Las psicotrampas son trampas psicológicas que
los seres humanos nos tendemos a nosotros mismos, en forma de pensamientos
o comportamientos que nos atrapan y nos causan un enorme sufrimiento.
En el post de hoy vamos a explicar una
psicotrampa en la que los seres humanos caemos con suma facilidad: "Insistir en
soluciones que no tienen éxito", o lo que es lo mismo, "cuando la solución
se convierte en el problema".
Cuando los seres humanos nos enfrentamos a una dificultad,
solemos poner en marcha una serie de conductas con la que intentamos
darle una solución. En ocasiones, la estrategia que adoptamos resulta
contraproducente, de manera que no sólo no resuelve nuestra dificultad sino que
la mantiene o incluso la agrava.
Si a pesar de
nuestro fracaso seguimos pensando que "nuestra solución
intentada es la ideal" y que "si ésta no ha dado resultado es
porque no hemos insistido lo suficiente", continuaremos aplicando con
mayor intensidad la misma solución
ineficaz, es decir, seguiremos haciendo "más de lo
mismo", lo que acabará convirtiendo nuestra
dificultad inicial en un auténtico problema.
Aunque pueda parecernos absurdo que alguien
pueda insistir en soluciones ineficaces que terminan convirtiéndose en
problemas, existen numerosos ejemplos de nuestra vida cotidiana en los que se
manifiesta esta psicotrampa.
Por ejemplo, si sentimos que tenemos
poca comunicación con nuestra pareja, podemos intentar ponerle
remedio volviéndonos más locuaces y exigentes. Estos comportamientos
suelen provocar que nuestra pareja se agobie y se vuelva más reservada, lo
que nos confirma que en nuestra pareja hay poca comunicación y que
debemos hablar más y exigir un mayor diálogo. Entramos entonces en un
ciclo sin fin en el que exigimos diálogo porque nuestra pareja no habla,
pero ésta no habla porque se siente presionada.
Otro ejemplo lo podemos observar
cuando intentamos corregir con mano dura el comportamiento rebelde de nuestros
hijos o hijas adolescentes. Aunque este intento de solución es
eficaz con algunos adolescentes rebeldes, en la mayoría de los casos
no sólo no da resultado sino que hace que éstos se vuelvan
aún más indisciplinados, ya que se sienten excesivamente controlados, señalados
y constreñidos por nosotros y nuestros castigos.
Un último ejemplo lo observamos
cuando una persona intenta controlar a su pareja, vigilándole,
poniéndole a prueba y sometiéndole a incómodos interrogatorios
acerca de dónde va, qué piensa o qué hace en casa o fuera de
ella. Si la pareja considera esta conducta demasiado entrometida, se
negará a proporcionarle una información que, en sí, puede ser bastante inocente
y carecer de importancia. Pero en lugar de conseguir que su pareja controladora
renuncie a su actitud, tal intento de solución aumenta
sus preocupaciones y su desconfianza. Cuanto más insiste el
miembro controlador menos cede el otro; cuanto menos informa el otro, más
insiste su pareja en enterarse.
Como vemos, si insistimos en aplicar
soluciones ineficaces, éstas pueden acabar convirtiéndose
en problemas. Por fortuna, los seres humanos tenemos la capacidad de observar
nuestros comportamientos redundantes y evaluar
correctamente los resultados que provocan, lo que nos permite interrumpir
las soluciones ineficaces que hayamos puesto en marcha hasta entonces y sustituirlas
por comportamientos alternativos y más funcionales. Como dijo una
vez Albert Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas
siempre lo mismo".
Para concluir, te dejamos esta divertida
historia, que ilustra a la perfección la psicotrampa de insistir
en soluciones que no tienen éxito:
"Había una vez un hombre que se
encontraba buscando algo a media noche, bajo la luz de una farola. Al
pasar un policía se dio cuenta de su apuro y le preguntó qué es
lo que había perdido. El hombre le respondió: “Estoy
buscando las llaves de mi casa”. El
policía, compadecido, se puso también a buscarlas.
Pasados unos minutos, el policía le preguntó
al hombre: "¿Está seguro de haber perdido las llaves precisamente
aquí?", a lo que el hombre le respondió: “No, aquí,
no, sino detrás de esos arbustos, pero allí está demasiado oscuro y no podré
encontrarlas”".
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