algo. Pero eso no es todo, también necesitas saber si tus tareas y proyectos realmente te están acercando a esos objetivos.

Debes tener la certeza de que las actividades que haces cada día están sintonía con tu valores, con tu visión de futuro y con la persona que quieres ser.

Si la mayor parte de tu tiempo y energía la estás concentrado en actividades que te acercan a tus objetivos, entonces probablemente deberías seguir así. Hacerlo no solo te ayudara a alcanzar tu éxito, además disfrutaras el proceso. Recuerda lo que dice Wayne Dyer:
La felicidad es el camino.


Si no te sientes feliz con lo que haces, entonces esa es una señal clara de que necesitas abandonar. Necesitas hacer una pausa para encarrilar tu vida por un mejor camino.

viernes, 24 de mayo de 2019

Vencer La Timidez


La palabra insistencia hace referencia a repetir, esto quiere decir que una actividad culminada se intente nuevamente, una y otra vez. Es decir, continuar en la misma y no parar hasta obtener el resultado deseado. Se trata de una actividad continuada, pero sin pausas. Hoy, en este artículo, quiero que hagas tuya la palabra «insistir». Quiero que la insistencia se vea reflejada en ti.

Te puedo asegurar que esta palabra es sinónimo de resultados. Los resultados en tu timidez de los que podrías disfrutar, si te tomases en serio tu principal meta, tu meta más importante, que es la de aprender a cómo vencer la timidez.

La insistencia es ya de por sí, una palabra importante. Ésta, nos ayuda a esforzarnos por lo que queremos sin desistir en el intento. Insistir es querer seguir intentándolo, dándolo todo. Así es cómo tienes que actuar en tu timidez, dándolo todo para obtener resultados. Tu resultado primordial de aprender a cómo vencer la timidez.

La persona tímida, en muchas ocasiones, se rinde. Se rinde sin ni siquiera intentarlo, porque el solo hecho de ver todo lo que tiene que intentar y en consecuencia, todo lo que tiene que conseguir, hace que se paralice, decidiendo de este modo no actuar, convirtiéndose así en una persona pasiva, sin capacidad de decisión ni de intentos.

Al no saber cómo vencer la timidez, prefiere mantenerse tal cual, es decir, viviendo frente a sus limitaciones, las cuales no le permiten actuar cómo le gustaría.

Por ello, hay que insistir. Insistir en algo y luego conseguirlo, te dará la fuerza necesaria para seguir luchando por cosas importantes. La satisfacción que produce ver los resultados obtenidos, después de aportar esfuerzo, dedicación, insistencia, no tiene precio
.

Si eres insistente en tu vida, te puedo asegurar que nada se te resistirá. Tampoco te digo, que utilices la insistencia de manera, que pueda resultar agobiante para ti o para otros. Todo en exceso, no es bueno. Pero si actúas de manera consciente y convencido de que con los resultados obtenidos saldrás beneficiado, adelante!, insiste en lo que desees con fuerza. Insiste en tu lucha de cómo vencer la timidez.

El Punto De Vista

Filosofía
El Punto De Vista
La opinión ("desde mi punto de vista…") que adopta un sujeto, sobre un hecho, objeto, persona o entidad determinada, a causa de la propia tendencia subjetiva del sujeto, de la que es indisociable. El punto de vista se usa también como sinónimo de perspectiva y, especialmente en el contexto artístico, de "mirada" o "enfoque".

En filosofía, un punto de vista describe una manera específica o declarada de consideración personal, la actitud con que uno enfoca un asunto o lo que piensa de algo, como en la frase "desde el punto de vista del médico...". Este uso figurativo de la expresión queda atestiguado desde 1760. En este sentido, es sinónimo de uno de los significados del término "perspectiva".


Desde la perspectiva de la filosofía y las ciencias sociales, existen modelos de puntos de vista, como el punto de vista "neutral" (o neutralidad), el punto de vista natural y el punto de vista múltiple. Por otra parte, en los ámbitos de la música, de las artes, del humor y de la creación (innovación, diseño, tecnología) en general, las persones tienden siempre a ofrecer miradas, opiniones o perspectivas nuevas acerca del mundo, ya sea real o ficticio. 

Los niños son buen ejemplo de personas que cambian su punto de vista con facilidad, ante las distintas situaciones que se les van presentando.

Baja Autoestima


La baja autoestima se define como la dificultad que tiene la persona para sentirse valiosa en lo profundo de sí misma, y por tanto digna de ser amada por los demás.

