Las Planchas
de Enoc
El día 27 de
junio de 1844, cerca de las cinco de la tarde, “un populacho de entre ciento
cincuenta y doscientas personas armadas” con sus caras pintadas de negro,
ingresaron abruptamente en la cárcel de Carthage, Estado de Illinois.
El motivo
que impulsa esta vandálica acción no es otro que asesinar a un profeta, un
hombre que portaba entre sus ropas, unido a su cuerpo, El Talismán de Júpiter,
símbolo muy poderoso reconocido por todas las logias francmasónicas por “los
poderes ocultos a él asociados.”
Este
talismán era identificado por los familiares de la madre del profeta como: “la
joya masónica de Joseph”.
La historia
interna de su iglesia menciona a “un populacho de entre ciento cincuenta y
doscientos hombres armados con sus caras pintadas de negro” como los autores
materiales de los asesinatos del Profeta y de su hermano el patriarca, pero no
agrega mayor luz sobre los verdaderos instigadores de esta acción.
El Profeta y
sus acompañantes estaban detenidos con la garantía del propio gobernador del
Estado de Illinois, había una guardia armada custodiando a los detenidos, sin
embargo, “alguien” organizó de tal manera esta acción como para que en una
tarde de primavera, a plena luz del día, se ingresara violentamente en el local
carcelario y se les asesinara impunemente.
El hermano
de el profeta fue asesinado en el interior de la cárcel, y el profeta, se
cuenta de que intentó escapar por la ventana y cayó abatido por los tiros
profiriendo una frase entrecortada “ ! Oh Señor Dios mío ! ¿ ... ? ”
De la
historia de Enoc, enseñada en las altas esferas de la masonería, extraemos lo
siguiente:
“ Hiram, el
hijo de la viuda, levantando las manos, exclamó: ¡ Oh Señor, Dios mío !
¿ no hay
salvación para el hijo de la viuda ?”
Desde
entonces este se ha convertido en un característico llamado de auxilio entre
los masones.
Nos
preguntamos ¿ cómo pudo el Profeta llegar a una ventana abierta en una celda en
la cual estaba encerrado ? ¿ quién y cómo la abrió ? para que él pudiera
intentar salir por ella y fuese abatido por los tiros del populacho en momentos
en que gritaba a viva voz, el reclamo de auxilio “clave” proferido por
los masones en peligro.
Este
episodio, nada claro, del asesinato del Profeta, nos induce a pensar en que hubo
una conspiración para eliminarle y que esa conspiración obedecía a
la necesidad de preservar los secretos no revelados de las planchas de Enoc.
El día 20 de
abril de 1974, se realizó la convención anual de la Asociación de Historia de
la Iglesia, que tuvo lugar en un viejo y tradicional Hotel.
Todo
indicaba que esta convención sería una más entre las tantas que habían sido
realizadas hasta ahora.
Como es
característico en este tipo de eventos, se preveía que no pasaría de un
tradicional encuentro entre amigos que revisarían cosas ya conocidas por todos,
en un intento por encontrar nueva luz entre los viejos registros
recopilados por los colegas historiadores que permitiera respaldar su declarada
fe colectiva en su Profeta y fortalecer los testimonios de la iglesia por él
restaurada.
En esta
oportunidad habría cambios de autoridades en la asociación y se esperaba por el
acostumbrado discurso del presidente saliente, el doctor Reed Durham, el
cual se dirigía al estrado portando un voluminoso dossier con varios
documentos.
Cuando
cesaron los calurosos aplausos de reconocimiento a un hombre que era sin duda
un reconocido líder popular y que había ejercido la presidencia de la
organización con inobjetable solvencia, el orador comenzó con una disertación que
llenaría de asombro a la concurrencia y que obligaría a la adopción de medidas
nunca antes pensadas en relación a determinadas prácticas de adoración
consideradas sagradas y de las cuales se debería guardar un estricto sigilo.
El discurso
cuidadosamente elaborado del Dr. Durham abordaba el espinoso tema sobre la
relación de la iglesia con la masonería.
