Los principios y
los valores son en esencia creencias que guían nuestras decisiones y nuestra
visión del mundo. Desde que nacemos, esas creencias nos han formado y han
definido quiénes somos y lo que hacemos. Algunos viven por los principios y
valores de la religión en que se criaron. Otros elijen alguien como modelo y
siguen su filosofía. Gandhi. Mandela. Steve Jobs. Hitler. Marx. La Madre
Teresa. Bono. Bin Laden. Todo el mundo sigue algún conjunto de principios y
valores, más probablemente una ensalada de varios que absorbió a lo largo de la
vida.
No existe quien
viva sin principios. Cuando alguien dice: «Fulano no tiene principios» – en
realidad está diciendo que esa persona tiene malos principios. Los ladrones,
los traficantes, los violadores, también tienen sus principios, por los cuales
justifican lo que hacen.
Concluyendo
entonces que nadie vive sin principios y valores, la pregunta es: ¿por cuáles
vive usted? Y también importante: ¿es posible dejar principios antiguos y
adquirir nuevos?
Respondiendo la
última pregunta primero: sí, es posible. Usted probablemente ya cambió algunos
a lo largo de la vida, para mejor o para peor. Normalmente cuando cambiamos
nuestros principios y valores, ese momento se convierte en un punto de cambio
en nuestras vidas – tamaño es el poder que tienen de influenciarnos.
Por eso la primera
pregunta es crucial: ¿Cuáles son los principios y valores por los que usted
escogió vivir?
La inteligencia
espiritual me enseña que si los principios y valores dictan mi vida, y yo
quiero tener la mejor calidad de vida posible, entonces debo adoptar los
mejores principios y valores que existan.
¿Dónde
encontrarlos? ¿Quién los tiene? ¿Cómo saber que realmente son los mejores?
Los resultados
comprueban los que son buenos o malos. Los principios y valores que más han
cambiado vidas para mejor son, sin ninguna duda, los principios de Dios.
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