Las personas con autoestima baja buscan, a veces sin ser muy conscientes de ello, la aprobación y el reconocimiento de los demás y suelen tener dificultad para ser ellas mismas y poder expresar con libertad aquello que piensan, sienten y necesitan en sus relaciones interpersonales, así como para poder decir “no” al otro sin sentirse mal por ello.

En ocasiones las personas que esconden en su interior sentimientos de baja autoestima, suelen ocultárselos a sí mismas mediante el uso de diferentes  mecanismos de defensa, (negación, intelectualización, fantasía, etcétera) incluso haber creado a su alrededor una coraza defensiva, para protegerse de la amenaza (a menudo fantaseada) frente a posibles rechazos sociales, incluso a críticas personales u opiniones que cuestionen sus creencias.

Las personas con Baja Autoestima suelen experimentar ansiedad ante situaciones de intimidad y afectivas. Esto se debe a la dificultad que experimentan a la hora de sentirse seguras y espontáneas en sus relaciones interpersonales.


 Las causas que explican una Baja Autoestima (más o menos reconocida por la persona) son muy variables y numerosas, por lo que durante la Psicoterapia se hace necesaria la construcción de hipótesis sobre los motivos que desencadenaron estos sentimientos.

Causa Y Efecto

Logros personales
¿Qué son los logros personales? Son los diferentes objetivos que has cumplido a lo largo de tu vida y que aumentan tu nivel de bienestar.

Hay logros personales de diferente tipo:

Algunos pueden ser considerados cotidianos como aprender a leer y escribir, caminar, conducir, etcétera. Sin embargo cualquier objetivo siempre tiene un nivel de mérito, porque se ha necesitado un esfuerzo para aprender a hacerlo bien. Un conjunto variado de logros es la base del desarrollo personal.
Ejemplos de logros personales:
Terminar una carrera.
Encontrar el primer empleo.
Ganar una medalla olímpica.
Iniciar un negocio y llevarlo al éxito.
Formar una familia.
Alcanzar la libertad financiera.
Comprar una vivienda.
Entrenarse para correr una maratón y hacerlo.
Etcétera.

Los logros personales vinculados con tu nivel de autorrealización.
Según la pirámide de necesidades de Maslow el nivel más alto al que aspira un ser humano es la autorrealización.

La autorrealización incluye logros personales al más alto nivel, por ejemplo:
La consolidación de la carrera profesional, cumplir grandes metas, alcanzar el éxito y en general hacer realidad lo más elevados sueños que una persona pueda tener.


Tus logros personales son fruto de la ley de causa y efecto. Esto significa que los eventos circunstanciales no existen. Lo que has conseguido hasta ahora es producto de ti mismo. Si asumes un gran nivel de responsabilidad personal, tienes mayores posibilidades de triunfar, porque no aceptarás las excusas y buscarás las estrategias que te lleven al éxito.

jueves, 23 de mayo de 2019

El Astro Rey


Adentrarnos en el simbolismo del Sol en las culturas antiguas es descubrir una forma sagrada de ver la naturaleza y los conocimientos profundos que encierra. No es casualidad que muchas de nuestras costumbres sean vestigios de aquella visión sagrada que tuvieron muchos pueblos del astro rey.

Es de fácil apreciación que el Sol ha sido objeto de reverencia en todas las culturas antiguas. Lo encontramos en América, Japón, India, Egipto, África, Europa… Es algo universal. Incluso aún hoy mantenemos costumbres que vienen de antiguos cultos solares: el encender una velita para pedir protección o rogar por el bien de alguien, el hacer hogueras en algunas fiestas tradicionales, etc. 

También guarda relación con ello el acudir a lugares simbólicos: en los solsticios, la gente acude a Stonehenge; en India, se van a bañar en los ríos; en Japón se dirigen en Año Nuevo a la costa para ver el Sol nacer, etc.

Sin embargo, estas costumbres, por lo menos en Occidente, han perdido el carácter profundo y sagrado que tuvieron en la Antigüedad y que les dieron origen. ¿Qué nos separa realmente de estas culturas distintas y lejanas en el tiempo que han otorgado un valor sagrado al Sol?

Comúnmente escucharemos que era natural que estos pueblos prestasen reverencia al Sol, ya que dependían de la agricultura para subsistir. Así, por no poseer conocimientos científicos, creían que era un dios que les otorgaría o no la dicha y la abundancia.