Ninguno de
los presentes ignoraba ciertos vínculos que sin duda estaban al alcance de
todos sin necesidad de tener que recurrir a trabajosas investigaciones, de
hecho muchas de las cosas que iba mencionando el orador ya se habían mencionado
antes
sobre todo
lo relacionado al enorme parecido entre la ceremonia realizada en los templos
de la iglesia y las realizadas en los ritos masones, como ser nombres secretos,
penalidades, pactos de sangre, saludos y prendas de vestir, como también el uso
compartido de los típicos símbolos masónicos que se podían ver dentro de los
templos de su iglesia:
La escuadra,
el compás, la colmena, y los símbolos astrológicos, el ojo vidente, y la
estrella invertida de cinco puntas símbolo de los polos masculinos y femeninos
de la creación.
Al mencionar
el Dr. Durham, que en los primeros doce años de la historia de la iglesia, el
Profeta no había mencionado nada acerca de la necesidad de realizar rituales
secretos, y que ha partir de su ingreso a la masonería, incentivado por
influyentes miembros de la iglesia que ya eran masones, comenzaron a aplicarse
en la iglesia cambios radicales en sus enseñanzas,, comenzó a percibirse ciertos
síntomas de
incomodidad y sorpresa entre el auditorio.
Muchos de
los presentes en la conferencia eran prominentes figuras del sistema educativo,
profesores universitarios de historia, educadores de los colegios privados de
la iglesia, era claro que allí se encontraba lo más destacado de la
intelectualidad en la cual descansaba el legado histórico, la responsabilidad
de respaldar con su aporte toda la estructura de la enseñanza religiosa.
Como
dijimos, la conexión con la masonería, no resultaba ninguna novedad para ellos,
los antecedentes históricos eran demasiado evidentes como para pasarlos por
alto, pero, de pronto, ocurre algo que llenó de sorpresa y estupor a todos los
presentes, el doctor Durham, proyecta sobre la pantalla una serie de
diapositivas donde se presenta un aspecto, que si bien no era ignorado por la
mayoría de los presentes, visto en la forma en que era expuesto, les dejó mudos
de asombro.
El
motivo de tanta conmoción era un título en la pantalla:
“ Las
planchas de Enoc, la conexión inesperada con la masonería.”
En las
instrucciones que se dan a los candidatos en las ceremonias de los grados 13,
14, y 21 de la masonería, en las cuales se les brinda un relato en el
cual se hace referencia a las antiguas raíces de las enseñanzas contenidas en “
la mitología y las costumbres cabalísticas ” es a la Kabalah que todas las
asociaciones masónicas le deben sus secretos y sus símbolos.
“ ... en la
preexistencia, hubo una Doctrina Especial secreta entregada por la deidad al
primer Adán de la tierra quien se comprometió a guardarla cuidadosamente pues
esta doctrina encerraba en sí misma todos los misterios, incluido el nombre
secreto de Dios.
Adán se la
concedió luego a su hijo Seth , con el mismo compromiso de guardarla
cuidadosamente aún a costa de su propia vida, Seth mantuvo el secreto
compartiéndolo solamente con el círculo intimo de los creyentes y así fue
pasando de Seth a Enós, de Enós a Cainán, de Cainán a Mahalaleel, de Mahalaleel
a Jared, y de Jared a Enoc, el cual es la figura central de todo el relato.
Enoc tenía
veinticinco años cuando recibió la visión celestial conjuntamente con el
llamamiento de obedecer las enseñanzas del ángel de luz, el cual, luego de
testar su fidelidad por tres veces en sendas visitas que le realizaría en una
misma noche, le repetiría, palabra por palabra, lo que debería de hacer mas
adelante, cuando llegase el momento oportuno.
Pasado un
tiempo Enoc es conducido a un monte donde en un lado de la cima contenía una
bóveda subterránea llena de tesoros sagrados sellados por una letra M
junto a
estos tesoros le fueron entregadas unas planchas de oro y otras de bronce
grabadas con jeroglíficos egipcios conteniendo la doctrina y misterios de Dios.
