A lo largo de nuestra vida, la cultura que vivimos, la sociedad en la que habitamos, las enseñanzas que recibimos y nuestra propia experiencia, van formando un tejido de valores que son los que han de guiar nuestros pasos y definir quiénes somos.
Los valores son creencias que nos hacen elegir una cosas sobre otras, unas circunstancias sobre otras, a tener una opinión y definir las metas que deseamos alcanzar. Establecer lo que es la base de nuestros pensamientos y creencias, es fundamental para nuestro desarrollo como personas y para que exista una coherencia entre lo que pensamos y cómo actuamos.
“Procure no ser un hombre con éxito, sino un hombre con valores.”
-Albert Einstein-
Identifica tus valores y conócete a ti mismo
¿Qué es lo más importante para ti? Piensa en los valores que son prioritarios en tu vida y escríbelos. Puede ser: la familia, la amistad, el trabajo, la honestidad, la paz interior, el desarrollo personal, la integridad, la fama, la aventura, los logros, las metas… Pueden ser estos u otros muchos, que puedes añadir en función de lo que tú valoras más.
Para definir e identificar tus propios valores, piensa en aquellas cosas a las que si no les dieras prioridad, te sentirías mal contigo mismo. Son cosas fundamentales para ti, sobre cualesquiera otras. A lo mejor valoras sobre todas las cosas a tu familia sobre tu trabajo, sobre otras personas, ya que te proporciona seguridad, apoyo, protección. Quizás valoras tu trabajo como fuente de seguridad y estabilidad, como una forma de sentirte realizado.
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.”
-Jean Paul Sartre-
Todo lo que te define como persona deriva de los valores que tienes en la vida, de todas aquellas cosas a las que das más importancia y que guían todos tus actos, los caminos que eliges y las personas con las que te relacionas.
Hazte preguntas para definir tus valores
Una forma sencilla para definir tus valores es haciéndote preguntas que te van a permitir conocer qué es lo esencial para ti, que tiene más importancia sobre otras cosas. Puedes plantearte preguntas como las siguientes:
¿Cuáles son las tres personas que más admiras y por qué las admiras? ¿Cuál es la decisión que has tomado a lo largo de tu vida con la que te has sentido más orgulloso y por qué? ¿Cuáles fueron las consecuencias de esa decisión?
¿Cuál es la decisión de la que más te arrepientes y por qué? ¿Cuáles son tus metas o tus objetivos en este momento y por qué son importantes para ti? ¿Cuáles son las personas que menos admiras y qué características tienen?
Con las respuestas a estas preguntas podrás identificar tus valores, ya que verás como algunas respuestas serán las mismas. Esto te permitirá identificar de tres a seis valores que son fundamentales para ti. Pero es necesario que te tomes tu tiempo, que pienses detenidamente cada respuesta y sobre todo, que seas muy sincero.
Una vez definidos los valores que son fundamentales para ti, es hora de ver si estás actuando conforme a esos valores, y de ser consciente de la necesidad de coherencia entre esas creencias que son la base de tu vida y los actos que van conformando tu personalidad y quién eres en realidad.
Para ver si estás dando prioridad a lo que realmente le das importancia, puedes ver cómo reaccionas ante determinadas situaciones. Por ejemplo, si alguien critica tu forma de vestir y te molesta, quizá tu valor sea la aceptación. Es decir, se trata de ver qué nos hace reaccionar, qué nos molesta, para bien o para mal. Ahí encontraremos el germen de nuestros valores.
Si vas a establecer prioridades, es necesario que pienses si vives acorde a lo que más aprecias. Por ejemplo, si aprecias pasar tiempo con tu familia y amigos y disfrutar de ti mismo, pero tienes una jornada laboral de setenta horas, no estás siendo coherente con tus valores personales, no estás priorizando lo que realmente te importa.
Si tu prioridad son tus hijos pero no pasas tiempo con ellos o no sabes qué han hecho en el colegio, hay algo que no está funcionando correctamente. No estás siendo sincero contigo mismo.
Lo esencial es saber qué es importante para ti, no pensar en qué quieren los demás, o qué es lo que otras personas consideran que es importante para ti. Una vez que lo tengas claro, no temas las críticas de los demás, se trata de ti y de tu vida.
Tener valores y vivir conforme a ellos, requiere un gran coraje, cada día te enfrentarás con retos que pondrán en duda lo que basa toda tu vida, cada día encontrarás a personas que te harán cuestionarte quién eres, pero si tienes la valentía de vivir conforme a lo que piensas y sientes, serás coherente contigo como persona y podrás tener una vida satisfactoria y feliz.
“Cada día me miro en el espejo y me pregunto ¿SI hoy fuera el último día de mi vida, querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si las respuesta es “no” durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.”
-Steve Jobs-
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