Pero ¿y si conocían leyes y ciencias y fruto de este conocimiento quizás fuera natural agradecer y ofrendar a este ser que por su propia voluntad y amor proporcionaba todo lo necesario para la subsistencia y desarrollo de la civilización?

Para seguir tal planteamiento es importante considerar que la verdad actualmente la buscamos a través de la ciencia y nos llega revestida de una determinada forma, la científica. Antiguamente la verdad fue investigada de otras formas. Por lo tanto, se nos presenta envuelta en otros diseños. No por ello tratamos de verdades distintas, de esencias distintas, sino que, muchas veces, estaremos hablando de lo mismo. Y una de las verdades que compartimos con estos pueblos antiguos es la de que el Sol es la fuente de toda la vida, y de su existencia depende la nuestra.


Siendo así, bajo el Sol somos iguales. Y para entender la profundidad y el carácter sagrado que se le dio, es fundamental entender dos ideas que están en el trasfondo de todos los cultos solares antiguos: el Sol es fundamental para la vida en todos los planos y el Sol es un ser vivo.

El Ser Honesto


¿Quiénes somos? ¿Cómo actuamos en nuestro hogar el resto de las personas? ¿Qué criterio tenemos de nosotros mismos? Estas y otras interrogantes tendrán puntos convergentes en la respuesta acerca de la honestidad como cualidad, pues ser honestos es vivir en correspondencia con lo que pensamos, nuestra conducta revelará la transparencia de ser con los demás y con nosotros mismos. 

Sembrar a nuestro paso por la vida acciones generadoras de relaciones humanas, basadas en la sinceridad como precepto inviolable sin dobleces, poniéndonos a prueba a diario para movernos entre los compromisos y las obligaciones con respecto a la palabra empeñada, teniendo como escudo la sinceridad, la discreción y la seriedad ante las confidencias en la vida personal o profesional, deberá ser la razón de ser de nuestras vidas en los pequeños y grandes momentos, porque desde la niñez se forja la personalidad del individuo.

Es importante y marca la existencia humana la conducta de los hombres y mujeres y si hablamos de ser honestos, entonces no podemos convivir entre murmuraciones de los demás, ni incumplir con el pago de acciones ya sea en obras o en dinero, si en ello empeñamos nuestra palabra, o fijamos el compromiso moral ante los demás.

Debemos vivir esgrimiendo siempre la verdad y comportarnos leales a las normas que marcan la convivencia entre compañeros de trabajo, la escuela y por supuesto, la familia. También se incluyen nuestras relaciones más íntimas o secretos, por lo que nuestro modo de actuar será siempre recto y nos permitirá obrar de forma clara con todos si nos guiamos por la verdad, lo que constituye el primer paso para ser honestos.
              


Estigmas Sociales


La sociedad construye dentro de los parámetros de imagen, la figura y el rol que deben desempeñar ciertas personas. Generalmente para los adultos mayores estas concepciones no son positivas e incluso llegan a ser discriminatorias. Este proyecto ha identificado que estos problemas se reproducen en los niños, ya que se les enseña que llegar a la vejez es algo malo.

Para la aplicación del instrumento se contó con la participación de 500 alumnos de entre 15 y 20 años. «Un ejemplo de los 30 reactivos que se les solicitó llenar y que estaban en forma de paráfrasis era Los adultos mayores se aíslan, en donde la mayoría respondió que sí. Esto nos indica que muchas veces, sin darse cuenta, los jóvenes se hacen partícipes de ésta exclusión», explicó, «además, al pedirles que se dirigieran hacia los adultos mayores con adjetivos positivos les era muy difícil. Por el contrario, les resultaba más sencillo encontrar adjetivos negativos», agregó.

La sobrevaloración a la juventud y a las formas estéticas marcadas en publicidad y marketing, señaló David López, contribuye también a este proceso de marginación, es decir, el mínimo rasgo de vejez como una cana o una arruga es visto de manera negativa, dando pie al alto consumo de productos para que las personas mayores retrasen el proceso de envejecimiento.


Mediante esta investigación se propone el establecimiento de nuevos roles en donde se mejore la calidad de vida de los adultos mayores, incluyendo su bienestar psicológico, a través de la implementación de talleres en escuelas primarias y así disminuir el ejercicio del estereotipo negativo, y enseñar a los niños que este sector también forma parte de la sociedad y que el envejecer es un proceso natural y parte de la vida.