Este tesoro
que Enoc recibe como custodio también incluía: una esfera de metal, una túnica
sacerdotal, y el Urim y Tumin, instrumento que consta de dos piedras en aros de
plata que a veces se usa junto con un pectoral, conocidas como “intérpretes”.
Se les
instruye a los iniciados de que Enoc fue el elegido para recuperar y preservar
para la humanidad el nombre sagrado de Dios.
Pasado un
tiempo Enoc enterró en el monte estos documentos sagrados para preservarlos del
gran desastre que asolaría a toda la tierra por causa de un gran diluvio, para
asegurar que nadie los encontrase, Enoc colocó una losa de piedra sobre la
cavidad de la colina.
A Enoc se le
mencionó que a su debido tiempo, después del diluvio, un descendiente israelita
volvería a descubrir el tesoro sagrado enterrado.
Cuando el
rey Salomón y sus constructores, los masones, comenzaron a realizar las
excavaciones en el monte Moriah para levantar el templo descubrieron la caverna
y el tesoro sagrado conjuntamente con las planchas de Enoc.
Cuando
intentaron obtener lo que habían descubierto, durante tres veces se vieron
impedidos de lograrlo y posteriormente tres hombres malvados atraparon a uno de
los obreros llamado Hiram Abif, mas conocido como “Hiram el hijo de la viuda” y
le obligaron a que revelase el lugar donde estaba el tesoro sagrado, como Hiram
se resistió a revelar el lugar fue torturado hasta morir.
Mientras le
atormentaban , Hiram el hijo de la viuda, levantando las manos
exclamó:
¡ Oh Señor,
Dios ! ¿ no hay salvación para el hijo de la viuda ?
Desde
entonces esta exclamación dicha por Hiram se convirtió en la señal que se
debería emitir cuando un masón corría peligro de vida y necesitaba auxilio de
sus hermanos masones.
La historia
continúa con el relato de que tres fieles masones persiguieron a los asesinos
de Hiram y tomando a su cabecilla que estaba ebrio le cortaron la cabeza con su
propia espada.
Las palabras
de el doctor Durham resonaban en el recinto, su hablar claro y pausado habían
conmocionado a todo el auditorio.
Debido a que
muchos habían concurrido portando sus grabadores en muy poco tiempo comenzaron
a circular copias “clandestinas” de los dichos del disertante, sobre todo en
los archivos de Jerald y Sandra Tañer y los profesores de BYU.
Al día
siguiente de la referida conferencia, el ángel masónico que se exhibía en
el Centro de Visitantes de la Manzana del Templo fue retirado sin darse ninguna
explicación y nunca más volvió a verse en público.
He aquí
algunos de los contenidos en las transparencias proyectadas por el doctor
Durham:
En el año
1826, el hermano mayor del Profeta recibió los tres primeros grados de la
masonería en la Logia Monte Moriah, la cual estaba designada con el nro.112, en
Palmira, Estado de Nueva York
A fines de
1832, ingresaron en la iglesia una serie de personas firmemente involucradas
con la masonería : W.W. Phelps, Brigham Young, B.O. Kimball y Newel K. Whitney.
El día 15 de
marzo de 1842, el Gran Maestro Masón, Abraham Jonas, inauguraba oficialmente la
Logia de Navoo, y al día siguiente, el Profeta y Sydney Rigdon fueron
ascendidos al grado M Masón
Integraban
la Logia Navoo, John C. Bennett, George W. Harris, Jhon Parker y L.Scovil.
En unos
pocos años se construyó un templo masónico y la cantidad de miembros masones
pertenecientes a la fraternidad había sobrepasado a las 1.500 personas.
En los
registros de la Logia de Navoo, figuraban instrucciones muy precisas en todo lo
referente a : conferencias, concilios, sacerdotes, templos, ungimientos con
aceite, la exigencia de portar una recomendación para poder ingresar a las
sesiones, como toda la cosmología de los sacerdotes astrónomos del antiguo
Egipto con la ubicación de los distintos planetas en relación con la estrella
regente, Kolob.
