Todos los días recibo, como mínimo, un e-mail de alguien que
acaba de encontrar el blog y que me cuenta que no está contento con su
situación actual, pero que no sabe qué quiere hacer con su vida. Luego me pide
que le de algún consejo.
Siempre que leo estos correos me viene a la mente un
fragmento de El manantial en el que Peter Keating (el malo) está
dudando entre irse a estudiar con una beca a la Escuela de Bellas Artes de
París o aceptar una oferta para trabajar en uno de los estudios de arquitectos
más importantes de Nueva York. Como no quiere tomar la decisión equivocada, le
pide consejo a Howard Roark (el bueno), que le responde lo siguiente:
«Si quieres mi
consejo, Peter, ya te has equivocado. Preguntándome a mí. Preguntándole a
cualquiera. Nunca le preguntes a la gente. No sobre tu trabajo. ¿No sabes lo
que quieres? ¿Cómo puedes soportar no saberlo? ¿Cómo puedes soportar que otros
decidan por ti?»
Yo no creo que preguntar a otros ni pedir consejo sea una
equivocación, pero sí que estoy totalmente de acuerdo con Roark en que al final tú eres el que debe decidir qué es lo que
quieres hacer con tu vida; nadie más puede hacerlo por ti.
Por eso, cuando respondo a una de estas personas, siempre
les dejo claro de que yo no soy nadie para decirles qué es lo que deben o no
deben hacer, y que lo único que puedo hacer es plantearles una serie de
preguntas que les ayuden a tomar una decisión por ellos mismos.
Como me da la impresión de que muchos jóvenes hoy en día se
sienten perdidos, bloqueados y sin saber qué hacer, en este post me gustaría
compartir con ellos los pensamientos, creencias y ejercicios que me ayudaron a
mí en su momento.
1. Relájate
Miras a tú alrededor y ves que todo el mundo tiene
perfectamente claro qué es lo que quiere y hacia donde va. Todo el mundo… menos
tú, claro. Así que llegas a la conclusión de que el problema deber ser tuyo,
que has nacido defectuoso, y eso te hace sentir muuuuy mal.
Y te preguntas « ¿cómo saber lo que quiero y ser como el
resto del mundo?». Ese mundo lleno de personas perfectas que tienen objetivos
alineados con sus valores y su filosofía de vida.
Pues déjame contarte un par de secretos:
Has nacido completo y sin defectos. No te pasa ABSOLUTAMENTE
NADA. Tener épocas de poca claridad es lo más normal del mundo.
El 99% de la población vive con el piloto automático
encendido y no tienen ni idea de qué es lo que quieren. A ti
te da la impresión de que lo tienen muy claro, porque sólo ves su lado bueno y
los seres humanos siempre tendemos a pensar que la hierba crece más
verde al otro lado de la valla, pero créeme: en el fondo la mayoría de la
gente está más perdida que tú, que al menos te has parado a pensar sobre ello.
Así que sacúdete toda la presión, relájate y empieza a
sentirte bien
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