Tozudez Humana

El viento susurró en mis oídos los caminos que mis pasos debían seguir al andar, caminos de limpio asfalto que harían que mis pies rasguñados dejaran de sufrir por frías piedras puntiagudas que había en caminos que nunca debí seguir.

Mientras el viento susurraba yo sonreía porque sabía que tenía razón, no tenía ningún sentido seguir un camino empedrado que no llevaba a ninguna parte, en su final solo había un callejón oscuro, no había salida, solo me quedaría mirar en todas direcciones y darme cuenta de que ya no podría salir de allí, ni siquiera volver hacia atrás ya que el camino se cerraría a mis espaldas y entonces sí sería el fin, me quedaría solo, envuelto en mi propia ignorancia, en mi propio error, envuelto en una tonta decisión que debería haber pensado más de dos veces.

Pero a los humanos nos gustan tanto las decisiones tontas…
El viento ya me ha aconsejado, ya me ha dicho qué debo hacer, qué camino debo seguir, y yo, tozudo como solo el ser humano puede serlo, aún quiero seguir el camino empedrado, aun sabiendo que justo al lado está el camino asfaltado, aun sabiendo que al final del camino que quiero seguir solo hay una profunda oscuridad que me golpeará, que me dejará tirado. Y aun así…

Creo que lo único que le hace frente a la estupidez humana es un buen golpe, uno que te deje completamente tirado, algo tan fuerte como esa profunda oscuridad que me espera al final del camino, quizá necesite llegar al callejón sin haber recorrido el camino. Quizá…


Odio la tozudez y la estupidez humana, odio que quiera ir por el camino asfaltado pero necesite ir por el camino lleno de piedras puntiagudas, odio que primero necesite recibir el golpe para poder dar yo el siguiente, odio que haya tantos y tantos caminos que terminen en callejones oscuros sin salida.

Como La Hormiga

EL HOMBRE que proyecta hermosos edificios adquiere la fama de buen arquitecto. A la joven que sobresale en la escuela se la conoce como estudiante aplicada. Incluso quien no hace nada se gana la fama de haragán. Recalcando el valor de ganarse una buena reputación, la Biblia dice: “Vale más el buen nombre que muchas riquezas; la buena reputación es más estimable que el oro y la plata” (Proverbios 22:1, Bartina-Roquer).

La buena reputación es el resultado de muchas obras pequeñas realizadas en el transcurso del tiempo. Sin embargo, todo lo que se necesita para perderla es un acto insensato. Un solo incidente de inmoralidad sexual, por ejemplo, puede acabar con ella. En el capítulo 6 del libro bíblico de Proverbios, el rey Salomón del antiguo Israel nos previene contra las actitudes y acciones que pueden echar a perder nuestra reputación así como dañar nuestra relación con Jehová Dios. Entre estas se cuentan los compromisos irreflexivos, la pereza, el engaño y la inmoralidad sexual, en esencia, actos malos que Jehová odia. Seguir este consejo nos ayuda a proteger nuestra reputación.

Evitemos los compromisos irreflexivos
El capítulo 6 de Proverbios empieza con estas palabras: “Hijo mío, si has salido fiador por tu semejante, si has dado tu apretón de manos aun al extraño, si has sido cogido en un lazo por los dichos de tu boca, si has sido atrapado por los dichos de tu boca, toma estas medidas, entonces, hijo mío, y líbrate, porque has caído en la palma de la mano de tu semejante: Ve y humíllate, e inunda con importunaciones a tu semejante” (Proverbios 6:1-3).

Este proverbio nos previene contra involucrarnos en negocios ajenos, especialmente de extraños. En efecto, los israelitas tenían que ‘sustentar al hermano que empobrecía y se hallaba económicamente débil’ (Levítico 25:35-38). Pero algunos israelitas con iniciativa emprendían aventuras comerciales especulativas y conseguían apoyo económico al convencer a otras personas de que los avalaran, responsabilizándolas así de la deuda. Hoy pueden presentarse situaciones similares. Por ejemplo, las instituciones financieras suelen pedir un cosignatario antes de aprobar un préstamo que consideran arriesgado. Es muy imprudente comprometernos con precipitación, pues podemos entramparnos económicamente y también perjudicar nuestra reputación ante los bancos y otros acreedores.