También se
tenían organizadas a las mujeres de la fraternidad en una organización llamada
Sociedad de Socorro, y en las sesiones se reunían formando un círculo de
oración previamente al tratado de los diversos asuntos.
A los
iniciados en la Logia de Navoo, al igual que en las demás logias
masónicas, se les exigía absoluto sigilo, se les instruía en los secretos
sagrados de la investidura, se le indicaban señas y castigos, y debían
comprometerse a no revelar nada de lo que allí realizaban, mediante un
juramento que incluía severos castigos tales como: degollar, arrancar el corazón
y les vísceras.
En la
presentación ante el velo del templo, los participantes de la sesión, antes de
pasar a la gran sala celestial, y posteriormente a ser testados en cuánto al
conocimientos de los signos y las señas, debían recibir una última instrucción
la cual se les transmitía sobre los cinco puntos de la hermandad.
El iniciado,
hombre o mujer, se ponía delante del velo y detrás del velo se situaba el
obrero oficiante.
Los cinco
puntos de la hermandad consistía en colocar la parte interior del pie derecho
contra la parte interior del pie derecho del obrero, la rodilla derecha sobre
la rodilla derecha, pecho contra pecho, mano derecha sobre la espalda del
obrero y viceversa, mejilla derecha sobre la mejilla izquierda del obrero, era
evidente el contacto físico entre ambas personas por un espacio bastante
prolongado.
El doctor
Durham, agregó: Queda claro que al Profeta le habían fascinado el caudal de
conocimientos que poseía la masonería y que encontraba una respuesta práctica
de cómo deberían realizarse las ceremonias secretas del santo sacerdocio.
De la misma
manera en que el Señor le había manifestado en su momento de que no se uniera a
ninguna iglesia cristiana porque todas se habían desviado y que él debería
restaurar la verdadera iglesia de Cristo, en igual sentido, el Profeta se
sintió llamado por revelación divina a restaurar las verdades contenidas en la
masonería.
Heber C.
Kimball le escribió a Parley P Pratt “Hemos organizado aquí una logia de
masones ... cerca de 200 se han hecho masones. el hermano Joseph y Sydney
fueron los primeros en ser recibidos dentro de la logia.
Los Doce se
han hecho miembros excepto Orson P.Pratt ... el hermano Joseph dice que la
masonería fue tomada del sacerdocio, pero que se fue degenerando ...
Nosotros
tenemos la verdadera masonería.”
Jesee C.
Littie testificó: “ El Angel del Señor le trajo al profeta las palabras claves
perdidas, de varios grados masónicos, lo que le permitió, cuando apareció en la
fraternidad de Illinois, pasar por encima de los más encumbrados y mostrarles
su ignorancia respecto a las grandes verdades y beneficios de la masonería.”
En esa misma
época Josép Fielding escribió en su diario “ Muchos se han unido a la
institución masónica.
Esto parece
haber sido un escalón preparatorio para otra cosa, el verdadero origen de la
masonería.
He podido
ver esto y me alegro de ello.
Ha habido
verdadera luz derramada sobre los santos últimamente, y un gran espíritu de
entendimiento. Tengo suficiente evidencia de que Joseph no ha caído.
Le he visto
después de haber dado, como lo había dicho, el origen mismo de la masonería, el
Reino de Dios en la tierra, y yo mismo soy miembro de éste.”
En una carta
dirigida a Orson Pratt, Heber C.Kimball, le escribió:
“ Hemos
recibido algunas cosas preciosas por medio del Profeta respecto al sacerdocio,
que darían regocijo a tu alma.
No puedo
transmitírtelas en papel, porque no deben ser escritas.
De
modo de debes venir a buscarlas por ti mismo.”
Comentando
sobre estas cartas el doctor Durham dijo: Si la masonería realmente contenía
alguno de los verdaderos misterios antiguos, era necesario de que Joseph lo
aceptara.
Los
estudiosos masónicos más filosóficos y reflexivos siempre han creído que los
símbolos incorporados en la masonería realmente eran los antiguos misterios
transmitidos desde la antigüedad más remota.
