Todos tenemos días en los que la vida parece ir mal. Creemos
que no lograremos nuestras metas, los plazos se nos echan encima y además,
sentimos que no tenemos a nadie de nuestro lado. Es muy fácil caer en
prácticas destructivas cuando estamos en esos estados negativos, lo cual nos
mete en una espiral descendente sin fondo en la que vemos las cosas ponerse
cada vez peor.
Aunque es verdad que es más fácil hacer cosas que nos lleven
al pesimismo,
también lo es que tenemos la posibilidad de revertir esa tendencia. Para ello,
ten en cuenta estos consejos:
1) Tómate un respiro. No seas tan duro contigo mismo.
Cuando cometemos un error o no podemos terminar un trabajo a tiempo,
frecuentemente recordamos todas las ocasiones anteriores en que esto ha
sucedido y como consecuencia lógica, nos desesperamos. Durante un mal día, si
detectas que te estás juzgando demasiado duramente, detente ahí, tómate un
descanso y continúa más adelante.
2) Haz ejercicio. Aunque a algunos les parezca extraño,
una excelente solución en medio de un día catastrófico es levantarse y correr
(o simplemente caminar, si es lo que tu estado físico te permite). Si no puedes
salir, solamente levántate de la silla y haz algunos ejercicios de estiramiento
al tiempo que respiras profundamente. Recuerda que tu cerebro requiere
suficiente oxígeno para funcionar adecuadamente y realizar las conexiones
necesarias. Proporciónaselo.
3) Recurre a tus seres queridos. Si te es difícil ir a
visitarlos en el momento, toma el teléfono y comunícate. Nada mejor para alejar
a los fantasmas que el calor humano. No desestimes el valor de las palabras
cálidas de un familiar o un amigo cercano. Obran milagros.
4) Ríete con ganas. Cuando pasamos temporadas
difíciles, reír se convierte en una tarea muy difícil, ¿verdad? Es por eso que
tenemos que buscar alguna fuente de diversión que nos facilite la carcajada.
Si
bien en esos momentos se nos suele antojar ver una película romántica o un
drama que combine con nuestro estado de ánimo, lo más recomendable es ver una
de esas comedias ligeras que nos haga reír por reflejo. Sigue esta línea y te
sentirás más liviano después.
5) Come sano. Sí, claro, come alimentos saludables. La
mayoría de las veces, al enfrentar una cantidad inusual de trabajo o tratar de
finalizar un escrito particularmente difícil, nos armamos de comida
chatarra para que nos acompañe. Esto nos lleva a sentirnos mal
con nosotros mismos, resultado a todas vistas contraproducente. Sin embargo, si
podemos preparar un plato de verduras crudas, o una colorida selección de
semillas, nuestro cuerpo contará energía extra de la mejor calidad y nos
resultará más fácil mantener un estado de calma.
6) Presta atención a tu respiración. ¿Sabías que con el
miedo, la rabia, la desesperación o el agobio, dejamos de respirar por
momentos? Esta es una respuesta fisiológica que podemos evitar si recordamos
relajarnos y respirar en forma profunda y consciente, aun en la situación más
estresante. Nuevamente, el cerebro necesita oxígeno para ordenar tu propio
universo. No se lo niegues.
7) Logra alguna meta (por pequeña que sea). A veces lo
único que necesitamos para volver a sentir nuestro valor real es tener un
pequeño logro durante el día. Por ejemplo, en el caso de que, debido a lo
abrumador de una tarea importante, hayas olvidado las pequeñas cosas, detente y
arregla tu cuarto. Curiosamente, el simple hecho de tener un espacio ordenado y
haberlo logrado a pesar de la presión te hará sentir que eres capaz de muchas
otras cosas y retomarás lo demás con mayor entusiasmo.
Como ves, son varias las acciones que podemos emprender
para mitigar las presiones que sentimos ante los compromisos de la vida diaria. Lo
importante es no sentirse vencido, sino proponernos cumplir con estos detalles,
que si bien pequeños, pueden animarnos enormemente.
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