Pero ¿y si nos hallamos en un aprieto por haber actuado de una manera que al principio parecía prudente pero que, después de un examen más cuidadoso, vemos que no lo es? El consejo es dejar aparte el orgullo y ‘humillarse e inundar con importunaciones a nuestro semejante’, es decir, con reiteradas peticiones. Debemos hacer todo lo que podamos por arreglar la situación. Una obra de consulta lo expresa así: “Revuelva cielo y tierra hasta que llegue a un acuerdo con su adversario y arregle el asunto, de modo que su compromiso no se vuelva contra usted o los suyos”. Eso debe hacerse sin demora, pues el rey añade: “No des sueño a tus ojos, ni adormecimiento a tus radiantes ojos. Líbrate como una gacela de la mano, y como un pájaro de la mano del pajarero”(Proverbios 6:4, 5). Mejor es retirarse de un compromiso imprudente, si es posible, que dejarse entrampar por él.

Seamos industriosos como la hormiga
“Vete donde la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio”, aconseja Salomón. ¿Qué sabiduría podemos conseguir del modo de obrar de la diminuta hormiga? El rey responde: “Aunque no tiene comandante, oficial ni gobernante, prepara su alimento aun en el verano; ha recogido su abastecimiento de alimento aun en la siega” (Proverbios 6:6-8).

Las hormigas tienen una organización maravillosa y cooperan muy bien unas con otras. Recogen instintivamente el alimento para el futuro. No tienen “comandante, oficial ni gobernante”. Es cierto que hay una hormiga reina, pero lo es solo en el sentido de que pone los huevos y es madre de la colonia. No da ningún tipo de órdenes. Aun sin capataz que las obligue ni supervisor que las controle, las hormigas trabajan incansablemente.

¿No deberíamos nosotros ser industriosos también como la hormiga? Trabajar arduamente e intentar mejorar la calidad de nuestro trabajo nos beneficia, sea que nos supervisen o no. Efectivamente, en la escuela, en nuestro lugar de trabajo y cuando 
participamos en actividades espirituales, debemos hacerlo todo tan bien como nos sea posible. Tal como a la hormiga le beneficia su laboriosidad, Dios quiere que nosotros ‘veamos el bien por todo nuestro duro trabajo’ (Eclesiastés 3:13, 22; 5:18). La conciencia limpia y la satisfacción personal son las recompensas del trabajo arduo (Eclesiastés 5:12).


Salomón se vale de dos preguntas retóricas para despertar al perezoso de su indolencia: “¿Hasta cuándo, oh perezoso, te quedarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?”. Imitando su modo de hablar, el rey añade: “Un poco más de sueño, un poco más de dormitar, un poco más de cruzar las manos para estar acostado, y tu pobreza ciertamente vendrá justamente como algún vagabundo, y tu carencia como un hombre armado”(Proverbios 6:9-11). Mientras el perezoso está acostado, la pobreza se apodera de él con la rapidez de un asaltante y la escasez lo ataca como lo haría un hombre armado.

Los campos del perezoso pronto se llenan de mala hierba y de ortigas (Proverbios 24:30, 31). Sus empresas comerciales no tardan en sufrir reveses. ¿Por cuánto tiempo tolerará a un vago su patrono? ¿Puede esperar el estudiante perezoso tener éxito en la escuela?

miércoles, 22 de mayo de 2019

Encuentro Con Nosotros Mismos

Podemos hablar de nuestros encuentros con un poema, con una canción, con nuestro hogar, con un autor, con una institución, con un pueblo, con un paisaje, con un ideal, hasta con nosotros mismos, y todas esas son expresiones legítimas, que en última instancia nos conectan con las experiencias fuertes de encuentro, que siempre son entre dos o más personas.

¿Qué nos dice vivir la experiencia de “encontrarnos con nosotros mismos”? De entrada, nos descubre un hecho evidente y fundamental: que nacemos sin saber quiénes somos. «El hombre es un misterio para el hombre», dicen los clásicos, y la tarea más difícil, sostiene Sócrates, es «conocerse a uno mismo». La reconfortante experiencia de encontrarnos con nosotros mismos tiene, por lo tanto, su contrapartida dramática: si nos encontramos es porque antes estábamos perdidos.