Se afirmaba
que los misterios se remontaban a los filósofos herméticos, a través de
Plutarco, la Cábala, los Pitagóricos, los magos de Media, Babilonia, Caldea y
Egipto.
Y a medida
que estos misterios se transmitían a la moderna institución de la masonería, en
los siglos XII y XIII de nuestra era, habían sufrido tantas alteraciones
graduales que sólo preservan una imagen imperfecta de su original esplendor.
Mi tesis es
que Joseph creyó que él estaba restaurando el brillo prístino y original de la
masonería, y que estaba recreando los misterios del antiguo sacerdocio.
Resulta
interesante la opinión de Albert Pike, una prominente autoridad masónica
respecto a esta técnica usada en la masonería como una forma deliberada de
mantener en la ignorancia a los no iniciados:
“ La
masonería, como todas las religiones, como todos los Misterios, el Hermetismo y
la Alquimia, esconde secretos a todos excepto a los Adeptos y Sabios, los
Elegidos, y usa falsas explicaciones y falsas interpretaciones de sus símbolos,
para desorientar a los que sólo merecen ser confundidos; para ocultarles la
verdad, a la que llaman luz... la verdad no es para los que no la merecen...
Las
insignias Azules no son más que el atrio exterior del templo.
Algunos de
los símbolos se despliegan allí para los iniciados ( inferiores) , pero se les
desorienta intencionalmente con las falsas interpretaciones.
No se espera
que los entiendan, pero se espera que crean que los están entendiendo.”
Luego el
doctor Durham se refirió a una carta escrita por Joseph al señor John Hull, un
ministro de la Iglesia Congregacional que había sido por mas de cuarenta años
un activo miembro de la masonería, que había ocupado altos cargos, llegando
incluso a Maestro Adorador de la Logia.
En alusión a
esta carta, el doctor Durham dijo;
“ Toda la
carta, de dos páginas demuestra claramente que la doctrina de la iglesia y la
masonería estaban relacionadas y que Joseph usó la masonería y aparentemente no
tuvo escrúpulos en hacerlo abiertamente.
También
queda claro en la carta que el Reino de Dios era considerado como la verdadera
masonería; que, cuando finalmente se estableciera bajo la regencia de un rey y
un presidente, aboliría toda la maldad y confusión terrenal e iniciaría el
milenio.
La tierra
entera era comparada simbólicamente con una Gran Logia Masónica, cuya
contrapartida era la Gran Logia en las eternas regiones de la Gloria, esta era
una idea propia de la masonería legítima.
Parece que
el Profeta, primero abrazó la masonería, y luego a lo largo del tiempo, la
modificó, la amplió, o la glorificó ”
Estos
conceptos del Profeta, y sobre todo su declarada intención de restaurar los
verdaderos ritos masónicos, causaron alarma en las logias masónicas de los
condados vecinos los cuales comenzaron a elevar la voz de alerta a sus grandes
maestros informándoles de que la Logia de Navoo pretendía elevar a la jerarquía
de Gran Comandante al hermano Joseph.
El notorio
crecimiento de la comarca de Navoo, y la enorme influencia política de la
logia, lograron que el Estado de Illinois aprobara una ley que le otorgaba a
Navoo el status de “ Ciudad Estado” situación que entre otros privilegios les
permitía poseer un ejército propio.
La
influencia del profeta creció de tal forma que su figura trascendió los límites
naturales admitidos en un pastor religioso.
Para el año
1842, el profeta Joseph, era el Alcalde de Navoo, es decir que ostentaba el
poder político, era en los hechos el Gran Comandante de la Logia de Navoo, y asumió
además, el mando de la Legión de Navoo, una fuerza armada que llegó a contar
con un número aproximado de 4.000 hombres armados, con el grado de Teniente
General.
A medida que
aumentaba la influencia del Profeta, como era lógico esperar, comenzaron las
disidencias entre los propios miembros de la iglesia, muchos de ellos habían
llegado de otros estados prácticamente contando solamente con la ropa que
traían puesta, al llegar, los obispos le suministraban lo que pudiesen
precisar, se les asignaba tierras de labranza, así como las herramientas para
realizar su trabajo.
