He leído en innumerables ocasiones el maravilloso poema de Robert Frost titulado
«The Road Not Taken» / «El camino no elegido», y en cada una de las ocasiones
que lo he leído no he podido evitar reflexionar sobre la importancia que tienen
para nuestra vida y nuestra realización personal las elecciones que hacemos
sobre que camino tomar cuando aparecen frente a nosotros diferentes opciones.
En una sociedad como la actual, donde todo tiende a
unificarse, y son las modas las que marcan para una gran mayoría su modo de
actuar, resultan más vigentes que nunca las palabras del poeta en el último
verso del poema:
La opción «fácil» en la vida suele ser elegir siempre el
camino que recorre la mayoría. Eso simplemente supone en la mayor parte de los
casos «dejarse llevar».
Es el camino cómodo compuesto generalmente por todo
aquello que queda dentro de nuestra zona de comodidad, o por lo que marcan las
modas, o por lo que nos vende la publicidad y los medios.
Pero es una clase de
camino que a pesar de su aparente facilidad difícilmente conduce a la verdadera
realización y plenitud. Es una clase de camino que raramente nos empuja a tener
que crecer para desatar en cada instante lo mejor de nosotros mismos.
Es un
camino que generalmente conduce con el tiempo a formularnos la más temible de
las preguntas… ¿Qué hubiese podido ser mi vida si me hubiese atrevido a poner
en juego todo mi potencial?… Ojalá jamás te tengas que enfrentar a una pregunta
de ese tipo.
Por eso, siempre he defendido que es en «el camino menos
transitado», aquel que está en sintonía con nuestros verdaderos valores,
aspiraciones, anhelos y sueños, donde se encuentra la llave hacia la verdadera
felicidad y realización. Es un camino poco transitado porque es sencillamente
«tu» camino.
Solo tú sabes realmente cuales son esos anhelos profundos de tu
corazón y solo a ti te corresponde tomar una decisión comprometida y verdadera
para alcanzarlos. Este es un camino ajeno a las modas, los comentarios de los
demás, lo generalmente aceptado,… Y suele ser un camino que requiere poner en
juego lo mejor que hay en ti para ser recorrido.
Todos en algún momento de nuestras vidas llegamos a uno de
esos puntos en los que aparecen frente a nosotros varias opciones para elegir.
Y es en esos momentos cuando tenemos que tener el suficiente coraje para
escuchar esa voz interior que siempre está ahí para en forma de intuición decirte…
¡Atrévete! ¡Toma el camino hacia tu verdadera realización personal! ¡Ha llegado
el momento de poner en juego todo tu máximo potencial!
Repitiendo las frases del poeta:
“Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia”.
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia”.
Elige tu propio camino. Será el menos transitado. Pero su
destino es claro: tu auténtica realización personal y la felicidad.
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