miércoles, 22 de mayo de 2019

Mirando Hacia Adelante


Podemos mirar lo acontecido y de ahí sacar conclusiones y comprensión. Sin embargo, también puede ocurrir que nos quedemos enganchados del pasado a través de las emociones del arrepentimiento, el remordimiento, el resentimiento o la nostalgia; y es aquí cuando nuestro pasado se convierte en un obstáculo en nuestra vida, impidiéndonos disfrutar del presente y avanzar hacia el futuro.

Hoy en día se ha puesto de moda eso de vivir en el presente y en el ahora, y está muy bien. Las tradiciones espirituales de todos los tiempos nos hablan de la importancia de estar en el aquí y ahora en lugar de en los recuerdos del pasado o en las elucubraciones sobre el futuro. Realmente, la vida ocurre ahora; el pasado ya no existe y el futuro está por llegar. 

Sólo existe este instante fugaz que es imposible de apresar ya que fluye constantemente, pero en el que ocurre la vida. En este momento somos. Quienes fuimos en el pasado ya se diluyó y no es más que un mero recuerdo filtrado a través de mil y una interpretaciones que hacemos. Quienes seremos en el futuro, está por venir, y por mucho que elucubremos y planeemos, el futuro siempre será distinto a lo que hemos pensado.

Ahora bien, esta filosofía del presente se olvida de que los seres humanos tenemos esta capacidad, única entre todas las especies, de mirar hacia atrás y comprender, y de mirar hacia delante para decidir nuestros pasos. Y es importante que utilicemos esta capacidad porque comprender el pasado nos ayuda a vivir mejor nuestro presente y a plantear mejor nuestro futuro; y mirar hacia adelante nos permite ser en cierta medida arquitectos de nuestra vida.

Como en todo, creo que en el equilibro está la sabiduría. El presente es el punto medio, el punto de equilibrio, desde el que nos podemos mover hacia delante o hacia atrás, pero al fin y al cabo, el punto al que siempre volvemos porque si no lo hacemos y pasamos demasiado tiempo en el pasado o en el futuro, nos perdemos la vida, que única y exclusivamente ocurre en el ahora.

Retomando de nuevo la cita de Kierkegaard, “la vida ha de ser vivida mirando hacia delante”, a lo que yo añado: pero estando en el presente. Es como cuando conducimos, vamos mirando hacia delante, no al espejo retrovisor, esto último lo hacemos sólo de vez en cuando; pero si no estamos en el presente, nos perdemos los lugares por los que vamos pasando y el disfrute de todo ello.


Si quieres vivir plenamente y disfrutar de la vida, ánclate firmemente en el presente, vívelo con todo lo que en él haya, y siempre mira hacia delante sintiendo que en una buena medida eres el arquitecto o la arquitecta de tu destino.

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