Asertividad es la capacidad para expresar propias opiniones,
los sentimientos y las emociones sin
complejos, de una manera tranquila, sin agresividad, temor o ansiedad,
permitiendo a una persona autoafirmar sus derechos como individuo,
evitando ser manipulado y sin necesidad de manipular a los demás.
La asertividad no tiene nada que ver con la necesidad de
aprobación; si soy asertiva no estoy buscando con mi conducta el beneplácito de
los demás, sino que estoy expresando mis propias opiniones aunque esto implique
desacuerdos con otras personas.
Cuando expreso lo que siento y pienso con tranquilidad y sin
tapujos, me siento bien, desaparece el nerviosismo y la tensión. La asertividad
tiene un efecto contrario a la ansiedad; cuando actúo asertivamente se produce
un efecto anti ansiedad que hace que me calme manejando cualquier situación de
manera más efectiva y equilibrada.
La asertividad es innata y aprendida, de manera que el camino
hacia la asertividad, puede convertirse en un aprendizaje, un proceso nuevo de
descubrimiento de las potencialidades que se tienen en una relación consigo
mismo es un comportamiento aprendido.
Si corremos con la suerte de contar con buenos modelos de personas
asertivas durante nuestra infancia,
será natural para nosotros desarrollar ese hábito, de otra manera posiblemente
nos encontremos en la situación de desear cultivarlo.
En el mundo complejo como este, es necesario que seamos
asertivos, sino, tanto nuestros derechos, como nuestras obligaciones acabaran
dominándonos.
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