En segundo lugar, el hecho de usar esa expresión parece indicar que hay determinadas situaciones que nos permiten re-conocernos en los otros. Es decir, que descubrimos algo fuera que, de repente, vibra en nuestro interior, despierta en nosotros algo desconocido, tal vez dormido, y que de inmediato –como nunca hasta entonces– re-conocemos como nuestro

Seguramente hemos vivido esta situación al convivir con nuestro padres, o con las personas que luego resultaron ser nuestros maestros, o con nuestras películas o canciones favoritas… en todos esos encuentros reconocemos un «¡esto es!», de forma que la intimidad del otro nos descubre la nuestra de un modo que nunca habíamos constatado.


En tercer lugar, al usar esa expresión damos a entender que cuando reflexionamos sobre nuestras acciones hay veces que no nos reconocemos en lo que hacemos y otras en las que reconocemos que fuimos auténticos

En nuestro interior descubrimos una dualidad que nos hace vernos a veces como «impostores» y otras veces como «auténticos», aunque muchas otras veces no somos capaces de distinguir esto con claridad. Ocurre por tanto que aunque la vida es «quehacer», y que ese quehacer es «libre», ni el quehacer ni la libertad son algo caprichoso, sino, más bien, algo «singular», único e intransferible.

El Pensamiento Desiderativo


Estamos continuamente tomando decisiones que tienen que ver con nuestro trabajo, nuestras relaciones… Pero, ¿crees que todas ellas son racionales y lógicas? A veces, no somos conscientes de que nuestro pensamiento es un pensamiento desiderativo en el que tienen un gran peso nuestros deseos.

«Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad»
-Ayn Rand-

Cuando deseamos un objeto o una situación, por ejemplo conseguir determinada meta o lograr tener esa casa que has visto y que no puedes sacar de tu mente, enviamos una señal a nuestro cerebro en la cual le indicamos que nos falta algo. Todas las decisiones que tomemos a partir de entonces estarán influenciadas por este deseo.

¿Qué ocurre entonces con la realidad? Esta se transforma para nosotros en lo que queremos y provoca que veamos todo lo que ocurre «a nuestra manera». No es difícil pensar en la cantidad de problemas que esto nos puede traer, no solo en el plano de las relaciones, sino también con relación al trabajo. La realidad es como es y por mucho que queramos verla con otros ojos no va a cambiar.

El pensamiento se vuelve esclavo del deseo

Puede parecer extremo, pero el pensamiento se vuelve esclavo de ese deseo que está en nuestra mente, sobre todo si ese deseo es muy grande. Cuando esto sucede, por muy racionales que nos creamos en el momento de tomar nuestras decisiones, esto no será así. Ya no vemos la verdadera realidad, sino que vemos lo que queremos ver.

El pensamiento desiderativo se basa en la ilusión y en la fantasía. De esta manera, no importa lo que realmente esté sucediendo, si vamos por el mal camino, si no estamos tratando bien a las personas, si estamos cometiendo errores… No podemos ver nada de esto porque estamos visualizando un mundo aparte, uno que imaginamos y hacemos real en nuestra mente.

A pesar de que el pensamiento desiderativo puede ser una forma de motivación, a veces también se vuelve una manera de evadir una situación que no nos gusta. Por ejemplo, imaginemos que en una relación de pareja -en la que todo va mal- queremos que todo continúe como antaño, cuando todo era mejor. Nuestro pensamiento recuperará los recuerdos de aquellas épocas donde la felicidad reinaba, las traerá hacia el presente e imaginaremos que así transcurre la relación ahora.

La realidad puede ser muy dolorosa y, por eso, de forma inconsciente, intentamos huir

Estamos viviendo en una fantasía sin quererlo y sin ser conscientes de que cerramos nuestros ojos ante lo que está pasando. En realidad, fingimos. Acabamos centrándonos en nosotros mismos, en nuestro propio deseo y acabamos olvidándonos de los demás. Esto provoca graves problemas en nuestro entorno.

Las trampas del pensamiento desiderativo

Tenemos que ser conscientes de que el pensamiento desiderativo nunca nace de la realidad, sino de lo que deseamos que sucediese. Pero, ser realistas es necesario para no caer en ciertas trampas que nos pueden provocar serios problemas en nuestra vida. Algunas de estas son las siguientes:

Te centras en la meta y no en el proceso: esto provoca que no seas capaz de ver los errores que estás cometiendo, aquello que estás haciendo mal y que si no lo rectificas no te llevará a un buen término. Al final aquello que tanto has deseado puede volverse en tu contra.