Aquellos
miembros que con el tiempo disentían con la forma en que eran conducidos en sus
asuntos religiosos o públicos, eran severamente advertidos por sus líderes y en
caso de persistir con su actitud, era común que en alguna noche, llegaran los
Danitas, un grupo armado paramilitar y secreto que incendiaba sus casas,
destruía sus cosechas, y les expulsaba sin ninguna consideración.
Lo mismo
ocurría con los pobladores que no eran miembros de la iglesia, los cuales en
aquel entonces estaban en franca minoría.
Cabe
agregar, que no obstante ser obvia la relación de los Danitas con la jerarquía
eclesiástica, oficialmente nunca fue admitida esta vinculación.
Los masones
de otras logias comenzaron a contactarse entre sí, su disciplina y sentido de
organización, sumado al entramado enlace que mantenían con el poder político
del Estado y de la nación les permitía elaborar una estrategia que les liberara
de un personaje, que de acuerdo a su óptica e intereses, les era
sumamente peligroso.
La jerarquía
masónica reacciona rápidamente y en una reunión de sus principales dirigentes
logran que el Gran Maestro Masón, Abraham Jonas, disuelva la Logia de Navoo,
alegando de que la misma se había severamente apartado de los principios de la
masonería.
Al
justificar esta decisión, un historiador masón escribió:
“ Si se
hubiera permitido que la Logia de Navoo continuara durante dos años más, todos
los miembros de la iglesia del condado de Hancock hubieran sido iniciados.”
Comenzaron a
correr una intensa ola de rumores, el Profeta recibe innumeras denuncias, se le
acusa de poligamia, adulterio, fornicación y perjurio.
Estos
rumores tenían como objetivo minar la autoridad moral del profeta e incentivar la
resistencia a sus enseñanzas, entre las cosas que se decían extraemos lo
siguiente:
“ Se incitó
más el antagonismo al Profeta, cuando basándose en informaciones
parciales y tendenciosas se afirmaba que el Concilio de los Cincuenta,
que oficiaban la legislatura en Navoo, le había ordenado “ Rey sobre la cercana
Casa de Israel ” se murmuraba que se pretendía derrocar por la fuerza al
gobierno de los Estados Unidos, esto despertó la ira de la gente y se
comenzaron a urdir planes para matarle.
Corresponde que
agreguemos, que el poder militar de la Legión de Navoo, era considerable pues,
como dijimos, se estimaba en unos 4.000 efectivos armados los hombres que
estaban bajo la orden de el Teniente General de la fuerza, es decir, el
Profeta.
Si se tiene
en cuenta que el Ejército regular de toda la nación contaba con unos
8.500 hombres armados, los temores podrían tener cierto fundamento de
veracidad.
A fines del
año 1842, el Profeta es acusado de estar por detrás de un intento de asesinato
del gobernador del Estado, atentado atribuido a los Danitas, cosa que agudizó
aún más el estado de ánimo imperante en la región.
En el año
1844, se organiza por parte de los miembros del Consejo de los Doce, una
campaña en los Estados vecinos en que se proclamaba la fórmula Joseph, Ridgdon,
como candidatos a Presidente y Vicepresidente, respectivamente, a la
presidencia de los Estados Unidos.
Se emitieron
en la prensa de Navoo, y varios condados de la región, miles de anuncios
proponiendo la postulación del Profeta a la presidencia de la nación.
de la
Historia de la Iglesia, extraemos el siguiente resumen:
En el tiempo
de su muerte, el Profeta residía en Navoo, Illinois, la segunda ciudad del
estado en cuánto extensión....
.. Navoo era
una ciudad fundada por los miembros de la iglesia y el Profeta dominaba su
gobierno y su religión.
En esa
ciudad el Profeta empezó a enseñar en privado la doctrina de la poligamia a los
líderes más allegados a su entorno.
Cuando
algunos miembros se enteraron de lo que estaban haciendo sus líderes con total
discreción y ocultamiento, se opusieron firmemente pues de consideraban la
práctica de la poligamia, algo escandaloso y contrario a las enseñanzas de
Dios.
