La capacidad de
comprender nos acompaña durante toda nuestra existencia y representa una de las
expresiones más significativas del conocimiento humano. Gracias a ella
disfrutamos de las bondades de la ciencia y la tecnología, los goces del arte y
todas las humanidades, hasta nuestro entorno histórico eco sociocultural
variado que nos toca significar.
Sin embargo, no siempre adquirimos las
suficientes habilidades y destrezas de comprensión lectora, debido a que los sistemas
educacionales no nos aseguraron las mismas, o no tuvimos las suficientes
motivaciones personales y sociales para asumir con éxito el reto.
Así lo
reflejan las pruebas aplicadas en nuestros sistemas escolares en los países
denominados en desarrollo y lo que se encuentran en vías del mismo, sobre todo
aquellos países que reflejan ciertas deficiencias en asegurar una educación de
calidad en los primeros años de escolaridad.
No comprender lo
que se lee es una experiencia frustrante, es como caminar en plena oscuridad
sobre todo en la experiencia escolar. Leer y no comprender es tal vez una de
las causas del fracaso escolar que ha causado un impacto negativo de
proporciones mayores en las reformas que experimentan sobre todo los sistemas
educativos latinoamericanos.
Una mayoría de estudiantes de todos los niveles y
modalidades comprueban que la lectura no es una actividad que produzca
felicidad, al contrario termina por convertirse en un acompañante tedioso,
incómodo y hermético por lo que generalmente se abandona la lectura de textos
que son fundamentales en el proceso de formación y capacitación humana.
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