No comprobarás si es factible lo que quieres: cuando tenemos una meta o un sueño, lo primero que tenemos que hacer es verificar que este sea viable para no esforzarnos en vano y evitar decepciones. El pensamiento desiderativo impide que hagas esta valoración y permite a su vez que destines recursos a objetivos que no están a tu alcance.

Te frustrarás y te decepcionarás: el pensamiento desiderativo hace que vivas en un mundo de fantasía que, como tal, no es real. Esto provocará que cuando no te quede otra y tengas que ceñirte a la realidad te frustres y de decepciones. A pesar de esto, si tu deseo es muy fuerte continuarás en esta situación que te desgastará progresivamente.

Tarde o temprano, la realidad se hará presente, mucho más cruel y mucho más amarga

Si vivimos en este mundo de fantasía durante demasiado tiempo, llegará el momento en el que no sepamos distinguir qué es real y qué no. Habrá momentos en nuestras relaciones interpersonales en los que los demás intentarán abrir nuestros ojos. Esto será como una bofetada de realidad que te entristecerá. No acudas entonces de nuevo a la fantasía para sentirte mejor.

Nos encontramos en un mundo real del que no podemos escapar por mucho que queramos. Si tú no abres los ojos, las situaciones y las personas terminarán haciéndolo. Pero, es mejor que lo hagas por ti mismo, si no quieres acabar destrozado por el sueño en que te has visto sumergido tanto tiempo, una mentira que has creído real.

El pensamiento desiderativo es muy cómodo. Con él nos encontramos a gusto, justamente donde queremos estar. Pero, esto también nos transforma en personas cobardes que huyen de la realidad y de todo aquello que no queremos aceptar.





El Gusto De Sentirnos Útiles


¿La conoces? ¿Conoces esa maravillosa sensación de sentirte útil? Es algo realmente alentador para el ser humano. Ese sentido de utilidad, ese «estoy siendo útil para alguien», ese sentirse partícipe del cambio de otra persona, es algo muy valioso. Un oasis dentro de este temporal de egoísmo y falta de empatía en el que a veces vivimos.

Seguro que en más de una ocasión te has visto dudando sobre tu capacidad para hacer aportes interesantes a un proyecto. Te has preguntado ¿para qué valgo yo? ¿Qué puedo aportar al mundo? Bueno… este tipo de cuestiones requieren de una respuesta bien elaborada, de manera que la interioricemos y evitemos que las dudas se cronifiquen y se conviertan en el mejor caldo de cultivo para la inseguridad.

Nuestra existencia a veces queda relegada a una serie de pasos bien definidos y estructurados. Pasos que muchas veces hemos elegido sin desearlos realmente, pasos que otras veces eran los que creíamos debíamos tomar…

Muchas veces nos encontramos viviendo sin un propósito que sirva como una motivación intrínseca. Trabajamos por muchas razones: para ganar el dinero que cubra nuestras necesidades, ya sean reales o espejismos, para estar ocupados y sentirnos realizados en nuestro día a día, para establecer relaciones sociales, etc. Trabajamos en aquello que nos gusta, o trabajamos en aquello que no nos quedaba otro remedio trabajar para poder sobrevivir. Si es que tenemos la suerte de poder trabajar.

De una manera o de otra, para muchas personas el trabajo se convierte en una auténtica prueba de voluntad, ya que no les gusta nada. Una situación que asumen pero que no se cuestionan porque intuyen que si miran para abajo los metros de caída pueden ser muchos. Han dejado de preguntarse qué les emociona, qué les alimenta o qué podría enriquecer sus almas.

Sin embargo, también hay esperanza. A veces se produce ese «CLICK». Algo toca nuestro ser. Algo aparece bien nítido y definido. Un sentido de vida, un sentido de utilidad, ¡un motivo por el cual vivir! Vivir una vida digna de ser vivida, una vida bien vivida desde MI persona.

Esa sensación es maravillosa. Ese momento exacto en el que nos descubrimos a nosotros mismos siendo relevantes. El ser humano, como sabemos, es un ser social. Necesita de un buen apego en la infancia para poder tener una psique sana con la que desarrollarse en su adultez. Somos seres sociales por naturaleza.

Ayudando a los otros reafirmamos nuestras virtudes y habilidades

Ser útiles tiene que ver con crear o producir que se percibe como valioso, ya sea en nuestro mundo, en los alrededores o en las lejanías. Repercutir en los otros y serles de utilidad es una sensación que nos reafirma y nos conecta con aquello que es importante para nosotros. Muchas veces nos sentimos así a través de la profesión que desempeñamos, pero este no es el único ámbito de nuestra vida donde podemos sentirnos útiles.