La
dirigencia de la iglesia, optó en principio, en no darle mayor trascendencia a
las críticas que se formulaban en contra de la poligamia, recordemos de que
éstas uniones de parejas se efectuaban en privado y ambos cónyuges debían
guardar estricto silencio, no pudiendo divulgar la misma, ni siquiera a sus
parientes más próximos.
Los disidentes
fueron radicalizando sus posturas hasta que el día 7 de junio de 1844, publican
la primera y única edición del periódico Navoo Expositor.
En dicho
periódico denunciaron el estilo de vida del Profeta y los líderes, cosa que
causó una gran indignación entre la dirigencia de la iglesia.
El Alcalde y
el concilio de la ciudad de Navoo declararon de que el periódico era
perjudicial y ordenaron al jefe de policía que destruyera la prensa.
Los que se
oponían al Profeta presentaron una queja en el condado de Hancock, Illinois,
diciendo que el gobierno de Navoo había violado la libertad de prensa.
El Profeta
fue arrestado por causar disturbios, pero presentó una apelación de hábeas
corpus.
Fue juzgado
en Navoo y rápidamente lo dejaron en libertad.
Esto indignó
a la masonería de la región quienes declararon que el Profeta había manipulado
la ley.
La oposición
fue en aumento hasta que el Profeta, temiendo que la ciudad de Navoo fuera
atacada, declaró la Ley Marcial.
Illinois,
como dijimos, le había otorgado a Navoo poder gubernamental como ciudad-estado,
disponía de un fuerte ejército, la Legión de Navoo, y el Profeta era su
Comandante en Jefe.
Toda la
masonería convocó a la oposición y el gobernador del Estado de Illinois,
que también pertenecía a la masonería, acusaron al Profeta de traición contra
el Estado de Illinois.
El Profeta
fue arrestado y lo llevaron a Carthage, Illinois, para que no pudiera influir
en la corte como entendían lo había hecho en Navoo.
El Profeta
seguía considerándose a sí mismo, como el restaurador de la verdadera
masonería, y como el único que poseía los signos y señas que se habían perdido.
Los líderes
de la iglesia que también pertenecían a la masonería, algunos se encontraban en
misiones en el exterior, hicieron un acuerdo para liberar al Profeta de
lo que es presumía culminaría en su irremediable ejecución por parte de una
“chusma” armada que contaba con la impunidad de las autoridades del gobierno
del Estado.
Previo a su
arresto, el Profeta había huido cruzando el río, sus allegados le informaron de
la inconveniencia de su huída, que muchos miembros de la iglesia le reprochaban
esta actitud de dejarles abandonados a merced de las represalias de los
enemigos y que habían obtenido de las logias masónicas la garantía de que se le
respetaría la vida.
Por esta
razón el Profeta se presentó voluntariamente para entregarse a los supuestos
requisitos de la ley.
Dos o
tres días antes de su asesinato, dijo:
“ Voy como
cordero al matadero; pero me siento tan sereno como una mañana veraniega; mi
conciencia se halla libre de ofensas contra Dios y contra todos los hombres.
Moriré
inocente, y aún se dirá de mí: Fue asesinado a sangre fría.”
Esa tarde
del 27 de junio de 1844, los conjurados llegaron a la ejecución, entre ellos
había un grupo de masones que se habían comprometido a darle el auxilio
necesario.
Cuando los
hombres armados irrumpieron violentamente en la cárcel de Carthage, los
comprometidos a brindarle cobertura abrieron la ventana del segundo piso que
daba al exterior, miraron hacia cierto lugar previamente combinado y pudieron
observar la seña de un pulgar hacia abajo, la suerte del Profeta estaba echada.
Cuando
el Profeta llegó a la ventana y exclamó con todas sus fuerzas el reclamo de
ayuda de todo masón en peligro, el tronar de los disparos ahogaron su voz.
Esta vez no
hubo salvación para el hijo de la viuda.
Muy bueno el aporte. . .saludos
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