domingo, 1 de octubre de 2017

Excelencia


La excelencia, es la característica de ser bueno, de hacer las cosas de manera óptima.

Cuando somos excelentes, hacemos las cosas bien sin ninguna excusa, sobresalimos de la mediocridad, estamos por delante de los que hacen todo “a medias”.

La excelencia nos impulsa a ser mejores cada día, y no por competir con otros, sino por ponernos en reto a nosotros mismos para crecer, para llegar más lejos.

Pero, si algo es cierto, es que solamente seremos excelentes en lo que amamos, en lo que nos apasiona… No podremos ser buenos cuando no nos sentimos motivados a serlo, no podrás ser bueno cuando haces en tu vida lo que realmente no quieres hacer.

Hoy en día llamamos valores a las virtudes y hemos olvidado que en latín la palabra virtud significa fuerza o poder. Por qué? Porque el verdadero poder está en los valores que le dan firmeza y solidez a nuestra vida, a las personas y a las instituciones. Las empresas exitosas son siempre empresas de gente excelente porque es rica en valores y en humanismo. La fuerza de una empresa y su verdadero capital están en las personas valiosas, no en su tecnología ni en sus activos financieros. 

Excelencia es practicar seis valores que se escriben con la letra S. Seis valores que traen Satisfacción y provocan Sonrisas cuando los ejercitamos en nuestro trabajo y en nuestras relaciones.

1. Sinceridad. Valor que nos afianza en la verdad y que es indispensable para comunicarnos y entendernos. En la sinceridad está el fundamento de la confianza y en la confianza la base de todas las relaciones.
2. Sencillez. Valor que nos acerca a los demás sin orgullo, nos permite aprender y escuchar, y nos vuelve flexibles y tolerantes. La humildad es una cualidad de los verdaderos líderes y de aquellos que ejercen un influjo positivo.
3. Servicialidad. Ser serviciales es anticiparnos a las necesidades de los demás y darles satisfacción con rapidez, con amor y con calidad. La verdad es que el único trabajo que nos realiza es aquel que hacemos por el placer de servir. Todos tenemos una deuda de servicio con otros y con la vida.
4. Seriedad. Es decir, ser responsables y cumplir nuestros compromisos. Cuando somos serios nos creen porque en nuestro trabajo hay orden y disciplina y lealtad. La verdad es que sólo hay credibilidad donde reinan la honradez y la seriedad.
5. Solidaridad. Gracias a este valor mantenemos despierta nuestra sensibilidad y derrotamos el egoísmo. La persona solidaria es protagonista del cambio con la justicia social y le da solidez a la vida con su generosidad. El dilema para todos en la vida es éste: solidarios o solitarios.
6. Simpatía. O sea, el permanente cultivo del buen humor, de una sana alegría y de sentir lo que sienten los demás. En efecto, eso es lo que nos dice la etimología de la palabra: sentir con el otro (del griego: syn patein). La simpatía es la alquimia del amor y es fuente de armonía.


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