Muchas personas descubren este sentido después de haber estado en múltiples trabajos, y llegan a la conclusión que estos trabajos no estaban alimentando sus necesidades más genuinas. Y es de manera azarosa como, en muchas ocasiones, acaban descubriendo ese sentido de utilidad. Se descubren ayudando a los demás y se encuentran, paradójicamente, a sí mismos en este movimiento.

Algo parecido a lo que sucede cuando estamos inmersos en una actividad y el mundo deja de existir. Solo existimos nosotros. Fluimos en esa actividad. Nos diluimos en ella. Nos llena tanto que dejamos de ser conscientes de lo que estamos haciendo para fluir y permitirnos ser.

Cuando somos genuinos y útiles en el mundo, sentimos plenitud

Cuando somos útiles de manera genuina, y el sentimiento tiene que ver con nuestras habilidades y nuestras fortalezas más auténticas y propias, generamos la sensación de que tenemos un poder potencial mucho más grande que el que nos correspondería si comparásemos nuestra insignificancia física con la inmensidad del Universo. Fluimos. Somos conscientes de que nos estamos ayudando -o de que estamos ayudando al otro- y eso nos llena de ilusión y alimenta de paz.

Por ello, ser agradecidos con quien nos ayuda -de una manera en la que lo perciba- es una actitud que no deberíamos obviar ni olvidar. La gratitud alimenta el propio corazón y el ajeno. Todavía estás a tiempo de descubrir dónde te encuentras siendo útil y a la vez sintiéndote en plenitud por ello. ¡Tienes todo tu presente por delante!

Mirando Hacia Adelante


Podemos mirar lo acontecido y de ahí sacar conclusiones y comprensión. Sin embargo, también puede ocurrir que nos quedemos enganchados del pasado a través de las emociones del arrepentimiento, el remordimiento, el resentimiento o la nostalgia; y es aquí cuando nuestro pasado se convierte en un obstáculo en nuestra vida, impidiéndonos disfrutar del presente y avanzar hacia el futuro.

Hoy en día se ha puesto de moda eso de vivir en el presente y en el ahora, y está muy bien. Las tradiciones espirituales de todos los tiempos nos hablan de la importancia de estar en el aquí y ahora en lugar de en los recuerdos del pasado o en las elucubraciones sobre el futuro. Realmente, la vida ocurre ahora; el pasado ya no existe y el futuro está por llegar. 

Sólo existe este instante fugaz que es imposible de apresar ya que fluye constantemente, pero en el que ocurre la vida. En este momento somos. Quienes fuimos en el pasado ya se diluyó y no es más que un mero recuerdo filtrado a través de mil y una interpretaciones que hacemos. Quienes seremos en el futuro, está por venir, y por mucho que elucubremos y planeemos, el futuro siempre será distinto a lo que hemos pensado.

Ahora bien, esta filosofía del presente se olvida de que los seres humanos tenemos esta capacidad, única entre todas las especies, de mirar hacia atrás y comprender, y de mirar hacia delante para decidir nuestros pasos. Y es importante que utilicemos esta capacidad porque comprender el pasado nos ayuda a vivir mejor nuestro presente y a plantear mejor nuestro futuro; y mirar hacia adelante nos permite ser en cierta medida arquitectos de nuestra vida.

Como en todo, creo que en el equilibro está la sabiduría. El presente es el punto medio, el punto de equilibrio, desde el que nos podemos mover hacia delante o hacia atrás, pero al fin y al cabo, el punto al que siempre volvemos porque si no lo hacemos y pasamos demasiado tiempo en el pasado o en el futuro, nos perdemos la vida, que única y exclusivamente ocurre en el ahora.

Retomando de nuevo la cita de Kierkegaard, “la vida ha de ser vivida mirando hacia delante”, a lo que yo añado: pero estando en el presente. Es como cuando conducimos, vamos mirando hacia delante, no al espejo retrovisor, esto último lo hacemos sólo de vez en cuando; pero si no estamos en el presente, nos perdemos los lugares por los que vamos pasando y el disfrute de todo ello.


Si quieres vivir plenamente y disfrutar de la vida, ánclate firmemente en el presente, vívelo con todo lo que en él haya, y siempre mira hacia delante sintiendo que en una buena medida eres el arquitecto o la arquitecta de tu destino.