Seamos realistas, no importa
lo entusiasmado que estés por un proyecto o una meta en la vida, siempre hay momentos en que necesitas
recordarte a ti mismo que lo vas a conseguir.
Seguro que tienes de esos
días en los que pese a los logros que ya has logrado, te apetece sentarte en el
sofá y mirar la tele, en vez de ponerte manos a la obra para poder entregar esa
tarea que aún tienes pendiente.
Para ser exitoso, es necesario motivarte
a pesar de estar experimentando uno de esos días en los que tirarías la toalla. La vida tiene sus momentos buenos y sus momentos
malos, pero hay que seguir ahí, implacable, al pie del cañón intentando seguir
luchando por aquello que nos hace felices.
Independientemente que sea
una meta de autorrealización, una tarea laboral, un partido de fútbol en el que
estés perdiendo o un momento en el que no debes mirar atrás cuando te han roto
el corazón, tú, igual que todo el mundo, necesitas un extra de motivación.
Seguir adelante empieza por ti mismo, por creértelo y
recordártelo especialmente en los momentos más delicados.
Cuando
comiences a pensar que el reto te viene grande o dudas en tus capacidades para
conseguirlo, intenta repetirte estas frases para darte un
empujoncito o, simplemente, utilízalas como una fuente de inspiración.
Los
fracasos son una oportunidad inmejorable para aprender, pues si te lo tomas como una experiencia de
aprendizaje, posiblemente no volverás a cometer los mismos errores que en el
pasado.
El éxito no llega por sí
solo, sino que requiere mucho trabajo.
Así que ponte manos a la obra, porque si algo
quieres, algo te cuesta.
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